Top Mining presentó una nueva edición de Proyectos y Prospectos Mineros en el Perú 2015-2017 que pone énfasis en la situación actual de la exploración
minera, una actividad que sufre los embates de un entorno internacional adverso; pero a la vez clave para el desarrollo del sector minero, el segundo más importante de la economía peruana.
A pesar del entorno económico internacional desfavorable y el descenso de las inversiones en exploración, el Perú no ha salido completamente del radar de las empresas e inversionistas mineros no especulativos. Así, el Perú cuenta con más de 220 empresas exploradoras y una cartera de 477 proyectos y 343 prospectos en 21 regiones.
De acuerdo con el informe de SNL Metals & Mining al 2014, el Perú ocupó el séptimo lugar en el ranking de presupuesto de exploración mundial y el tercero en América Latina, canalizando US$558.48 millones, es decir, un monto equivalente al 5.2% de la inversión global (US$10,740 millones), frente a los US$760 millones y US$1,035 millones del 2013 y el 2012, respectivamente.
"El seguimiento que venimos realizando de la cartera de proyectos mineros del Perú desde el 2009 permite hacer un balance más realista de la situación de los proyectos en el 2015, en un contexto internacional con mayor incertidumbre y tendencia bajista de los precios de los minerales. Sin duda hay, como dijo una experta minera sobre la certeza de las cifras de los proyectos e inversiones, un tránsito desde el "optimismo puro" a una "racionalidad pragmática", dijo José Lumbreras, Gerente de Desarrollo de Peru Top Publications.
La investigación sobre la situación actual de la cartera de proyectos mineros que realizó Peru Top Publications señala la existencia de 47 proyectos mineros que involucran inversiones ascendentes a US$61,730 millones. Del monto total de la cartera formal de proyectos, US$9,814.30 millones (15.90%) son inversiones para edificar ampliaciones; US$14,686.30 millones (23.79%) para proyectos con EIA aprobados o en construcción; US$6,271 millones (10.16%) con EIA aprobados con conflictos ambientales o paralizados; US$30,959 millones (50.15%) para proyectos en exploración.
Del portafolio total de proyectos, el cobre ocupa el primer lugar con 27 proyectos cuyas inversiones suman US$43,764.60 millones; en segundo puesto, el oro, con siete proyectos y un desembolso planeado de US$10,683 millones; el tercer lugar es para el hierro, con tres proyectos y un desembolso calculado en US$5,700 millones; le sigue la plata con cinco proyectos y un gasto de US$1,106 millones; el zinc con dos proyectos y una inversión de US$610 millones, también dos proyectos de fosfatos con US$1,020 millones y uno de estaño con US$165 millones.
Pero si contamos con los proyectos con EIA aprobados y las ampliaciones tendríamos una cartera de US$35,103 millones, pero la realidad es otra…
a)-De acuerdo con PTP 24 son los proyectos “con potencial de desarrollo” (color verde), que serán puestos en marcha en los próximos años y que en su mayoría tiene fecha de inicio de producción. Involucran una inversión de US$35,103 millones que descontando los US$8,590 millones ya ejecutados, suman US$26,513 millones. Y si se añadiera el capex actualizado de La Granja las inversiones sumarían US$29,513 millones. De los 24 proyectos, 13 proyectos tienen al cobre como mineral principal a ser explotado, le siguen en importancia seis proyectos de oro, dos proyectos de fosfatos e igualmente dos proyectos de hierro y uno de plata.
b)-Proyectos “en exploración, con potencial a ser desarrollado en el mediano o largo plazo”, son 18 proyectos que se encuentran en fase de exploración o que tienen estudios avanzados, pero que necesitan un precio más alto para avanzar a la fase de explotación. En este grupo también incluimos a Tía María, que sin tener la oposición de Minas Conga, consideramos que se deberá hacer un esfuerzo mayor para convencer a la población de los beneficios a la zona de Islay. Las inversiones involucradas en este tipo de proyectos ascienden a US$17,256 millones, aunque restando los montos ejecutados quedan US$16,736 millones.
c)-Proyectos “paralizados o con problemas sociales”, se trata de proyectos en donde ha quedado demostrado la existencia de un clima de conflictividad sumamente hostil, siendo Minas Conga el caso más representativo. Las inversiones en este tipo de proyectos suman US$9,371 millones; pero que al restar la inversión ejecutada quedan pendientes US$7,871 millones.
En resumen el monto total de la cartera para 47 proyectos asciende a US$54,120.66 millones, que descuenta las inversiones efectuadas e incluye los gastos de capital actualizados de los proyectos.
Según el estudio, en el 2015, la producción peruana de cobre llegará a los 2 Mtmf debido a la entrada en producción de Toromocho y Constancia. Con la plena producción de Cerro Verde (272,000 tmf), Las Bambas (400,000 tmf Cu), se espera totalizar los 2.8 Mtmf al 2016, por lo que según un estimado conservador, el aumento de la producción de cobre será del orden del 43% para el 2015, con respecto a la producción corriente del año 2014 (1,379,626 tmf), y casi del 100% para el 2016.
