Cristina F. Pereda
Las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico han enfrentado a los gobiernos de los 12 países firmantes con sindicatos, organizaciones ambientalistas y grupos que reivindican el acceso a medicamentos más baratos frente al poder de las grandes corporaciones.
¿Qué es el TPP?
Conocido como TPP (Trans-Pacific Partnership), el acuerdo establece un nuevo marco de libre comercio entre una docena de países de la región, liderados por Estados Unidos y Japón. Las otras naciones implicadas son Australia, Brunei, Canadá, Chile, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. Todos ellos acordaron ayer un nuevo marco arancelario que afecta a varias industrias, como la farmacéutica, la automovilística y la textil, y que establece algunas de las normas laborales y regulaciones medioambientales más ambiciosas hasta ahora.
¿Cuál es la relevancia del pacto?
Se trata del acuerdo regional más amplio de la historia, que une bajo un mismo mercado al 40% de la economía de bienes mundial. El TPP representa el pacto más importante desde 1993, cuando Estados Unidos, Canadá y México firmaron el Tratado Norteamericano de Libre Comercio. Brunéi, Chile, Nueva Zelanda y Singapur empezaron a negociar a comienzos de este siglo, y en 2008 se unió Estados Unidos. Para Barack Obama se trató de una prioridad de su mandato con el objetivo de proteger los intereses del país en la región.
¿Geopolítica o economía?
Pese a que todas las líneas del acuerdo afectan a intercambios comerciales, también tiene importantes consecuencias políticas a escala internacional. Estados Unidos ha perseguido el acuerdo con el objetivo de frenar el poder de China en la región. Obama aseguró ayer que cuando el 95% de los posibles consumidores de Estados Unidos viven en el extranjero "no tiene sentido que China escriba las reglas comerciales". El TPP abre las puertas de nuevos mercados a los productos made in America.
¿Por qué es polémico?
Tras más de cinco años de negociaciones secretas, el TPP ayuda a reducir impuestos en unos 18.000 productos de Estados Unidos en el resto de países, por lo que para los fabricantes estadounidenses será más fácil competir en el extranjero. Además, Washington ha impuesto un nuevo plazo en la exclusividad de las fórmulas empleadas para crear medicamentos para tratar enfermedades como el cáncer. Los detractores del acuerdo aseguran que si se amplían los plazos de exclusividad subirán los costos de producción y dejarán los tratamientos fuera del alcance de los ciudadanos en las naciones más pobres.
WSJ
Estados Unidos, Japón y 10 países del Pacífico alcanzaron el lunes un acuerdo histórico para reducir las barreras comerciales para bienes y servicios y establecer reglas comerciales que abarcan dos quintas partes de la economía mundial.
Para EE.UU., el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés) abre mercados agrícolas en Japón y Canadá, endurece las normas de propiedad intelectual en beneficio de las compañías farmacéuticas y de tecnología, y establece un estrecho bloque económico para desafiar la influencia de China en la región.
El presidente Barack Obama elogió el pacto comercial, diciendo que, además de fijar altos estándares para la protección de los trabajadores y el medio ambiente, abre nuevos mercados y “nivela el campo de juego para nuestros agricultores, ganaderos y fabricantes mediante la eliminación de más de 18.000 impuestos que varios países ponen sobre nuestros productos”. A diferencia de acuerdos anteriores, puntualizó, “esos compromisos son exigibles”.
Industrias estadounidenses tan diversas como la aeroespacial y la de indumentaria elogiaron el tratado, aunque otros sectores, como el farmacéutico, indicaron que no contiene todas las protecciones sobre propiedad intelectual y otros asuntos que les habría gustado.
El sector agrícola es el que ha expresado su apoyo más ferviente. El TPP eliminará los aranceles sobre hasta 40% de los productos avícolas y frutícolas y 35% de la soya estadounidenses, a la vez que minimizará imprevistas prohibiciones a la exportación capaces de desbaratar los negocios de las empresas agrícolas.
