El precio del oro, que tradicionalmente fluctúa con las amenazas políticas, económicas y de inflación, se mueve hoy al compás de una melodía diferente: la Reserva Federal de Estados Unidos.
Operadores y analistas dicen que el rol del oro como inversión de refugio seguro en tiempos de crisis ha disminuido recientemente, dado que su precio está más propenso a fluctuar con las expectativas acerca de cuándo la Fed subirá las tasas de interés.
Este mes, después del informe de empleo de septiembre en EE.UU., que alentó a los inversionistas a apostar que no habrá un alza de tasas este año, el oro subió 5,3%. En general, el alza de las tasas actúa como un reverso de la demanda de oro, que al no pagar intereses es menos atractivo que otras inversiones. En julio, cuando las expectativas de aumento de tasas eran todavía altas, os precios del metal precioso cayeron a mínimos de cinco años.
La cotización del oro refleja las expectativas de las tasas de interés en EE.UU., dijo Kevin Norrish, director de investigación de materias primas en Barclays. “La gente ha mirado al oro esperando que actúe como un refugio y no ha sido así”.
El cambio podría afectar el valor del oro en el largo plazo, a medida que más inversores se desilusionan con su valor como refugio y buscan alternativas.
Históricamente, el oro ha reaccionado a la agitación política y financiera. En las primeras semanas de 1980, poco después de que la Unión Soviética enviara tropas a Afganistán y mientras la revolución islámica se afirmaba en Irán, el oro subió más de 60%. Se disparó más del 150% entre octubre de 2008 y septiembre de 2011, a raíz de la crisis económica en Occidente, cuando los inversionistas apostaron a que la inflación subiría debido al dinero que los bancos centrales estaban bombeando en los mercados.
Pero en agosto pasado, cuando los temores sobre la salud económica de China provocaron un derrumbe del 17% en los precios del petróleo y una caída de 11% en el índice S&P 500, el oro ganó apenas 5,9% antes de volver a retroceder. El patrón se ha repetido a lo largo del año, cuando la participación de Rusia en la guerra separatista en Ucrania y en Siria sacudió los mercados del petróleo, pero apenas afectó al oro.
“[El oro] no ha estado funcionando bien en el frente geopolítico”, dijo Michael Mullaney, que supervisa US$11.500 millones en Fiduciary Trust. Alrededor del 2% de la cartera de Mullaney está en este metal, una posición que recientemente el ejecutivo tuvo que defender en una reunión del comité de inversión de la firma.
Sin duda, algunos argumentan que los inversionistas tienen poco que temer.
“La gente en EE.UU. no necesita un refugio en este momento, nuestra economía anda bien”, dijo Joe Foster, gerente de cartera de oro físico y acciones mineras en Van Eck Associates Corp, que actualmente no tiene inversiones en oro físico.
Otros argumentan que el oro ya es demasiado caro como para actuar como refugio, a menos que el estado de ánimo general se deprima mucho. Desde el año 2000, el valor del oro se ha más que triplicado, mientras que el del S&P GSCI, un índice que rastrea el desempeño de 24 materias primas, ha ganado 86%.
Últimamente, los precios del oro han opacado el mercado de bonos de corto plazo. Las expectativas de aumento de las tasas tienden a elevar los rendimientos de los bonos del Tesoro y a depreciar los del oro, de modo que los dos se mueven generalmente en direcciones opuestas. En las últimas semanas la relación entre ambos, medida por una correlación de 200 días, alcanzó su nivel más alto en casi tres años y medio.
El nuevo patrón de la negociación del oro refleja las expectativas de los mercados financieros de que la Fed ponga fin a un período récord de costos de endeudamiento cercanos a cero. Este juego de la espera está ahogando a otras influencias del mercado. Su peso sobre el oro también se ha exagerado debido a la ausencia de inflación, que ha despojado al metal de otro papel tradicional: el de ser una cobertura contra los precios galopantes.
Funcionarios de la Fed han dicho que un aumento de las tasas en 2015 sigue siendo posible, aunque algunos inversionistas son escépticos debido a los datos económicos mediocres que llegan de fuera de EE.UU.
Si bien las tasas siempre han tenido un impacto en el oro, los efectos han sido rara vez tan pronunciados como ahora. En 2006, el último período de alza de tasas de la Fed no llegó a desbancar al oro de su etapa alcista de 10 años, que culminó en agosto de 2011 con el precio récord de US$1.888.
Un período prolongado de tasas bajas podría ser bueno para el oro de otras maneras. Algunos inversionistas dicen que las súper flexibles políticas monetarias que están en vigencia desde la crisis financiera finalmente podrían comenzar a avivar la inflación. Entonces los inversionistas acudirían nuevamente al oro para protegerse contra el aumento de los precios, dijo Seymour Schulich, un multimillonario inversionista canadiense y ex ejecutivo de minería.
“Tengo 25% de mis activos en oro y duermo muy bien por la noche”, dijo Schulich.