A un mes del derrame de cianuro en Veladero, el juez Pablo Oritja afirmó que esta semana se resolverá la situación procesal de los 9 empleados de Barrick imputados. Además, confirmó que está descartado un posible sabotaje.
“No hay ningún elemento que nos haga suponer que hubo una acción dolosa contra la válvula, en este caso. La pericia en la válvula nueva demorará un poco, porque debe venir del exterior”, contó el magistrado en los micrófonos de Radio Sarmiento.
Aunque prefirió no brindar mayores detalles sobre la responsabilidad de la empresa en lo ocurrido, afirmó que es materia de investigación la periodicidad de los controles en la zona, fundamentalmente el estado de las válvulas.
"La hipótesis que se maneja es que estamos frente a un acto culposo frente al cambio de condición de la seguridad de la compuerta del canal norte", concluyó.
PERFIL
Por Ernesto Simon
Con un documento titulado “En defensa de la verdad”, empresarios, instituciones y gremios del sector minero salieron ayer a rebatir el informe de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) que confirmaba la presencia de metales pesados en un afluente del río Jáchal que podrían haber sido liberados por el derrame de cianuro ocurrido hace casi un mes en la mina Veladero que explota la Barrick.
Los representantes mineros coincidieron en señalar como “malicioso” el informe difundido por el portal Unidiversidad de la casa de altos estudios de Mendoza e insistieron en que los valores del río Jáchal son los mismos que antes de la instalación del proyecto minero. “Los valores de la línea base, para los que se realizaron más de 25 mil análisis, demuestran que no hubo alteración alguna”, defendió Mario Capello, secretario del Colegio Argentino de Ingenieros en Minas. Por su parte, Alejandro Donna, titular de la Cámara de Servicios Mineros, anunció que un grupo de abogados trabaja para denunciar penalmente a quienes “sigan injuriando la actividad”.
El informe también fue cuestionado por el Gobierno de San Juan quien rápidamente intimó a la UNCuyo para que ratifique o rectifique sus dichos acerca de la contaminación. La respuesta se conoció el último jueves. En una extensa carta, el vicerrector de la institución, Jorge Barón, respaldó tanto el artículo periodístico como el informe técnico, aunque aclaró que no representan necesariamente la postura institucional de la Universidad. “Sólo me cabe reafirmar la objetividad y calidad técnica que pudiera tener el informe cuya elaboración ha sido atribuida al Laboratorio de Análisis Instrumental de la Facultad de Ingeniería de la UNCuyo”.
En tanto, avanza la causa judicial radicada en Jáchal.El juez Pablo Oritja imputó a nueve empleados de Barrick por el delito de “contaminación realizada por imprudencia, negligencia o inobservancia de los deberes a su cargo” y en días decidirá su procesamiento.
“El único intérprete de los análisis del río es el juez Oritja, y él ya dijo que las aguas están contaminadas”, afirmó el abogado Diego Seguí, quien patrocina al demandante Saúl Zeballos. “No nos vamos a conformar con los perejiles, las responsabilidades son del ministro de Minería de San Juan, Felipe Saavedra, del secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral, para quienes hemos pedido indagatoria; y de los jerárquicos de la empresa”.
Ayer trascendió que Saúl Zeballos y Elisa Carrió denunciaron al jefe de Gabinete, Aníbal Fernández y a Mayoral por encubrimiento y abandono de personas ante el Juzgado Federal N° 7 a cargo de Sebastián Casanello.
Perfil
Ernesto Simón (*) |
En la madrugada del lunes 13 de septiembre, y ante el abandono al que se dejó al intendente Jorge Washington Barifusa por parte de los funcionarios provinciales, éste acordó con los asambleistas que encargarían un análisis de los ríos donde se había derramado más de 1.000.000 de litros de agua con cianuro. Dicho análisis fue solicitado a la Universidad Nacional de Cuyo. Una vez pedido el trabajo a la prestigiosa academia, se acordó también que el contacto entre UNCuyo y el pueblo de Jáchal sería Saúl Zeballos, quien figura en el análisis luego entregado como "contacto".
Asimismo, el "solicitante", según consta en el estudio, es la Municipalidad de Jáchal quien pagó la suma de 42.000 pesos por el trabajo. Hasta acá, todos de acuerdo, el problema fue cuando llegaron los resultados.