El Consejo de Granos de EE.UU. indicó que el acuerdo permitirá expandir las exportaciones de granos en 11%. Las ventas de maíz llegaron a US$11.000 millones en 2014, según el Departamento de Agricultura estadounidense.
La Asociación Nacional de Fabricantes, la mayor agrupación de la industria, alabó el acuerdo porque eliminará impuestos sobre hasta 59% de la maquinaria estadounidense destinada a los socios del TPP, según la Casa Blanca.
Algunas grandes multinacionales, sin embargo, manifestaron sus objeciones. Ford Motor Co., que había expresado abiertamente su inquietud sobre la prevención de manipulaciones cambiarias, exhortó el lunes al Congreso a rechazar el acuerdo en sus actuales condiciones porque no incluye medidas al respecto.
El pacto representa una victoria para Obama, quien lo considera una herramienta para impulsar el crecimiento económico, mejorar la competitividad de las empresas y unir a países de ideas afines en un momento en que China, que no es parte del TPP, adopta una postura económica y militar más firme en la región.
Obama, sin embargo, enfrenta en los próximos meses el desafío de obtener la aprobación del acuerdo en un Congreso profundamente dividido. Apenas un puñado de demócratas apoya la política comercial de Obama y el respaldo de los republicanos es impredecible en el año electoral de 2016, dependiendo de la postura de los candidatos presidenciales y el nuevo liderazgo en la Cámara de Representantes. El acuerdo no será sometido a una votación en el Congreso estadounidense hasta principios del próximo año.
Después de decenas de rondas de negociaciones y cinco días en el que se ultimaron los detalles en Atlanta, los ministros de Comercio y altos funcionarios dieron por resueltas sus ásperas discusiones sobre temas como la protección de la propiedad intelectual para los medicamentos biológicos, las reglas para la industria automotriz y los productos lácteos.
De ser aprobado por el Congreso estadounidense, el pacto marcará una expansión efectiva del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o Nafta, por sus siglas en inglés), que entró en vigencia hace dos décadas, para incluir además de EE.UU., México y Canadá a Japón, Australia, Chile, Perú y varios países del Sudeste Asiático.
El TPP ha estado en gestación desde 2008, pero se ha visto obstaculizado por disputas políticamente sensibles, incluyendo una entre EE.UU. y Japón por la industria del automóvil.
Una de las últimas disputas en resolverse enfrentó a Australia con EE.UU., que buscaba hasta 12 años de protección para los medicamentos biológicos contra imitaciones genéricas. Los dos países llegaron a un punto intermedio que proporciona un mínimo de cinco y potencialmente hasta ocho años de exclusividad para los productos biológicos. Chile, Perú y otros países siguen preocupados por el impacto que largos períodos de exclusividad tendría sobre el precio de los fármacos, de acuerdo con personas al tanto de las conversaciones.
En otro acuerdo de último minuto, Canadá y Japón aceptaron incrementar el acceso a sus estrictamente controlados mercados de lácteos, permitiendo el ingreso de algunos productos estadounidenses, aunque Nueva Zelanda también persuadió a EE.UU. para que acepte sus lácteos. La áspera discusión sobre la leche llamó la atención del Congreso, donde el senador Ron Wyden (demócrata de Oregón) y el representante Paul Ryan (republicano de Wisonsin), dos legisladores que supervisan la política comercial, exigieron que los productores de leche en sus estados tengan más acceso a los consumidores canadienses, una concesión delicada para Canadá durante su campaña electoral.
Se prevé que el TPP enfrente en el Congreso de EE.UU. una dura batalla que podría continuar durante el próximo gobierno. Obama tendrá que disipar la inquietud sobre el acuerdo dentro de los dos partidos en medio de una tensa campaña presidencial.
