La baja en la demanda de cobre explica en gran parte las turbulencias de esta semana en las acciones mineras.
A lo largo de las fangosas riveras del Río Severn en Newport, Gales, se encuentra la "megatrituradora", un monstruo industrial de propiedad de una de las firmas recicladoras de metales más grandes del mundo, Sims Metal Management. Cada hora, la máquina de 560 toneladas engulle más de la mitad de su peso en autos, lavadoras y otros artefactos, haciendo temblar la tierra mientras los rompe en pedazos. Luego usa imanes para separar los pedazos ferrosos, escupiendo pequeñas pepas de acero, cobre y otras chatarras. Estos son enviados a fundiciones en Asia, alimentando a ese otro gran devorador de metales, China.
Hace una década, cuando la máquina fue instalada, el hambre de China por chatarra parecía insaciable. Pero en la primera mitad de 2015 los envíos a China fueron la mitad que el 2012, cuando la demanda estaba en su peak , dice Ian Hetherington, de la Asociación Británica de Reciclaje de metales. La caza de clientes por parte de los distribuidores de chatarra se está volviendo desesperada.
No son solo los comerciantes de chatarra los que están sufriendo por la baja en la demanda de metales en China. El 28 de septiembre las acciones de Glencore cayeron cerca de un tercio, a pesar de los intentos de la firma de reforzar su balance financiero en las últimas semanas. Las acciones de Anglo American, una minera con base en Londres, también recibieron una paliza. A pesar de una recuperación posterior, las acciones de Glencore han caído a un sexto de su nivel del 2011. El detonante de la última caída fue una nota de Investec, una empresa de inversiones, que especuló que, de persistir los débiles precios, las ganancias de Glencore y Anglo serían consumidas por la amortización de la deuda, y que eventualmente podrían terminar con su capital accionario. Señaló que las grandes mineras, Rio Tinto y BHP Billiton, aunque menos endeudadas, también eran propensas a elevar su deuda si los precios se mantienen bajos. Esto podría amenazar su habilidad de mantener los dividendos, al igual que Glencore.
El commodity que da cuenta de las mayores ganancias de Glencore es el cobre. Al igual que la mayoría de los metales industriales, su precio ha caído en los últimos años, con un efecto predecible en las acciones de Glencore. La fuerte desaceleración de la actividad industrial en China es un desastre para los productores de cobre, ya que China consume el 45% de su producción. Sus intentos de pasar de una economía de inversión a una orientada al consumidor ha aumentado los miedos de una caída estructural en la cantidad de cobre que necesitará. Pero, la cantidad de cables de los bienes de consumo no coincide con la gran demanda de las últimas décadas en la rápida urbanización en forma de líneas eléctricas, cables de telecomunicaciones y el cableado de departamentos.
Las estimaciones de corto plazo sobre la demanda de cobre de China varían. El Deutsche Bank estima que crecerá un 3% al año promedio durante los próximos cinco años, por debajo del 7,5% de los últimos cinco años. Goldman Sachs, otro banco, tiene una visión particularmente bajista, diciendo que el consumo chino de cobre no crecerá en absoluto este y el próximo año.
Una decepción reciente ha sido la puesta en marcha de la infraestructura eléctrica en las ciudades chinas continentales, donde se esperaba que la inversión creciera este año. Analistas de BHP dicen que tales niveles de infraestructura representan la mayor parte del consumo de cobre en China. Sin embargo, una ofensiva contra la corrupción en empresas de energía estatales desaceleró los proyectos de redes de tendido durante la primera mitad del año, según los analistas. Aún más, China está usando cada vez más aluminio para sus cables.
Los gastos en otras infraestructuras se están acelerando, pero no parece ser suficiente. La construcción de propiedades representa una proporción grande de la inversión china, pero con viviendas en el país que figuran sin vender es poco probable que repunte pronto. Por otro lado, el cobre se requiere al final de la construcción, para cables, cañerías y sistemas de aire acondicionado, así como para electrodomésticos. Las terminaciones de viviendas han caído 15% en lo que va del año; el comienzo de viviendas nuevas es aún menos.
Junto con el desgaste industrial, el cobre ha estado bajo un ataque especulativo en China también. Los fondos de cobertura chinos, disuadidos por el gobierno de "difusión de rumores" sobre las acciones, han lanzado esporádicas "redadas de oso" sobre el cobre como un poder para apostar sobre la economía china. Kenneth Hoffman, un especialista en cobre de Bloomberg Intelligence, una empresa de datos, describe el tamaño y poder de estas firmas como "estremecedor".
La capacidad de los especuladores para irritar los mercados está apoyada por información incorrecta sobre las acciones del cobre en China. Los turbios números en inventario y las reservas del Departamento de Estado chino han llevado a algunos como el señor Hoffman a creer que la información exageró la fuerza de la demanda del cobre en China.
Equilibrio de oferta
Pero las perspectivas para China no son del todo bajistas. En la medida que los ingresos suben, se espera también lo haga la "intensidad" del uso del cobre. China está aún muy por debajo del nivel de ingreso promedio al que el consumo del cobre llegó a su máximo en Japón, por ejemplo.
Antes de eso, la oferta debe caer para equilibrar el mercado. Algunos estiman que la industria aún necesita rotar cerca de 500 mil toneladas de exceso de cobre este año. Eleni Joannides, de Wood Mackenzie, una empresa de investigación, espera que para fin de año las reservas de cobre asciendan a 80 días de consumo promedio, más alto que durante la crisis financiera mundial de 2008-2009. Ese sobrestock va a empeorar. Las acciones no van a alcanzar su punto máximo hasta 2017, predice Wood Mackenzie.
Glencore no es la única minera que ha respondido recortando la producción (el mes pasado anunció recortes en Africa por 400 mil toneladas en 18 meses). El señor Joannides dice que minas que producen más de 170 mil toneladas anuales han estado sin actividad en lo que va del año. Pero no solo los suministros más caros están siendo retirados del mercado. Muchas empresas, ayudadas por la caída de las monedas en países como Chile y Perú, están, en cambio, recortando los costos para mantener la producción.
La fragmentación de la industria hace poco probable que los productores accedan a detener la producción. Goldman Sachs señala que los productores de mineral de hierro siguen aumentando su producción, aunque cuatro de ellos controlan el 65% del volumen del mundo; en el cobre los cinco principales productores tienen un tercio del mercado. En algunos casos, es más barato mantener las minas funcionando a pérdida por un tiempo.
En algunos años, sin embargo, muchos analistas esperan que limitaciones naturales pongan un piso a los precios.
La calidad de mineral en minas de cobre decayó durante el auge. La escasez de agua hace que el cobre sea más caro de extraer. El desgaste de la mina en Chile y Perú ha llevado a las empresas a explotar nuevos yacimientos con arsénico que requieren de limpieza muy costosa.
Costos más altos hacen menos probable que crezca la producción, que eventualmente ayudaría a estabilizar el mercado. La demanda china también debiese ser complementada con el crecimiento en otros mercados, como India, que consume el 2% del cobre del mundo. El desafío para los grandes cavadores como Glencore, y los "mineros urbanos", como las megatrituradoras y vendedores de chatarra, es aguantar hasta entonces.
La demanda china también debiese ser complementada con el crecimiento en otros mercados emergentes, como India, que consume solo el 2% del cobre del mundo.