La caída en el precio del cobre se sintió fuerte en los balances de las principales mineras privadas del país.
Las 10 operaciones más grandes –agrupadas en el denominado GMP10- registraron ganancias sumadas de u$s 1.529 M al primer semestre, según lo informado a la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS).
Este monto representa una caída del 50,4% interanual, ya que a junio de 2014 estas mismas faenas comunicaban una ganancia que totalizaba u$s 3.083 M.
El “club de las 10″ está compuesto por Escondida, Doña Inés de Collahuasi, Los Pelambres, Anglo American Sur (AAS), Anglo American Norte (AAN), Zaldívar, Quebrada Blanca, Candelaria, Cerro Colorado y El Abra.
El ránking de las mayores utilidades está liderado por Escondida -operada por BHP Billiton-, al totalizar una utilidad de u$s 1.094 M, lo que de todas formas corresponde a una disminución del 17% a igual lapso del año anterior. Esto, pese a que aumentó sus ingresos, una de las pocas que lo hace.
Distinto es el panorama para Collahuasi, la segunda productora de cobre en Chile en manos privadas, propiedad de Anglo American y Glencore, puesto que pasó de utilidades por u$s 527,9 M a junio de 2014 a u$s 141,5 M en el actual periodo. Es decir, la faena de la Región de Tarapacá registró una caída de 73% en su última línea.
Otra impactada por la disminución en el precio del metal rojo es AAS que tiene como principal activo a Los Bronces y que es operada por Anglo American, pero en la que también participa en la propiedad Codelco. A junio de este año la firma registró u$s 82,7 M, una caída de 76,7% en un año.
Para compañías como Los Pelambres -Antofagasta Minerals (AMSA), del Grupo Luksic-, El Abra o Zaldívar, la merma en las utilidades se movió entre 57% y 62%.
Durante este periodo, dos faenas del GMP10 registraron pérdidas. La más importante de ellas es Cerro Colorado -BHP Billiton- que informó un resultado negativo de u$s 186,5 M. Para el mismo periodo de 2014, esta mina perdió 27,6 millones.
Anglo American Norte -que fue vendida recientemente al fondo Audley Capital- pasó de utilidades por u$s 2,9 M a pérdidas por u$s 31,1 M.
El único resultado positivo lo tuvo Quebrada Blanca -operada por la canadiense Teck-, ya que pasó de perder poco más de u$s 400.000 a ganar u$s 840.000.
Los accionistas de estas mineras no son los únicos afectados por las menores utilidades generadas, sino que también lo es el Fisco, al obtener una menor recaudación por concepto de impuesto a las ganancias.
Si a junio de 2014 las 10 faenas más relevantes del país informaban gastos por pago de impuestos de u$s 962 M, lo informado a este semestre es de u$s 518 M. Esto equivale a una merma de 46%.
De acuerdo a un análisis realizado por la Dirección de Presupuestos (Dipres), la importancia relativa de los ingresos provenientes de la tributación de las 10 empresas mineras más grandes ha sido creciente “aunque con una alta volatilidad”.
Según el documento publicado en junio de este año y que estudia la evolución de los ingresos provenientes del cobre y su impactos en las arcas fiscales, “es claro que en un principio las grandes empresas mineras aportaban un monto relativamente bajo (promedio anual de u$s 137 M en los años 2002 y 2003), aunque con una alta variación anual real de 108%”.
Explican que estos aportes relativamente pequeños en un principio, respondieron a una menor tributación producto del bajo margen obtenido, entre otras cosas, por el precio del mineral durante ese período y las pérdidas generadas producto de la depreciación acelerada de la inversión.
Sin embargo, a partir del año 2005, los impuestos provenientes de la GMP10 superaron los u$s 2.000 M, “y su relevancia dentro de los ingresos fiscales se hace creciente a niveles tales, que hacia el año 2007, ésta ya superaba los u$s 7.000 M”.
Posteriormente, y al igual que para el caso de Codelco, la crisis financiera de 2008 y 2009 afectó fuertemente al sector, lo que provocó caídas reales de 35,4% y 65,4%, durante esos ejercicios.
Después hubo otro repunte y el promedio de tributación anual entre 2010 y 2014 se mantuvo a cerca de u$s 3.700 M, “con una variación promedio anual de 23% para el mismo período y con una tendencia decreciente desde ese año hasta la actualidad”, explica el informe.
En relación a la composición de los pagos de estas faenas, alcanzó entre 2002 y 2014 un promedio algo mayor a u$s 1.600 M provenientes de Impuesto de Primera Categoría, u$s 900 M proveniente del Impuesto Adicional y de u$s 300 M producto del Impuesto Específico.