La legislación de vía rápida diseñada para agilizar la aprobación del acuerdo en el Congreso fue aprobada por escasa mayoría hace unos meses, y una variedad de factores, incluyendo las presiones de la campaña presidencial, podría hacer más difícil la digestión del acuerdo final.
Legisladores de ambos partidos han expresado en los últimos días sus reservas sobre disposiciones del TPP, incluyendo algunos que votaron a favor de la legislación anterior para permitir que las negociaciones avanzaran.
Las probabilidades de que el Congreso lo apruebe dependerán en gran parte del lenguaje de la versión final, particularmente en disposiciones que van desde el fortalecimiento de los derechos de los sindicatos a las limitaciones que las compañías tabacaleras estadounidenses enfrentarán dentro de los países firmantes.
“Voy a examinarlo con cuidado para ver si mis preocupaciones sobre el apuro para llegar a un acuerdo antes de cumplir con todos los objetivos de EE.UU. se justifican”, dijo el senador Orrin Hatch (republicano de Utah), presidente del Comité de Finanzas del Senado, el domingo antes de que se completara el acuerdo.
Los sindicatos estadounidenses y sus aliados entre los grupos de defensa del consumidor y ambientalistas son algunos de los mayores críticos del TPP. La oposición de izquierda ha impedido que Obama consiga el apoyo de muchos de los integrantes de su partido, escépticos de los beneficios del acuerdo para los trabajadores estadounidenses.
Un conjunto de legisladores republicanos se opone a disposiciones que fortalezcan la influencia de los sindicatos, incidan en la capacidad de las tabacaleras de cuestionar las normas de empaquetado y otras leyes en el extranjero, que posiblemente dañen a las industrias locales, desde los productores de leche a las azucareras.
Tanto en el sector farmacéutico como en otras industrias, los funcionarios estadounidenses buscaron un acuerdo aceptable para otros países y por tantos miembros del Congreso como fuese posible, sin provocar la oposición abierta de grupos empresariales de importancia.
Muchos legisladores demócratas y grupos que respaldan los medicamentos genéricos y menos costosos no querían más de cinco años de exclusividad de fármacos biológicos, y no estaba claro de inmediato si el compromiso en el TPP podría satisfacer sus inquietudes.
Con disposiciones clave sobre legislación ambiental y laboral, Obama puede recoger algunos votos demócratas en el Congreso que se opusieron a la legislación de “vía rápida” a principios de este año.
El amplio acuerdo comercial alcanzado el lunes marca una victoria para Japón y otros aliados de Estados Unidos en la batalla que llevan adelante con China por la configuración del futuro del comercio mundial.
El Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), firmado por 12 países entre los que no está China, destaca el precio que está pagando Beijing por demorar reformas mientras otros países escriben las nuevas reglas comerciales en una zona que representa 40% de la economía mundial, según los expertos.
Los líderes de Japón consideran que el acuerdo es clave para sus objetivos económicos y de seguridad a medida que China amplía su influencia en la región, especialmente en el Sudeste Asiático, donde Japón ha sido durante mucho tiempo un importante inversionista y prestador de ayuda económica.
“Vamos a ayudar a promover el crecimiento regional, la prosperidad y la estabilidad mediante la profundización de los lazos económicos con los países que comparten valores como la libertad, la democracia, los derechos humanos básicos y el estado de derecho”, dijo hace poco el primer ministro de Japón, Shinzo Abe.
En China se celebra un feriado semanal y los funcionarios no estuvieron disponibles de inmediato para comentar, pero la agencia noticiosa oficial Xinhua dijo el domingo que las negociaciones del TPP carecían de transparencia.
Algunos analistas chinos reiteraron viejas críticas contra Washington, aduciendo que EE.UU. concibió este acuerdo para refrenar a China. “¿Se unirá China? ¿El TPP liderado por EE.UU. tiene la intención de contener a China? “, dijo Feng Wei, profesor de la Universidad de Fudan en su cuenta verificada de la red social Weibo.
