Una vez más los salarios fuera de convenio son los grandes perdedores del modelo. De 2001 a la fecha, quienes están dentro de convenio ganaron 32% más que los jefes y directivos. Pero además de este achatamiento de la pirámide, que hace que en la Argentina los jerarquizados sean quienes perciben los salarios más bajos de la región (a diferencia de quienes están en convenio, que son de los salarios más altos), tienen también el castigo del impuesto a las ganancias -aunque cada vez más compartido por quienes están bajo el paraguas del sindicato- y de las distorsiones que crea la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. Éstas fueron las principales conclusiones del 25° Foro de Recursos Humanos de Mercer que se llevó a cabo ayer.
Un ejemplo de Javier Tabakman, director de Capital Humano para Latinoamérica Sur de la consultora, fue muy claro para mostrar que los líderes argentinos pierden parte de su sueldo año a año. "Un gerente, en enero de 2006, ganaba alrededor de 10.000 pesos por mes bruto. Asumimos que es un hombre que está casado y tiene dos hijos [eso influye en sus deducciones de Ganancias]. El 84% de su neto lo consumía y el 16% lo ahorraba. Hoy, con incrementos salariales como los que se pueden ver en la base de datos de Mercer, y asumiendo la inflación real, si mantiene el mismo estándar de vida está en un déficit del 9% de su salario. La explicación es la no actualización de las tablas del impuesto a las ganancias. Cada vez paga más. Hoy el 25% de su neto se le va en Ganancias".
También se da una paradoja: mientras que las multinacionales perciben que los sueldos de sus gerentes son altos, porque los dividen al tipo de cambio oficial, quienes trabajan en este país sienten que, medidos en dólares, son bajos. Esto sucede porque los gerentes no pueden acceder a los dólares a menos que vayan al mercado paralelo, donde pagan más por los billetes. En este momento hay una brecha del 65% entre el tipo de cambio oficial y el paralelo. Como resultado de esto, ambos componentes de la cadena productiva están disconformes
"La economía es una gran familia y a través del PBI vemos todo lo que produce este país. Como verán, en los últimos años la economía está estancada", dijo Javier Tabakman, socio de la firma, ante un auditorio en el que estaban los principales responsables de RR.HH de la Argentina. "El país no crece. El pronóstico para el cierre de 2015 refleja que el PBI va a haber crecido un 0,3%. El año pasado fue igual, por lo que estamos en un ciclo de estanflación". Este estancamiento con inflación, según proyecciones privadas citadas por Mercer, puede mantenerse en 2016, con un crecimiento de sólo 1,2% del PBI mas un 32% de aumento en los precios. La inflación proyectada para el año es de 28,7%. "La situación es complicada, el desempleo está subiendo. Según el Indec, está en 7,8%, mientras que en 2014, siempre según fuentes oficiales, estaba en 6,9%. En cuanto al dólar oficial, las estimaciones hablan de $ 10,32 para fines de este año y podría llegar a $ 14,06 a fines de 2016".
El número que la mayoría de los directores de RR.HH van a buscar a estos dos foros anuales de Mercer es el de los incrementos salariales. Para las compañías es muy importante no quedarse atrás de sus competidores. En un contexto inflacionario, con diversas mediciones de consultoras privadas más los cuestionados cálculos del Indec, no es fácil establecer cuál es el porcentaje de aumento que se necesita para no quedar fuera de mercado. De ahí que la encuesta realizada sobre la base de datos de la consultora, con 410 empresas participantes, subsidiarias de multinacionales y también locales, y con un promedio de 1300 empleados, sirva para calcular aumentos, que en general sólo se aplican para contrarrestar los efectos de la inflación.
Si el año pasado quienes están fuera de convenio sufrieron una visible pérdida de su poder adquisitivo -de por lo menos 4 puntos en promedio- con aumentos que rondaron un 34,5%, mientras que la inflación cerró en 38,5%, este año puede ser que recuperen lo perdido, con un aumento del 32 % y una inflación del 28,7%. La inflación oficial, en cambio, sería de 15,6%.
Pero el panorama es oscilante y para 2016 los pronósticos llevan a pensar que nuevamente puede haber pérdida del poder adquisitivo para los no convencionados, con incrementos salariales en torno al 30,4%, mientras que la inflación sería, según proyecciones privadas, del 32%. La inflación ha ido mucho más rápido que la devaluación. En consecuencia, la mano de obra en dólares se encarece. "Fabricar y exportar en la Argentina es cada vez más difícil porque el costo en dólares de los productos y servicios es más caro", cerró Tabakman.
