Por Cristian Navazo
Vaca Muerta, al igual que los principales proyectos petroleros que necesitan de multimillonarias inversiones para entrar en producción –como el shale en Estados Unidos, el presal de Brasil o la perforación en el Ártico–, sufre el embate del derrumbe de los precios internacionales del crudo.
Cuando hace unos meses reinaba la incertidumbre, hoy ya hay consenso en que la industria se deberá adaptar para atravesar al menos dos años de barriles deprimidos. En este contexto, Miguel Galuccio ya redefinió la estrategia de YPF, que tendrá una mayor impronta en el gas, insumo clave para la matriz energética argentina.
El fin del ciclo de petróleo caro, al menos en el corto plazo, no significa el acta de defunción para Vaca Muerta. Es de esperar que se ralenticen los proyectos en la ventana de black oil y que las empresas empiecen a virar hacia las zonas de gasíferas. Hoy el principal proyecto de desarrollo a escala de shale gas es el que tiene en marcha YPF en El Orejano, en sociedad con la filial argentina de la petroquímica norteamericana Dow Chemical.
Economía y Petróleo visitó el bloque de 45 km2, a 60 kilómetros de Añelo, camino a Rincón de los Sauces, que este mes alcanzó un pico de producción de un millón de metros cúbicos diarios. La cifra es celebrada dentro de la compañía, tanto que uno de los hombres fuertes de la empresa, el vicepresidente de Exploración y Producción, Jesús Grande, visitó el yacimiento el jueves pasado.
El Orejano ya tiene 17 pozos en producción (11 verticales y 6 horizontales) y durante este año se terminaron 8 perforaciones (4 verticales y 4 horizontales). La sociedad estima que cerrará 2015 con 11 pozos terminados.
En el área hay en actividad cuatro equipos de perforación de última tecnología y uno de terminación. Un flamante walking riggs de la empresa DLS, que se mueve con sus patas hidráulicas de una boca de pozo a otra en apenas tres horas, muele sus primeros metros de roca neuquina en una locación multipad de tres pozos.
Los proyectos de ese tipo tendrán un mayor protagonismo en el plan YPF 2030. Es probable que el miércoles, durante su exposición en la muestra Oil & Gas que se realizará en la Rural de Palermo, Galuccio presente en sociedad los principales lineamientos de esa estrategia.
El eje central será el desarrollo del gas, objetivo que deberá estar acompañado por las políticas que adopte el próximo presidente. YPF ve una gran oportunidad en ese segmento, donde los precios internos no se rigen por los vaivenes internacionales. Si bien el GNL puede considerarse un commoditie, la producción local –aún en proyectos caros como el shale– es más competitiva. Según coinciden en la industria, con 7,50 dólares el millón de BTU –el valor máximo que hoy reciben las petroleras a la producción incremental de gas– la explotación no convencional es rentable.De esa forma, la producción doméstica sería menos costosa que la compra de GNL, que hoy –tras el sacudón global que produjo el desplome del barril de crudo– cotiza 9,61 dólares por millón de BTU y que se llegó a pagar 13,6 dólares el año pasado.
En este contexto, YPF basará su estrategia alrededor de la necesidad que tendrá el país en apostar a sus yacimientos para reducir la sangría de divisas y el déficit energético que acarrea la importación de barcos metaneros.
Una de las principales causas del cepo cambiario de los últimos años, además de la fuga de capitales, es la importación de hidrocarburos para paliar la caída de la producción doméstica. Si bien este año se comenzó a revertir la declinación y hay un crecimiento incipiente, la Argentina es el mayor comprador de GNL de todo el continente. En 2014, el déficit de la balanza energética rondó los 7000 millones de dólares.
De la mano del desarrollo del gas, la compañía bajo control estatal apuntará a agregar valor en la industria petroquímica. Por eso, el mes pasado YPF compró acciones de Petroken y Petroquímica Cuyo.
La presencia de Dow en El Orejano tiene el mismo objetivo. La compañía norteamericana puso en marcha un plan de expansión de su planta de Bahía Blanca con miras a convertirse en el principal abastecedor de plásticos del Mercosur. Para asegurarse la provisión de un insumo clave como el gas, puso sus fichas en Vaca Muerta.
“De acá a 2030, la Argentina se podría convertir en un líder regional petroquímico porque podría proveer productos a países vecinos que no tienen acceso a la materia prima”, señaló Galuccio durante un encuentro organizado por Latin Finance, en coincidencia con los planes de su socia.