La discusión sobre el Presupuesto General de la Nación para el 2016 está llegando a su recta final, y las empresas del sector eléctrico aún no ven en las cuentas para el próximo año suficientes recursos para financiar los subsidios de la energía eléctrica para los estratos 1 y 2.
Una carta enviada por los gremios del sector al presidente de la República, Juan Manuel Santos, da cuenta de un déficit de 450.000 millones de pesos en el presupuesto en discusión.
Para las empresas del sector el no contar con los recursos suficientes para estos subsidios haría que se incrementaran las tarifas en 50 por ciento para los usuarios de estrato uno, y 30 por ciento para los de estrato dos.
“Incluso la medida podría ocasionar limitaciones en el suministro a los usuarios, debido a que las empresas no contarían con los recursos para pagar la energía que compran”, señaló José Camilo Manzur Jattin, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica, Asocodis.
Fuentes consultadas del Ministerio de Minas y Energía sostienen que el Gobierno está haciendo todo lo que está en sus manos para que se incluyan estos nuevos recursos en el presupuesto, pero dada la estrechez financiera, por cuenta de los precios del petróleo, la discusión es complicada.
La Pro forma Presupuestaria de 2015, que originalmente estuvo cifrada en 36.317 millones de dólares y luego sufrió dos recortes que la dejaron en 34.097 millones, tuvo varias modificaciones en relación a los subsidios. Una de ellas fue la eliminación de la subvención al transporte urbano. Las tarifas eléctricas tampoco se contemplaron.
Para este año la previsión de fondos para cubrir esas subvenciones fue de 5.966,86 millones, lo que significó un 4% menos que lo planificado para 2014 (6.213 millones).
El pago de subsidios por los derivados de petróleo fue el más elevado en la Pro forma de 2015, calculándose en 3.494,8 millones, cifra menor en 393 millones que en 2014 y programada en referencia a un precio del petróleo de 79,70 dólares por barril.
Dentro de este rubro están los combustibles, como el diésel importado, el Gas Licuado de Petróleo (GLP) tanto nacional como importado, la nafta importada, entre otros.
Según datos del Banco Central, entre enero y julio de este año, el subsidio llegó a 1.217,5 millones, divididos en 619,8 para el Diésel, 447,8 para las naftas de alto octano (gasolinas Súper y Extra) y 149,9 millones para el GLP.
Revisión de subsidios
Aunque el gerente de Petroecuador, Carlos Pareja Yannuzzelli, confirmó que por el momento no se está hablando de la eliminación del subsidio a los combustibles, sí señaló que es partidario de retirarlo, al considerar que entre 140 y 150 millones de dólares que se utilizan en la subvención se podrían destinar a obras y son pagados por todo el mundo, incluso quienes “no tienen carro, los que andan en bicicleta”.
Para el exministro de Energía y exsecretario de la OPEP René Ortiz, este es el momento perfecto para hacer una revisión y eliminación de los subsidios a los combustibles, debido a que los precios del petróleo crudo bajaron a tal nivel que los precios de los combustibles que Ecuador importa para su consumo interno están inclusive inferiores a los de Estados Unidos en la costa del Golfo.
A su criterio, es hora de dejar libres los precios de los combustibles en el país, con lo que el Gobierno podría quitarse a futuro un “peso gigantesco”.
‘Ensayos’
José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes), señaló que con el incremento gradual del precio de la gasolina Súper desde este mes se está empezando a hacer un ensayo de eliminación del subsidio, pero ampliar dicha eliminación a la Extra, al Diésel y al GLP, podría generar que el consumo privado se contraiga aún más, porque hay gastos que no se pueden dejar de hacer, como el del gas doméstico.
“Lamentablemente, esta es una decisión que el Gobierno debió tomar antes… pero no se hizo para evitar el costo político”, dijo Hidalgo, al explicar que es necesario recortar los subsidios, sobre todo el de la gasolina, que favorece principalmente a una clase alta y es una opción de recortar el gasto del país, pero en este momento podría perjudicar al consumo privado con una caída del mismo
De su parte, el experto económico Juan Fernando Carpio, dijo que el incremento gradual del precio de la gasolina es “un globo de ensayo” y no hay sorpresa de que se empiece por ahí y luego vendrán los demás combustibles.
Sin embargo, dijo que “es una pena que no se haga por una convicción de que los subsidios son una anomalía y no pueden ser una política permanente, por lo menos en los temas de consumo”.
Indicó que con el dinero que se libera del subsidio se podría tener un buen sistema de transporte público con seguridad, escuelas bien dotadas al igual que centros médicos. “Sin embargo, se prefirió sostener algo que es tremendamente popular porque a la gente le gusta la gasolina barata”.