Las mayores iniciativas mineras enviadas al Sistema de Evaluación Ambiental son fundamentalmente proyectos de continuidad operacional, ligadas a empresas como Antofagasta Minerals, BHP Billiton, Codelco y la polaca KGHM.
Un falso alivio entregan los montos de inversión minera ingresados a tramitación ambiental este año 2015. Si bien en los primeros nueve meses del año esta cifra superó los US$10 mil millones, sobre el 80% del total corresponden a cuatro megaproyectos destinados a dar continuidad operacional u optimizar faenas ya existentes.
De acuerdo a un catastro elaborado por PULSO, los proyectos mineros ingresados al Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) hasta el tercer trimestre alcanzaron US$10.624 millones, superior a años anteriores y que incluso es mayor a la cartera de energía, que el año pasado lideró largamente la estadística con más de US$16 mil millones en iniciativas de este tipo.
Entre los proyectos mineros, el de mayor envergadura es Desarrollo Minera Centinela, de Antofagasta Minerals, que con una inversión de US$4.350 millones espera explotar los rajos Esperanza Sur y Encuentro. La iniciativa se ejecutará en dos etapas, fue ingresada al organismo en mayo de este año y está a la espera de una respuesta positiva de la autoridad ambiental.
Le sigue el proyecto de continuidad de Minera Spence, de BHP Billiton, que busca la explotación de sulfuros primarios que se localizan subyacentes de la actual explotación. Con US$2.500 millones, la australiana planea extender la vida útil del yacimiento en cerca de 20 años.
Por su parte, la polaca KGHM, que opera la mina Sierra Gorda, envió en agosto a trámite un plan con optimizaciones para su faena en el país, que está ubicada en la II Región. Esta inversión incluye un cambio a su plan minero, ajuste de diseño y nuevas instalaciones como una planta termosolar, un chancador secundario y otro terciario, nuevas líneas eléctricas y un molino de bolas, entre otros equipos. Para esto, KGHM espera desembolsar US$1.500 millones.
La estatal Codelco no se queda atrás. Ingresó en junio una iniciativa para la explotación de un cuerpo mineralizado ubicado al interior del yacimiento El Teniente. Según explicó la estatal en su Declaración de Impacto Ambiental (DIA), la inversión de US$485 millones permitirá dar continuidad operativa a las actuales instalaciones de procesamiento de mineral disponibles en las plantas de Sewell y Colón, además de dar flexibilidad al programa de producción de la actual mina subterránea.
Todo esto, en un contexto de fuerte reducción de las inversiones, producto principalmente de la baja del cobre, que se ha traducido en un ajuste de la cartera que maneja la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco).
Sólo una ilusión
Para el director ejecutivo de Plus Mining, Juan Carlos Guajardo, “no hay que sacar conclusiones tan apresuradas” ya que el alza de proyectos ingresados no significa una reactivación del sector.
“Por ejemplo, Sierra Gorda es una expansión verdaderamente importante y un proyecto te puede cambiar la interpretación. A veces una tendencia hay que observarla en más tiempo y son necesarios varios semestres para decir que hay un cambio de tendencia” indicó.
Sin embargo, no descarta que las empresas estén mirando el largo plazo y estén actuando, en consecuencia, de manera contracíclica.
A su juicio, la paralización de la inversión se notó con anterioridad a la baja de los commodities, a partir de 2012, con la caída de la productividad. Ahora, indica, hay una cierta confianza en que el mercado mejorará. “En Londres (en la semana del cobre, realizada en esa ciudad la semana pasada) me llamó la atención que el consenso, especialmente para el cobre, zinc y plomo, era que las perspectivas van a mejorar, no aceleradamente, pero de ahora en adelante. Creo que hay una visión más consensuada en el mercado”, dijo.
En la industria plantean que el hecho de que un proyecto ingrese a trámite ambiental no necesariamente equivale a una decisión a firme de invertir. Ejemplos hay varios: Cerro Casale, de Barrick, cuenta con su RCA aprobada pero está parado por razones de rentabilidad.