Después de años de negociaciones, el acuerdo alcanzado reduce las barreras al intercambio de bienes y servicios entre los miembros, que incluyen a Australia, Nueva Zelanda, Japón, Singapur, Malasia, Vietnam y Brunéi en la región Asia-Pacífico y a México, Perú, Chile, Canadá y EE.UU. en América.
China fue invitada a unirse al grupo, pero se mostró renuente a cumplir muchas de las reglas necesarias para hacerlo, como la apertura del sector financiero. Al no ser un miembro fundador, dicen los expertos, China está perdiendo la oportunidad de contribuir a la formación de un pilar importante del sistema de comercio mundial, una de las prioridades del presidente chino, Xi Jinping.
“La clave es si las reformas nacionales de China serán suficientes. Si no lo son, tendrá que seguir a EE.UU. y perder su oportunidad de ayudar a hacer las reglas con el TPP “, dice Shi Yinhong, director del Centro de Estudios Americanos de la Universidad de Renmin.
Se espera que el acuerdo contribuya a limitar los esfuerzos de Beijing para trazar su propio curso para la región, entre los que se incluyen su propuesta de un bloque comercial regional, el Área de Libre Comercio de Asia-Pacífico, y el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, un rival con sede en Beijing del Banco Asiático de Desarrollo liderado por Tokio, que tiene su sede en Manila.
A menos que China abra su economía, otros países asiáticos son más propensos a unirse al TPP que a un bloque comercial liderado por Beijing, dice Masahiro Kawai, un ex funcionario del Ministerio de Economía japonés y ex economista jefe del Banco Mundial para Asia Oriental y el Pacífico.
China, la segunda mayor economía mundial, también está perdiendo la oportunidad de unirse a un grupo que incluye muchos países tecnológicamente avanzados, dijeron analistas, precisamente cuando busca introducir innovaciones de alta tecnología. Además, su economía necesita la presión de la competencia extranjera para relanzar su estancada agenda de reformas internas similar al que recibió en su productividad después de unirse a la Organización Mundial del Comercio en 2001, agregaron.
Hace dos años, en un esfuerzo por evitar una desaceleración y transferir el eje de su economía de la industria a los servicios y el consumo, Xi anunció una amplia reforma para dar mayor influencia a los mercados. La reestructuración, sin embargo, ha sido irregular y se ha visto retrasada por la oposición de las empresas estatales, la agudeza de la desaceleración económica, la deuda corporativa y de gobiernos provinciales y municipales, y el exceso de capacidad ociosa en materia de vivienda e industria.
Es poco probable que la naciente arquitectura comercial de China, incluyendo los acuerdos bilaterales con Australia y Corea del Sur y su modesta propuesta de zona de libre comercio, pueda darle la disciplina comercial necesaria para impulsar su economía en desaceleración, añade Shi.
En el mediano plazo, el temor de ser excluidos y la oportunidad de utilizar la presión extranjera como justificación para avanzar con la reestructuración interna podrían ayudar a los grupos proreforma dentro de China y potencialmente acelerar las negociaciones sobre un tratado bilateral de inversión con EE.UU., dijeron analistas.
“Uno de los principales problemas que tienen es cómo romper el monopolio de las empresas estatales”, dice Jing Huang, profesor de la Universidad Nacional de Singapur. “El TPP puede ayudar a los líderes chinos que quieren reformas, aunque por supuesto no lo dicen”.
Algunas empresas chinas no están esperando a Beijing para actuar.
Zhang Kui, gerente general de Bros Holding Ltd., que opera fábricas textiles y de indumentaria en varias provincias chinas, ha invertido desde 2012 unos US$300 millones en Vietnam, socio del TPP, donde los salarios equivalen a alrededor de 60% de los de China oriental. Zhang dice que esto le posibilitaría enviar su mercadería desde Vietnam a otros países miembros a aranceles favorables.
