Pablo Fernández Blanco
La venta de los activos locales de la brasileña Petrobras, una de las mayores operaciones comerciales de la década, quedará otra vez vacante. La estatizada YPF, que había hecho la única oferta por su competidora, desistió ayer de cerrar la operación, confirmaron a LA NACION fuentes al tanto de las discusiones.
Las compañías no se pusieron de acuerdo en un punto clave: el precio final de venta. A fines del mes pasado, la empresa estatal que comanda Miguel Galuccio presentó una oferta por más de US$ 900 millones para quedarse con el 67% de Petrobras Argentina, que se hizo sobre las espaldas de la ex Pecom Energía, una empresa que la brasileña compró a principios de siglo. El número no le alcanzó a la vendedora, que pidió una mejora de la oferta. Su reclamo cosechó una negativa rotunda por parte de YPF.
Galuccio le había comentado a su entorno antes de presentar una oferta que la compra era viable sólo al precio correcto. Un interlocutor frecuente del presidente de YPF reprodujo sus palabras: "Si sale al valor correcto es un buen negocio, pero representa apenas el 10% de YPF. Nos serviría para sumar reservas de gas. Ése es nuestro principal interés en la operación", le dijo.
Aunque sólo la petrolera estatal presentó una oferta final por YPF, en una operación pensada junto con Pluspetrol, compitió hasta último momento con otros candidatos.
Entre los interesados estaban PAE, la empresa de los hermanos Bulgheroni, la china Cnooc y la británica BP, y el Grupo Indalo, del empresario oficialista Cristóbal López. Sus competidores fueron un motivo adicional para que YPF afilara el número, dado que sus máximos responsables temían que la competencia presentara una cifra menor para desprestigiar la oferta de la petrolera estatizada, algo que finalmente no ocurrió.
La llegada de Petrobras a la Argentina, en 2003, le dio un golpe al amor propio de la burguesía nacional. Cuando el país todavía no salía de la crisis de 2001, el gigante brasileño se quedó con el mayor negocio de la familia Perez Companc y una de la joyas del sector privado argentino. Poco tiempo después, sin embargo, los planes de Petrobras comenzaron a achicarse. En 2010 le vendió su refinería de San Lorenzo y 360 estaciones de servicio a Cristóbal López. Y en 2013 puso en venta por primera vez el resto de su negocio en la Argentina.
En el camino, se desembarazó de otros activos locales. Por caso, el año pasado le vendió a CGC, la petrolera del empresario aeroportuario Eduardo Eurnekian, un conjunto de yacimientos en Santa Cruz. Y también le cedió a YPF su participación en el yacimiento Puesto Hernández. Ambas fueron operaciones millonarias.
La brasileña tenía mayores expectativas en esta ocasión. Para eso contrató al banco boutique Evercore, encargado de recibir las ofertas, explicar las expectativas de la empresa y facilitar la operación. Su representante en la Argentina es Daniel Marx, ex secretario de Finanzas en el gobierno de la Alianza. Hoy dirige Quantum Finanzas, que en abril de 2011 cerró un acuerdo con Evercore para asesorarlo en fusiones y adquisiciones.
Petrobras tiene participación en múltiples negocios, desde la producción y refinación de petróleo y gas hasta la comercialización de combustibles. También tiene una central eléctrica y participa en la transportadora de gas TGS.