MARIANGEL MARCOS*
La gestión de Inmaculada, la explotación de plata y oro recientemente abierta por Hochschild Mining, está siendo complicada por el bloqueo de su vía de acceso que desde el 28 de septiembre llevan a cabo manifestantes de Ccalaccapcha (150 habitantes),comunidad campesina del distrito de Oyolo, situada a 50 km de la mina.
La flamante mina está emplazada en terrenos de la comunidad de Huallhua, y en tierras propiedad del Estado. Además de Huallhua, en la zona de influencia directa de Inmaculada se encuentran el anexo de Huancute, una asociación de posesionarios, y las comunidades de Belén, Patari y Cascara.
El reclamo de la Ccalaccapcha se basa en no haber sido incluida dentro del Estudio de Impacto Ambiental (EIA) como zona de influencia directa, a pesar de ser una geografía de tránsito hacia la mina.
Sin embargo, Ccalaccapcha es también destinataria de los todos los programas de responsabilidad social de Hochschild para la región: salud, educación y desarrollo económico. Además, de su plantilla de 600 operarios, 120 provienen de las comunidades vecinas. Ccalaccapcha y otras comunidades de tránsito reciben los mismos beneficios aunque no estén incluidas en el EIA como zona de influencia directa.
Oyolo, de honda tradición minera, no vivió hasta ahora expresiones de cuestionamientos a la actividad. Para quienes siguen el derrotero del sector en el Perú, este contagio es una suerte de efecto dominó tras los conocidos hechos de Las Bambas (en Apurímac, pero distante en línea recta a poco más de 100 km de este escenario).
Las mineras que exploran y operan en el Perú ven que estos procesos se están convirtiendo en rutina: cuando las minas entran en producción se desatan una serie de expectativas imposibles de satisfacer en su totalidad, que terminan expresando el cuestionamiento a las inversiones que motorizan el desarrollo regional y buena parte de la economía peruana.
Uno de los programas más importantes que ejecuta la minera es el de médicos de cabecera, que tiene como herramienta un consultorio móvil implementado conjuntamente con el Ministerio de Salud, que brinda atención médica asistencial, preventiva y promocional.
Al momento de escribirse estas líneas, la carretera continúa bloqueada por un grupo de manifestantes que reclaman un diálogo a la minera aunque, según pudo saber Mining Press, no han presentado un pliego de reclamos específicos.
Pero en diversas radios limeñas, el alcalde de Oyolo, Roy Elías Mamani, acompañado por un ingeniero ambiental, ha cuestionado el EIA de Inmaculada invocando la supuesta falta de estudios hidricos, de suelos y permisos arqueológicos, así como la no existencia de puntos de monitoreo y de audiencias públicas correspondientes.
Sin embargo, para que el Ministerio de Energía y Minas (MEM) aprobara el EIA de Inmaculada todos estos pasos fueron resueltos, tuvieron que estas resueltos.
En cuanto al patrimonio arqueológico, el EIA de Inmaculada cuenta los certificados emitidos por el Ministerio de Cultura (CIRA) que establecen el plan de monitoreo y rescate arqueológico.
En lo referente a la cuestión ambiental, el EIA especificó 13 puntos de monitoreo de agua, cuatro de aire y tres de ruidos. Respecto al aspecto suelos, Hochschild, sigue los nuevos Estándares de Calidad Ambiental de Suelos (ECAS). El documento es público, así como los informes de monitoreo que las mineras deben presentar ante el MEM.
Hochschild Mining compró Inmaculada en 2010 a Internacional Mining Corporation (IMC). Y comenzó de inmediato la exploración avanzada en pos de la factibilidad. El MEM aprobó el EIA en 2012 y un año después comenzó la construcción de la mina con una inversión de US$ 315.000.000 para su fase subterránea y planta procesadora. Inmaculada produjo la primera barra de doré el 4 de junio pasado, y en los primeros días de septiembre entró en producción comercial. La vida útil inicial de la mina se estimó en seis años, con una capacidad de proceso de 3.500 ton/día. En 2015, la meta de producción es de 6 a 7 millones de onzas de plata equivalentes (73.000 onzas de oro y 2.1 millones de onzas de plata).
El reclamo vecinal en torno a Inmaculada ha traído como otro actor a Issac Humala, quien invocando su condición de propietario de tierras en Oyolo (distrito del cual es oriundo) ha mostrado en la prensa su preocupación y respaldo a Mamani, el líder de la comunidad que pertenece a un movimiento político regional.
Izcahuaca, en Apurímac, también se sumó al paro iniciado el 28 de septiembre. En principio, en solidaridad con la comunidad de Ccalaccapcha. Luego en apoyo a Las Bambas.
Liderados por el vicepresidente de la comunidad, Edgar Ponce Huamánchiri, su discurso ha ido cambiando.El reclamo inicial aludió a un derrame de relleno en pasta en 2013, controlado que se controló y se reportó inmediatamente al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), según las normativa vigente.
La minera presentó todos los informes correspondientes y el OEFA ha iniciado el proceso sancionador. Hochschild no niega el hecho y asume su responsabilidad. Pero el tema está en manos del OEFA.
La planta de Selene pertenece la antigua mina que cerró y hoy procesa el concentrado de plata de Pallancata, a 17 km.
*Directora de Mining Press