Si finalmente trata de unirse al bloque comercial, Beijing podría enfrentar obstáculos internos y externos significativos, dice Dali Yang, profesor de la Universidad de Chicago, especialmente dada la preocupación entre algunos de que desde que se unió a la OMC, China no siempre ha seguido las reglas. Incluso dentro de China existe un creciente reconocimiento de que su caprichoso sistema regulatorio, donde las normas pueden aplicarse de forma arbitraria y las empresas estatales siguen dominando grandes franjas de la economía, hace que una membresía en el TPP sea poco probable en el corto plazo, agrega.
“Muchos sienten que el TPP surgió de una frustración después de (el ingreso de China a) la OMC”, dice Yang, “de que China se haya retractado de su compromiso con las telecomunicaciones, por ejemplo, al no permitir que los extranjeros tengan una participación importante”.
No obstante, China está allanando el camino para unirse al TPP en unos años haciendo lobby a aliados de Europa y otros de EE.UU. para que la acepten como una economía de mercado, reformando lentamente sus empresas estatales y con el tiempo forjando un acuerdo de inversión con EE.UU., dice Huang, de la Universidad Nacional de Singapur. “No creo que quiera unirse muy pronto, no es realista”, señala. “Pero su opinión es: ‘Ingresaremos tarde o temprano’. China está dejando sus opciones abiertas”, añade.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien se encuentra en el Perú para las reuniones de la Junta de Gobernadores del Grupo Banco Mundial (GBM) y del FMI, saludó hoy el acuerdo final al que llegaron los países integrantes del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
"El acuerdo alcanzado hoy por los países integrantes de la Alianza Transpacífico es un progreso muy positivo. Yo he exhortado a que se actualicen las políticas para evitar un nuevo mediocre resultado en la economía global y, para ello, reavivar el comercio es un componente esencial de esta agenda”, dijo.
Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam, países que integran el TPP, alcanzaron hoy en Atlanta (EE.UU) un acuerdo de libre comercio.
La directora del FMI destacó que el acuerdo logrado por este bloque de países del Pacífico no sólo es importante por el tamaño, sino porque los países signatarios del acuerdo “representan alrededor de 40 por ciento” del Producto Bruto Interno (PBI) mundial.
“Esto también empuja la frontera del comercio e inversiones en bienes y servicios a nuevas áreas donde las ganancias pueden ser significativas”, subrayó.
Asimismo, indicó que se necesita revisar todos los detalles del acuerdo logrado antes que el FMI ofrezca “una evaluación comprensiva”, incluyendo los efectos de transición y secundarios.
“Sin embargo, espero que el TPP pueda allanar el camino a una nueva generación de esfuerzos de profunda integración comercial”, indicó a través de un comunicado.
Finalmente, Lagarde animó a otros países “a renovar sus esfuerzos para completar las negociaciones en curso” y exhortó a la comunidad internacional a “reavivar iniciativas comerciales multilaterales” para garantizar un cohesivo sistema de comercio global.
El presidente Ollanta Humala sostuvo hoy que el Perú ha dado un paso transcendental en la ruta del desarrollo sostenible al concluir con éxito las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) y remarcó que dicho instrumento abrirá diversas oportunidades de crecimiento y diversificación productiva al país.
"Con el Acuerdo Transpacífico se abren diversas oportunidades para el crecimiento y la diversificación productiva de nuestra economía. Por ejemplo se incrementarán las oportunidades para que las pymes participen activamente de los beneficios del comercio internacional", subrayó.
Perú, Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Singapur y Vietnam, países que integran el TPP, alcanzaron este lunes en Atlanta, un acuerdo de libre comercio.
El jefe del Estado peruano destacó que el TPP reúne a un grupo selecto de países que representan en conjunto más del 40 por ciento de la economía mundial, y un mercado de más de 800 millones de consumidores.
