Aunque los precios del mineral de hierro se han derrumbado, el gigante brasileño Vale SA está construyendo un complejo de US$16.000 millones para producir la materia prima, que promociona como “el proyecto más grande de nuestra historia y la de la minería internacional”.
¿Cómo es posible? Porque los costos también están colapsando.
Desde América del Sur hasta Australia, la depreciación de las monedas de los países ricos en minerales está ayudando a algunas empresas a expandir sus minas y contribuyendo al exceso de producción que ha saturado los mercados y arrastrado los precios.
El costo de producción de numerosas materias primas está “cayendo como una piedra”, dice Jeff Currie, jefe de estudios de commodities de Goldman Sachs, quien describe el fenómeno como un caso de “retroalimentación negativa”. La dinámica ayuda a explicar por qué los ciclos de caída de las materias primas pueden ser tan prolongados.
La esperanza de una recuperación de los mercados de recursos naturales depende de que los productores se queden sin dinero o se cansen de perderlo y cierren sus instalaciones, con lo que la oferta volvería a equilibrarse con la debilitada demanda.
Para las principales mineras del mundo, no obstante, la devaluación de sus monedas respecto del dólar ha anestesiado el dolor del derrumbe de los precios de las materias primas. En los últimos 12 meses, el dólar ha subido 58% frente al real, 22% ante el rand sudafricano, 21% respecto del dólar australiano y 16% versus el dólar canadiense. Las empresas reciben dólares estadounidenses por el oro, el hierro y el carbón que extraen, pero los salarios, la electricidad y muchos otros costos están en moneda local.
El banco suizo Credit Suisse estimó el mes pasado que debido a la brusca caída del real Vale está camino de convertirse en el productor de mineral de hierro de más bajo costo del mundo. La empresa brasileña anunció el jueves un alza interanual de 47% en su pérdida neta del tercer trimestre, a US$2.120 millones, lo que atribuyó al descenso del precio del mineral de hierro y a las pérdidas contables provocadas por la depreciación del real.
Sin embargo, la debilidad de la divisa brasileña también redujo drásticamente los costos de Vale, sobre todo en mineral de hierro. Incluyendo gastos como fletes y regalías, Vale indicó que pudo suministrar hierro a China, su principal mercado, a un costo total de US$34,20 por tonelada en el tercer trimestre, frente a los US$58,50 del mismo lapso del año anterior.
La caída de los costos más que compensó la de los precios. Vale vendió su mineral de hierro a un precio promedio de US$46,48 por tonelada en el tercer trimestre, frente a US$68,02 el año previo.
En un informe separado divulgado el lunes, la minera brasileña señaló que entre julio y septiembre extrajo 88,2 millones de toneladas de mineral de hierro, su nivel más alto de producción trimestral. Como 75% de sus desembolsos de capital están denominados en reales, Vale tiene pocos incentivos para frenar el gasto en proyectos que los ejecutivos dicen harán que sus minas sean más competitivas.
Los analistas señalan que un debilitamiento del real debería ayudar a Vale a competir mejor con rivales australianos como Rio Tinto PLC yBHP Billiton PLC, que están más cerca de China.
“Ciertamente Vale ha recibido un tremendo beneficio con la devaluación de la moneda”, reconoció Nev Power, presidente ejecutivo de la australiana Fortescue Metals Group Ltd., la cuarta mayor exportadora de mineral de hierro después de Vale, Rio Tinto y BHP.
Los costos para estas compañías también están cayendo. Greg Lilleyman, ejecutivo de tecnología e innovación de Rio Tinto, calcula que los cambios en la cotización de las divisas de Canadá y Australia deberían ayudar a la empresa a ahorrar unos US$300 millones este año en las inversiones del grupo. BHP Billiton dice que la devaluación del dólar australiano ayudó a reducir en casi un tercio los costos de producción de sus operaciones de mineral de hierro en ese país.
Atlas Iron Ltd. informó hace unos meses que suspenderá las tres minas que administra en la región ferrosa de Pilbara, en Australia Occidental. La suspensión, no obstante, fue breve. La depreciación del dólar australiano alivió la presión sobre la empresa, que negoció con contratistas para reducir costos y recaudó efectivo para mantener el negocio en pie.
Andreas Bokkenheuser, analista de metales y minería de UBS, pronostica que a pesar de los recortes de producción de los conglomerados mineros de mayores costos, el mercado de hierro tendrá una sobreoferta de 150 millones de toneladas en 2018, cuando productores como Vale y Anglo American PLC tengan a punto sus nuevos proyectos insignia.
La mina Roy Hill, de la magnate australiana Gina Rinehart, está programada para entrar en operación este mes y debería agregar 55 millones de toneladas de mineral de hierro al año al mercado a finales de 2016. El gigantesco proyecto podría llevar los precios por debajo de US$40 la tonelada a principios de 2016, dice Citigroup Global Markets, lo cual presionaría aún más los márgenes de las empresas.
La producción de mineral de hierro de Australia aumentó 14% en los 12 meses hasta junio, según estimaciones del gobierno.
La debilidad de las monedas de los países productores está ayudando también a mantener al alza la producción de las minas de carbón a pesar de que el exceso de oferta mundial ha provocado un descenso de hasta 80% en los precios en los últimos años. La producción de carbón de Australia creció 6% en el primer semestre de 2015, según cifras oficiales.
Wood Mackenzie estima que el costo promedio de producción de carbón en Australia ha caído 30% desde 2013. La consultora estima que más de la mitad del descenso se debe a la devaluación de la moneda.
“Los precios del carbón no han caído mucho en los países exportadores” cuando se convierten a las monedas locales, dijo en un nota Thomas Pugh, economista de Capital Economics. “Esto ha permitido a los productores en esos países mantener el suministro, e incluso aumentarlo en algunos casos”.
El efecto se ha sentido también en otros minerales.
Gold Fields Ltd., la minera de oro sudafricana que opera también en Ghana, Perú y Australia, reveló que sus costos en efectivo cayeron 3,1% en el segundo trimestre respecto del año anterior, a US$1.059 la onza.
“El tipo de cambio nos rescató”, reconoció su director general de Finanzas, Paul Schmidt.