La alianza público-privada Valor Minero, que surgió tras el trabajo liderado en primera instancia por el ex presidente Ricardo Lagos, ya está dando sus primeros pasos.
La organización -cuyo presidente ejecutivo es Álvaro García- está viendo cuatro ejes de acción que buscan viabilizar la minería en el largo plazo.
Tema que se vuelve urgente en el contexto de precios bajos en que está la industria. Aunque García reconoce que es natural que en este momento las empresas se enfoquen en costos, dice que siguen teniendo la disponibilidad para avanzar en temas de largo plazo, como la relación con comunidades o el desarrollo de proveedores, por ejemplo donde buscan que esa industria pase de exportar US$ 500 millones a US$ 10.000 millones. "Hasta el momento no hemos visto pérdida de interés, aunque hay una atención especial en la coyuntura", dice García.
El ex ministro cuenta que ya tienen definida la arquitectura de un mecanismo de diálogo permanente, para prevenir los conflictos socio-ambientales e incrementar la distribución de beneficios o del valor compartido de la minería en su entorno. "Hemos convenido una arquitectura para este sistema, que da cuenta de los distintos momentos que existen, para que el diálogo sea constante", dice.
En ese sentido, la idea es que esto se aplique antes de los procesos formales -como consulta indígena o participación ciudadana de la evaluación ambiental-, pero también después de eso.
Junto a esto, el equipo -donde también participan ministerios-, está diseñando un sistema de resolución de controversias, "de tal manera que si hay diferencias, lo que es natural que ocurra, exista un camino prejudicial para resolverlas, pero que también se vincule con el Poder Judicial, de manera que si el caso termina en la justicia, ésta conozca el proceso previo y pueda fallar de manera informada", dice García.
Así, el objetivo de Valor Minero es poder probar este mecanismo el próximo año, más que en un proyecto específico en una zona donde confluyan varias iniciativas.
"Nuestra postura es que el diálogo se inicie antes de la exploración, cuando evidentemente no hay posibilidad de negociar impactos, pero sí de conocer la zona donde se va a operar, así como las inquietudes, valores y culturas de esa población", dice.