Apenas habían pasado las siete de la mañana cuando Mauricio Macri llegó al Obelisco porteño para dar un respaldo estratégico, días antes de las elecciones presidenciales. "Con reglas claras y políticas consistentes el campo va a crear más de un millón de puestos de trabajo en todo el país", dijo el candidato de Cambiemos ante los dirigentes y productores del agro, que ayer motorizaron una visible protesta contra las políticas del kirchnerismo en relación con las economías regionales.
La presencia de Macri fue aplaudida por el titular de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere, su par de Coninagro, Rubén Ferrero, y dirigentes de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), líderes de tres de las cuatro entidades que se opusieron a la resolución 125 de retenciones a la soja a mediados de 2008.
Cero retenciones a las economías regionales, baja gradual de las retenciones a la soja y "cero limitaciones a las exportaciones" fueron las promesas que Macri aprovechó para adelantarles a dirigentes y chacareros, una parte del plan de 13 puntos para el campo que Pro tiene preparado desde hace tiempo y con el que intenta seducir a los productores de todo el país.
A su llegada (su candidata a gobernadora María Eugenia Vidal estaría en el mismo sitio un par de horas más tarde) el candidato se encontró con una buena recepción, pero también con reclamos concretos. "Vinimos a decir que después de 12 años el balance es absolutamente negativo", dijo Etchevehere. Había consensuado días atrás con el ministro de Gobierno porteño, Emilio Monzó, la presencia de Macri en el evento.
Por medio de stands en donde se exhibían frutas y verduras, los productores se quejaron de la "enorme brecha entre lo que reciben los productores y lo que finalmente termina costando el producto". Macri les prometió que trabajará "para recuperar los mercados de la carne, de la leche en polvo, y desarrollar cada economía regional".
Además de Macri y Vidal, otros dirigentes de Cambiemos pasaron por el lugar, como el líder de Uatre, Gerónimo Venegas, y el ex compañero de fórmula de Elisa Carrió, Héctor "Toty" Flores. El candidato presidencial de Compromiso Federal, Adolfo Rodríguez Saá, estuvo también junto a Etchevehere y escuchó las quejas de los productores agropecuarios y lecheros, entre otros.
La mañana de Macri incluyó también un vuelo a Santa Fe, donde su equipo de campaña obtuvo dos fotos importantes: las del candidato presidencial con el intendente de la capital santafecina, José Corral, y con el diputado Mario Barletta, aliados del socialismo santafecino hasta hace muy poco.
"El radicalismo santafecino acompaña a Mauricio con muchísima esperanza y optimismo", dijo Barletta en una reunión de la que también participaron el titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, y el jefe de Gabinete Horacio Rodríguez Larreta, responsable del armado en Santa Fe. "Esperemos que con este apoyo logremos sumar más votos", reconocía un alto dirigente de Pro, y recordaba la mediocre performance de Cambiemos en el norte santafecino a manos del kirchnerista Omar Perotti.
El apoyo de la UCR es considerado esencial por Macri. No sólo por el caudal de votos que podría sumar, sino por la imprescindible colaboración que el aparato radical podría prestar para fiscalizar los comicios. "Vamos a llegar mucho mejor que en las PASO", afirmó Monzó, que ayer se reunió con el candidato radical en Jujuy, Gerardo Morales.
San Juan y Mendoza recibirán hoy a Macri, ya en la recta final hacia las elecciones presidenciales y con poco margen para el error.
El éxodo de 35 intendentes del radicalismo cordobés al sciolismo provocó tensiones en Cambiemos cuando falta una semana para que Macri haga su acto de cierre de campaña en esta provincia. "Que cada uno se haga cargo de su panquequismo", minimizó el candidato de Cambiemos. Oscar Aguad pidió la expulsión del partido de los nuevos radicales K: "La reconstrucción de los partidos no se hace tolerando estas inconductas", señaló.