"El Perú se suma de este modo a una de las iniciativas más ambiciosas a nivel global destinada a acelerar el comercio", aseveró en un Mensaje a la Nación, acompañado de los ministros de Estado.
Refirió que, a propuesta de Perú, es la primera vez que un acuerdo del libre comercio involucra un capítulo específico en beneficio de las pequeñas y medianas empresas (pymes) para insertarlas en el juego del comercio internacional.
"En reglas de origen, se abre la posibilidad de poder abastecerse y ser abastecedor de insumos, con lo cual las posibilidades de las pymes peruanas se incrementarán exponencialmente y se puedan insertan en las cadenas globales de valor (...)", anotó.
Indicó el mecanismo denominado Acumulación de Origen permitirá que una pyme metalmecánica pueda adquirir los mejores insumos y a los precios más competitivo, además de producir el bien final y exportarlo con preferencia arancelaria a cualquiera de los países que integran el TPP.
Asimismo, señaló que Perú podrá contar con áreas que permitan el desarrollo de su capital humano, a través de la promoción de la educación, además de captar conocimiento y tecnología de los países del TPP.
Comentó que el impacto de la TPP incidirá en el volumen de las exportaciones peruanas no tradicionales, en especial en sectores como agroindustria, pesca, confecciones de algodón y alpaca, y manufacturas diversas.
"Ello equivale aproximadamente al 25 por ciento de nuestras exportaciones no tradicionales", expresó.
El Mandatario explicó que Perú suscribió el mencionado acuerdo para profundizar las relaciones comerciales con la región Asía – Pacífico, lograr que el Perú sea el “Hub” de acceso al Asia por Sudamérica y consolidar las exportaciones mediante el acceso a nuevos mercados.
"El TPP permitirá a los exportadores de servicios peruanos proveer servicios a los consumidores de los distintos países miembros, sin restricciones", explicó.
Asimismo, afirmó que en materia sanitaria y fitosanitaria, se contará con mecanismos más eficientes para evitar demoras injustificadas en la entrada de productos a nuevos mercados, y que mediante el capítulo de inversión, se protegerá la inversión de las empresas peruanas en los países brindándoles trato igualitario respecto a los inversionistas locales.
"Este acuerdo permitirá también atraer mayor inversión extranjera directa de los países del TPP a nuestro país", precisó.
En materia de medio ambiente, dijo que se ha introducido un artículo de comercio y biodiversidad propuesto por el Perú, en el que se reconoce la importancia de la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad a través del comercio.
"El Perú es uno de los países más megadiversos del mundo, lo cual nos da un potencial de ser la reserva alimentaria y de medicinas del futuro", recordó.
Asimismo, resaltó que es la primera vez que el Perú ha logrado que Estados Unidos incluya en un capítulo de propiedad intelectual disposiciones sobre conocimientos tradicionales y recursos genéticos dentro del mismo acuerdo, a pesar de ser un tema sensible para ellos.
"Estas disposiciones son prioritarias para el Perú, pues somos un país con comunidades que detentan conocimientos ancestrales relacionados con los recursos genéticos que deben ser protegidos", puntualizó.
Respecto a las patentes, las cuales protegen cualquier innovación, sostuvo que se mantiene el plazo de protección por 20 años, establecido en la legislación peruana a través de la Decisión 344 de la Comunidad Andina, desde el año 1993.
"En materia de datos de prueba, que son los ensayos clínicos que permiten verificar la seguridad y eficacia de un nuevo producto farmacéutico, el Perú tiene experiencia protegiendo dichos datos por cinco años cuando se trata de productos farmacéuticos de origen químico. Con el TPP, se protegerá también por cinco años los datos de prueba de los productos farmacéutico de origen biológico", acotó.
Para el jefe del Estado el citado acuerdo comercial representa un conjunto de oportunidades que deben ser aprovechadas con miras a cumplir los objetivos planteados de crecimiento y diversificación productiva.