La investigación de PTP encontró que las empresas han introducido cambios en sus estrategias de desarrollo para enfrentar el nuevo panorama de inversiones y entre ellas se menciona a:
a) Priorizar exploración de zonas conocidas: la tendencia bajista de los precios de los minerales y, por otro, en el costo del financiamiento de los proyectos, tienen como resultado la disminuido la exploración de nuevos yacimientos, a cargo principalmente de las mineras juniors, y se orienta los esfuerzos a la exploración en zonas aledañas a los yacimientos que permitan la seguridad del abastecimiento de los recursos mineros
b) Venta de activos no estratégicos: Los niveles de endeudamiento de las empresas y sobretodo las multinacionales aumentaron por las grandes compras realizadas en la época del boom y ahora ven castigados severamente las cotizaciones de sus acciones en las bolsas de valores. Glencore, Río Tinto y Anglo American están desprendiéndose de activos, en varios lugares del mundo, con el fin de reducir sus deudas y también postergan el reparto de dividendos.
En el Perú Gold Fields vendió a Buenaventura su participación en el proyecto San Gabriel; mientras que Hochschild ha reducido los sueldos del directorio y de sus principales ejecutivos.
c) Redimensionamiento de proyectos o crecimiento modular: Los analistas sostienen que los nuevos proyectos que salgan serán más pequeños, muy optimizados y tomarán más tiempo en salir, porque serán cuidadosamente
analizados. Algunos megaproyectos, como La Granja o Quellaveco, que no se concretaron en la última época de expansión minera, tendrán más dificultades para su desarrollo, o tal vez deban esperar listas para aprovechar la siguiente buena ola de precios. En algunos casos específicos, como el proyecto de oro Tambomayo de Buenaventura, este se convertirá en una mina mediana con una capacidad de tratamiento de 3,000 tpd; así como San Gabriel, ex Chucapaca, cuyo Capex racionalizado a US$500 millones permitirá el acceso a financiamiento. Minas Justa, el proyecto de cobre del Grupo Brescia, vuelve a ser evaluado: de una explotación a tajo abierto, pasará a ser una operación subterránea y podrá evitar el alto costo del desbroce de la mina. Milpo también ha optado por el crecimiento modular; es decir, por un desarrollo de la mina de manera progresiva. El proyecto Magistral comenzará como una mediana mina de 5,000 a 10,000 tpd, para un capex de US$200 millones o US$300 millones. d) Prudencia en los compromisos con las comunidades: El descenso de los ingresos de las empresas comporta también una revaluación de los compromisos o aportes a suscribir con las comunidades de las zonas de influencia, en la medida que el flujo de caja de los proyectos se puede volver negativo porque los costos aumentan a mayor velocidad que los ingresos. De manera que es poco probable ofertas como la transferencia de S/.1,000 millones a Moquegua por parte de Anglo American para llevar adelante Quellaveco.
La investigación de PTP sobre los proyectos mineros en el Perú encontró la necesidad de revisar la cartera de proyectos que difunde desde hace años el Ministerio de Energía y Minas, tanto en el plazo probable para llevarse a cabo como en el monto de las inversiones requeridas.
En este informe se destacan algunas observaciones a la cartera del MINEM, como por ejemplo el proyecto Anama, que entró en operaciones en junio, y Constancia en producción desde el 2014, las cuales figuran con inversiones de US$40 y US$1,800 millones, respectivamente e Inmaculada, que ingresó en producción en junio de 2015 con un desembolso de US$427 millones.
Amerita corregir los montos de inversión de proyectos como la ampliación de Cerro Verde, donde hasta diciembre de 2014 se habían invertido US$3,100 millones, y en Las Bambas, en la que ya se invirtió entre US$3,800 y US$4,300 millones de un gasto de capital de US$7,000 millones. Muestra una inversión en La Granja de US$1,000 millones, cuando ahora se estima un gasto de capital de US$4,000 millones. En el caso de El Galeno se informa de una inversión de US$2,500 millones, cuando la empresa estima unos US$3,500 millones: En Michiquillay se necesitará un desembolso entre US$1,200 y US$1,500 millones y no los US$700 millones, que consta en el portafolio. Varios proyectos aún se hallan en etapa de estudios y permisos y, en otros casos, no hay trabajos de exploración reciente, ni se está llevando a cabo ningún estudio de factibilidad, por lo que las fechas de inicio de operaciones presentadas simplemente están desfasadas. Eso son los caso de Pampa del Pongo (diciembre 2016); Tía María (junio 2017), y Conga (diciembre 2017). En el grupo de “proyectos con EIA aprobado y permisos de construcción” se encuentran Toromocho, Constancia e Inmaculada, los cuales ya iniciaron operaciones. Las Bambas, que está en fase avanzada de construcción. Minas Conga está paralizada, Quellaveco y Crespo aún no han empezado construcción alguna. Otros proyectos ha sido “redimensionados”. Así San Gabriel (ex Chucapaca) ya no será de 30,000 tpd, sino de 3,000 tpd. También Magistral planea una producción de 10, 000 tpd, cuando antes estaba prevista en 30,000.tpd; y Minas Justa, que preveía una explotación a tajo abierto, ahora sería explotada como una mina subterránea.
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