El miércoles 23 de septiembre, Saúl Zeballos, miembro autorizado a retirar los resultados del estudio encargado a la UNCuyo, viajó a Mendoza y retiró el análisis químico y bactereológico. En el impreso del estudio, insisto, figura como "contacto" válido, por lo cual quién más sino él para buscarlo. Una vez en sus manos, entregó una copia a Cristian Romero, Secretario de Gobierno municipal de Jáchal, y la otra a la Asamblea de Jáchal, para que los vecinos, angustiados por el episodio, pudiesen conocer la información brindada por la universidad mendocina. ¿Qué pasó entonces? Esto que sigue.
El Secretario de Gobierno municipal de Jáchal habría arrancado del impreso la parte del "Informe de Análisis Bactereológico". ¿Por qué?, preguntará el curioso lector. Porque el estudio microbiológico indica "que hay bacterias muy nocivas y difundidas, como la escherichiacoli, donde se originan los cauces de agua montañosos". Esto indicaría que los líquidos sanitarios (materia fecal y orina) de los habitantes de la mina Veladero estarían siendo arrojados a los cauces de estos ríos montañosos que se alimentan del deshielo de nieves y glaciares. Se sabe, la escherichiacoli es una bacteria que se encuentra normalmente en el intestino del ser humano y puede producir el síndrome urémico hemolítico, enfermedad fatal.
Pero además, el resultado detectó metales en dosis por encima de los valores tolerables. Esta información encolerizó al Gobierno de San Juan que, según se supo, habría apretado por teléfono al rector de la universidad, Daniel Ricardo Pizzi, para que la información no trascendiera públicamente; de lo contrario, se iniciarían acciones judiciales contra la universidad. Como respuesta al "apriete", el rector ordenó hacer un artículo en base al trabajo encargado y publicarlo en el sitio Unidiversidad.com.ar, que es un diario on line de la UNCuyo. Este supuesto "apriete" del que nadie habla pero que todos conocen, fue mucho antes de que el Gobierno de San Juan decidiera formalmente enviar una carta notarial a la UNCuyo para que rectifique o ratifique los dichos del artículo periodístico publicado y subido a la web. La nota apareció bajo el título "El derrame de la Barrick envenenó el aguade Jáchal".
Llegamos a un punto del asunto en que los detalles son fundamentales. El juez Pablo Oritja recibe en la denuncia radicada en su juzgado el análisis que le entregó el Secretario de Gobierno de Jáchal, Cristian Romero. Es decir, el análisis incompleto porque se le arrancó el "Informe de Análisis Bactereológico" que originalmente traía el estudio.
Hay tres denunciantes en la causa por el derrame de cianuro de Veladero: El primero es Saúl Zeballos (asambleista), más tarde lo hizo Guillermo De Sanctis (Fiscal de Estado) y finalmente fue Julio Orihuela (Defensor del Pueblo) quien decidió denunciar. Esta semana, el denunciante Saúl Zeballos aportaría a la causa el análisis completo de la UNCuyo, naturalmente con el Informe de Análisis Bactereológico. ¿Por qué? Sencillo: porque sería acertado y justo que este punto esté en la causa por la gravedad de los datos que deja al descubierto.
Otro dato no menor, el juez Pablo Oritja solicitó de oficio a la Universidad Nacional de San Juan un estudio de las mismas características al solicitado a la UNCuyo. Y, vaya coincidencia, el resultado de la UNSJ arroja los mismos valores que los de UNCuyo pero sin el Informe de Análisis Bactereológico. Ese informe, aún no difundido por la UNSJ, indica que en las muestras se detectan valores altos de aluminio y manganeso.
Finalmente los análisis que aún faltan en la causa son los propios de la empresa Barrick compartidos con el Ministerio de Minería de San Juan: Son los del Programa de Monitoreo permanente en los ríos Potrerillos y Las Taguas y que Gimena Daneri (representante de la empresa) en su informe preliminar del miércoles 16 de septiembre elevó al ministerio. Allí se explica que los datos del mentado monitoreo estaban en un laboratorio externo. Dichos análisis arrojarían la hora y el volumen exacto de cianuro derramado y la elevación de los metales en los cursos de agua contactados como producto de la lixiviación “no deseada”. Esto ya ha sido pedido al juez por el denunciante Saúl Zeballos pero hasta el momento Oritja no le ha ordenado a la empresa minera que proporcione esa vital información. Nadie sabe por qué y nosotros mucho menos. Así nos va.
(*) Especial para Perfil.com, desde San Juan