La tercera
LA CORTE Internacional de Justicia de La Haya emitió su pronunciamiento sobre las objeciones preliminares que Chile había presentado respecto de la demanda interpuesta por Bolivia en contra de nuestro país, mediante la cual se busca obligar a que Chile negocie “de buena fe” una salida soberana al Océano Pacífico. Por 14 votos -y sólo dos en contra- la Corte resolvió desestimar la objeción chilena -según la cual se trata de materias ya resueltas por un tratado, respecto de lo cual este tribunal no tendría competencia- y se declaró competente para conocer el fondo de la demanda boliviana. Con ello se inicia ahora propiamente el juicio, cuyo desenlace previsiblemente tomará algunos años.
Lo abrumadora de la votación hace aparecer este resultado como una rotunda victoria de la parte boliviana, pero un análisis más en profundidad de la resolución entrega una multiplicidad de matices. Chile ve confirmada su posición en el fondo, pues el tribunal si bien dio curso a la demanda boliviana, acota el ámbito sobre el cual se va a pronunciar: 1) si existe una obligación jurídica de que Chile negocie de buena fe una salida soberana al mar, y 2) si dicha obligación existe, entonces determinar si ésta ha sido incumplida por parte de nuestro país. La Corte no se hace eco en su resolución de algunas peticiones bolivianas, como que la obligación se haga “prontamente”, “en un tiempo razonable”, y que garantice a Bolivia un “acceso plenamente soberano” al mar.
Y hay dos afirmaciones que son relevantes: la Corte establece que aun cuando se determine la procedencia de las negociaciones, no le corresponde determinar el curso de dicha negociación; asimismo, afirma que la demanda “no invoca el Tratado de Paz de 1904 como fuente de derechos y obligaciones para cualquiera de las partes, ni tampoco se solicita a la Corte que haga un pronunciamiento en relación al estatus legal del tratado”. De esta forma, “la demanda presenta una disputa sobre la existencia de una obligación de negociar un acceso soberano al mar, y un supuesto incumplimiento”, reza la resolución.
Con ello se salvaguarda la vigencia y plena legalidad del tratado de Paz de 1904, que es la piedra angular sobre la cual descansa la defensa chilena y que se hará valer en el juicio. La Presidenta de la República, junto con reivindicar estos argumentos, acertadamente señaló que “Bolivia no ha ganado nada”. Sin embargo, su afirmación inicial de que “estamos ahora en la misma posición si hubiésemos decidido entrar de lleno a contestar la demanda boliviana” no parece del todo exacta luego de que ha sido posible decantar con más detención la resolución, a la luz de la cual la Corte limitó su actuar, salvaguardando la territorialidad.
Si bien resulta especialmente lamentable que la Corte no haya desechado en esta instancia un artilugio como el que construyó Bolivia, la presentación de objeciones preliminares por parte de Chile fue una estrategia plenamente acertada. Ello, además de haber permitido acotar el ámbito de acción de la Corte y ratificar que no tiene competencia para resolver acerca de la soberanía, permitió conocer mejor los argumentos de fondo de la demanda boliviana como también los razonamientos a los que el tribunal prestará atención en los posteriores alegatos. Ello sin duda permitirá perfeccionar los argumentos que esgrimirá la defensa chilena una vez que entre en el fondo de la demanda.
Estas primeras consideraciones no deben hacer perder de vista que la competencia asumida por la Corte contraviene el derecho internacional y sienta un precedente muy negativo para el futuro de las relaciones internacionales. Acertadamente Chile sostuvo que el artículo VI del Pacto de Bogotá zanjó la materia en discusión, pues conforme su redacción los procedimientos pacíficos a los que allí se aluden no podrán aplicarse “a los asuntos ya resueltos por arreglo de las partes, o por laudo arbitral, o por sentencia de un tribunal internacional, o que se hallen regidos por acuerdos o tratados en vigencia en la fecha de celebración del presente Pacto”.
En un discutible razonamiento, sin embargo, la Corte concluye que la demanda boliviana, al no cuestionar el tratado de 1904, es procedente y las materias en consideración no están ni prohibidas por dicho tratado ni por otro instrumento, en especial porque dicha obligación nacería de una serie de ofrecimientos realizados por Chile a lo largo del tiempo para un salida soberana a Bolivia. En su resolución la Corte parece nuevamente haber pretendido algún tipo de salida “salomónica”, de modo que si bien no toca el tratado de 1904, avala una demanda que se funda en consideraciones distintas a aquel. Es un camino delicado haber acogido esa argumentación, pues tal como sostiene Chile, una supuesta obligación como la que pretende Bolivia no podría sino referirse a discutir aspectos relativos al tratado.
Ello resulta un contrasentido, en especial porque si el tribunal acogiera la petición de “negociar”, no es posible advertir cómo se hará ejecutable dicha obligación para Chile, ni qué efectos podría tener si acaso se determinara que nuestro país ha faltado “a la buena fe”. La Corte no podría pasar por alto que todos los acercamientos que Chile ha mostrado con Bolivia han sido realizados en el marco de la más plena buena fe -que por cierto no podrían crear ninguna obligación-, confianza que ahora se verá aún más resentida.
