Tras alcanzar un máximo de cinco años en 2015, se prevé que el crecimiento de la demanda global de petróleo caiga en cerca de un tercio el próximo año, lo que intensificará la presión sobre un mercado que ya sufre por un exceso de suministro.
Una caída de 40% en los precios del petróleo desde el año pasado ha impulsado la demanda, al llevar a los conductores, consumidores y empresas a aumentar su uso. Sin embargo, la desaceleración económica en China y otros países de Asia podría socavar el consumo, según analistas y reguladores energéticos, si bien no se sabe con certeza qué tan fuerte será la caída del crecimiento.
“Estamos viendo un crecimiento de la demanda bastante sólido este año, pero la gran pregunta es qué sucederá el próximo año”, dice Rob Haworth, estratega de inversión sénior de U.S. Bank Wealth Management, que gestiona US$126.000 millones.
Sergey Frank, presidente ejecutivo de la mayor naviera de Rusia, Sovcomflot, indica que su ganancia neta se ha más que triplicado este año conforme el crudo más barato mantiene bajos los costos del combustible y alta la demanda de productos petroleros que la empresa transporta alrededor del mundo. Frank se prepara para lo peor mientras planea sus rutas navieras para el año que viene. “Hoy hay un viento favorable, pero mañana podría haber un viento contrario en el mercado”, advierte.
La Agencia Internacional de Energía proyecta que el crecimiento de la demanda mundial se reducirá de 1,8 millones de barriles al día este año a 1,2 millones en 2016. La Organización de Países Exportadores de Petróleo, que agrupa a 12 productores, prevé que la expansión de la demanda caiga a 1,25 millones de barriles al día, en tanto que algunos analistas sugieren una cifra incluso menor.
La desaceleración de la demanda tiene lugar en momentos en que continúa el exceso de crudo que ha llevado los precios de US$100 por barril hace poco más de un año a menos de US$50 en la actualidad. El crecimiento de la producción estadounidense ha bajado el ritmo este año, pero otros grandes productores, entre ellos Arabia Saudita y Rusia, han seguido bombeando petróleo a un ritmo alto en su intento por defender, y ganar, cuota de mercado. El jueves, el crudo Brent, el contrato de referencia global, subió ligeramente 0,5% a US$48,08 el barril.
La fuerte demanda de crudo de este año se debe a que los bajos precios incentivan las ventas de camionetas y todoterrenos en Estados Unidos y países como China aprovechan la oportunidad para incrementar sus reservas estratégicas. En EE.UU., la gasolina se ha abaratado en aproximadamente un tercio frente al año pasado. La demanda del sector de transporte ha constituido 80% del crecimiento del consumo en las últimas dos décadas, segúnBarclays PLC.
“El petróleo es un producto de consumidores; cuando está barato, la gente compra más y conduce más lejos”, dijo a The Wall Street Journal Tony Hayward, ex presidente ejecutivo de BP PLC y titular de la junta de Genel Energy PLC.
No todos prevén un descenso. La Administración de Información de Energía de EE.UU. (EIA, por sus siglas en inglés) estima que la demanda en 2016 crecerá en 1,41 millones de barriles al día, frente a 1,31 millones este año. Sin embargo, la mayoría de los analistas cree que el alza de la demanda se reducirá de forma pronunciada, principalmente debido a las preocupaciones sobre la economía china.
El lunes, el gigante asiático informó que su Producto Interno Bruto se expandió 6,9% interanual en el tercer trimestre, su ritmo más bajo desde 2009. El Fondo Monetario Internacional prevé que la expansión del PIB se desacelere a 6,3% el próximo año. El organismo también recortó su proyección del crecimiento mundial de 3,3% a 3,1%, su menor nivel desde la crisis financiera. El crecimiento de la economía suele tener una fuerte correlación con la demanda de petróleo.
“La caída del (crecimiento del) PIB de China sugiere que el principal motor de expansión de la demanda global de petróleo no va a ser la solución al sobreabastecido mercado petrolero”, dice Dominick Chirichella, analista de Energy Market Analysis.
La magnitud de la desaceleración de la demanda añadirá un elemento de incertidumbre al análisis del mercado energético.
Hay una diferencia de 210.000 barriles al día entre las previsiones promedio de la AIE y la EIA para 2016, mientras que el banco suizo UBS da una cifra aún menor del crecimiento de la demanda, de 1,1 millones de barriles diarios. Estas variaciones son muy importantes para los inversionistas y analistas que intentan estimar cuándo terminará el exceso de oferta.
“Estamos caminado sobre una línea muy delgada, en la que una ligera diferencia en las presunciones es capaz de llevar al mercado petrolero a una escasez de oferta tan pronto como mediados de 2016 o tan tarde como (...) principios de 2017”, dice Pascal Menges, gestor del Lombard Odier Energy Fund.