Thomas Griesa tiene ahora en la mira el pago de unos u$s 5.300 millones a la petrolera española Repsol a través de la emisión de los Bonar 2024 y la intervención de JP Morgan en esa operación de mayo de 2014. El juez de Nueva York dio lugar el lunes pasado a una presentación de los fondos buitre, por la queNML Elliott, Aurelius, Blue Angel, Olifant y otros reclamaron a ese banco norteamericano y al Deutsche Bank y el BBVA por su eventual intervención como agentes colocadores del bono en los Estados Unidos.

Griesa habilitó a los demandantes a reclamar a otros jueces de EE.UU. para pedir información sobre la eventual participación en la venta de los títulos públicos en el territorio de ese país, habilitando la cláusula Discovery. Además avaló el pedido a las tres entidades de toda "la documentación disponible sobre las solicitudes" de los fondos buitre, además de reservarse la posibilidad o no de avanzar sobre eventuales embargos dependiendo de la evolución del "juicio del siglo" en su juzgado. 

Ya se sabía que tanto Griesa como los fondos buitre tenían en la mira tanto al Deustche Bank como al BBVA, a través de la eventual participación de las subsidiarias en la Argentina de los dos bancos en la colocación del bono en abril de este año, pese a que el Gobierno había colocado la deuda por unos u$s 1.415 millones bajo la jurisdicción local y sin la intervención de ninguna entidad financiera. Además, hace dos meses, el estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H) presentó un escrito ante Griesa ratificando que no hubo agentes financieros en la operación y que, eventualmente, el Deutsche Bank y el BBVA sólo vendieron el bono a sus clientes, sin que la Argentina haya intervenido en esta operación. Los fondos buitre buscaron además relacionar a Marathon y Knightsbridge en la sospecha, aunque sin poder comprobar tampoco si efectivamente fueron protagonistas de la colocación del bono. 

La novedad del escrito presentado ante el juez el lunes, y avalado para iniciar la investigación, es que el magistrado avala que comience la investigación de la intervención de JP Morgan como agente colocador, pero no del Bonar 24 en el mercado, sino por haber sido el único comprador de los u$s 5.300 millones que el Gobierno argentino le pagó a Repsol por la renacionalización de YPF en Bonar 24. En mayo de 2014 la Argentina le giró esos bonos a la petrolera española, que inmediatamente se los vendió al banco norteamericano con una quita del 13%. Luego, el JP Morgan recolocó el bono en los mercados financieros internacionales, donde ahora cotizan libremente. 

Según Griesa y los fondos buitre, la intervención de JP Morgan sería de agente colocador "encubierto", y debería ahora enviar toda la información disponible que le pidan los fondos buitre para descubrir si su intervención fue o no consensuada con el Gobierno argentino. 

Para el juez, los tres bancos bajo sospecha "no tienen ninguna base de sustentación para negarse a redactar y producir para el discovery en cuestión lo que consideran información altamente relevante"; y estas tres entidades financieras "no pueden negarse a producir documentación de información bajo su dominio, argumentando que dicha información no fue producida en los Estados Unidos".