Diego Hernández, de Antofagasta Plc, por botadero Cerro Amarillo:
Firma local tiene un plan de cierre ambiental, pero los suizos buscan que retiren los desechos.
"Glencore no está buscando solucionar el tema ambiental, sino compensaciones económicas, y eso no tiene nada que ver con el cierre ambiental del botadero", comentó Diego Hernández respecto del problema que enfrenta Antofagasta Minerals, del grupo Luksic, con la minera suiza.
Cerro Amarillo es un botadero del tamaño de un Parque Bicentenario y medio, y se ubica en la frontera de Chile con Argentina, a cuatro mil metros de altura. En ese lugar se depositaron durante siete años rocas y tierra de Los Pelambres, la principal minera de Luksic.
La compañía suponía que operaba en su propio territorio, pero no era así: en 2012 se precisó el límite fronterizo y se supo que gran parte del botadero está en el país trasandino y en la propiedad de Glencore, quienes reclaman por el daño ambiental.
La minera chilena presentó en julio un plan de cierre ambiental del botadero, pero los suizos rechazaron la medida y advirtieron que la única solución es que la empresa retire los desechos, que equivalen a unos 50 millones de toneladas.
Hernández manifestó que no corresponde llegar a acuerdos económicos con Glencore, y aseveró que las medidas tomadas por la firma demuestran que tienen una motivación de este tipo.