Este fallo parecer reforzar la noción de que la Corte, antes que ser un foro para hacer respetar siempre el derecho internacional, empieza a ser funcional a aquellos que pretenden desafiarlo. Ello desnaturaliza el sentido de esta instancia y lleva a que inevitablemente el país en algún momento deba examinar con detención y serenidad la pertinencia de continuar en el Pacto de Bogotá. Recientemente Colombia abandonó dicho pacto, a raíz del fallo de La Haya en su diferendo con Nicaragua, que a juicio de Bogotá desconoce el derecho y cuyos contenidos lo hacen “inaplicable”.
Cooperativa
El analista internacional José Rodríguez Elizondo comentó las implicancias del fallo de la Corte de La Haya que rechazó la objeción de competencia que planteó Chile respecto a la demanda marítima boliviana, caso que seguirá su curso tras la resolución.
En diálogo con Lo que Queda del Día, el experto respondió la pregunta de fondo en este asunto: ¿Qué ganó y qué perdió Chile con este fallo?
"Ganamos algo y perdimos algo, porque la Corte nunca le da en la cabeza 100 por ciento a nadie ni le da un triunfo 100 por ciento a nadie", aseveró.
"Ganamos en el sentido que se acotó la pretensión boliviana de que la Corte nos condenara a entregar soberanía después de una negociación, cosa que era una expectativa más dentro de la teoría de expectativas bolivianas", indicó el también académico.
Rodríguez Elizondo además sostuvo que "perdimos en cuanto la Corte se declaró competente para conocer la demanda, lo que nosotros pedíamos era que se declarara incompetente, eso claramente fue una derrota".
No obstante, el analista aseveró que pese a que el Tribunal Internacional de Justicia conocerá el fondo del caso, hubo un aspecto relevante para Chile en su resolución.
"El éxito de Chile está en que acotó sensiblemente las expectativas bolivianas, porque desde el punto de vista de la relativa ignorancia que tiene la gran masa con respecto a los temas jurídicos, la gente en Bolivia puede estar pensando que ya con esto prácticamente tiene la mitad de la carrera ganada, en el sentido que se va a obligar a negociar para que Chile entregue territorio", sostuvo.
Sin embargo, añadió Rodríguez, "el juez lo que les dijo que lo más que podía hacer es obligar a Chile a negociar".
"La Corte ahora puede decir que obliga a Chile a negociar y es ahí donde viene algo interesante que dijo Evo Morales hoy día y es que pide a Chile acompañar con diálogo este proceso, dando a entender de una manera aparentemente sutil que, sin perjuicio del proceso, se instaure un proceso de diálogo", recalcó.
Respecto al futuro del caso, José Rodríguez Elizondo manifestó que espera que se realice una negociación posible y realista.
"Veo un escenario hipotético que me parece interesante, que es que si Evo dice 'dialoguemos', está diciendo que está dispuesto a abandonar el proceso para instaurar un diálogo para negociar y Chile puede decir 'disuadimos a Bolivia de la demanda y nunca he estado yo reacio a negociar, por lo tanto negociemos'".
"En ese momento Chile plantea lo que he dicho siempre una negociación posible y realista que significa negocio pero tengo dos cortapisas: No puedo permitir que se me seccione el territorio ni puedo darle en la frontera nada sin el previo acuerdo de Perú", concluyó.
LA TERCERA
Desde La Moneda, el canciller Heraldo Muñoz se refirió al fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya sobre la objeción preliminar presentada por Chile en la demanda boliviana.
Luego de que la CIJ se declarara competente para revisar el litigio, el ministro sostuvo que "estamos dispuestos a responder a los asuntos de fondo, como dijimos desde un comienzo esta carrera puede ser de 100 metros o puede ser de 1.500".
"Lo fundamental es que aquí no está en cuestión la integridad territorial de nuestro país. La corte ha limitado evidentemente la petición boliviana. La corte no se ha pronunciado ni está predeterminando un eventual resultado de una negociación que es lo que se va a discutir recién a partir de este momento", señaló el canciller.
"Por lo tanto estamos tranquilos, Bolivia no ha ganado nada. Bolivia no tiene el territorio o el acceso soberano que pretende y Chile va a defender su integridad territorial con todos sus argumentos", añadió el secretario de Estado.
"Lo que cabe es la tranquilidad para en esta fase de fondo hacer los argumentos que no pudimos esgrimir durante la etapa preliminar. En el intertanto hemos demostrado las inconsistencias de la posición boliviana, eso quedó reflejado en las preguntas de los jueces que fueron planteadas a Bolivia, y nosotros vamos a aprovechar los alegatos orales para reforzar nuestra posición ahora que se discute la supuesta obligación a negociar", finalizó el ministro.
PUBLIMETRO
Luego del fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) se declarara competente para analizar la demanda marítima boliviana, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet aseguró que "Bolivia no haGANADO nada".
La jefa de Estado agregó además que continúa existiendo la convicción de que la demanda de Bolivia “carece de toda Base”.
"Estoy convencida que hicimos lo correcto. Mantenemos una profunda convicción que la demanda de Bolivia carece de toda base”, dijo la Mandataria.
Flanqueada por parlamentarios y ministros de Estado, Bachelet se comprometió a que “mi Gobierno adoptará todas las medidas que corresponda para salvaguardar nuestro territorio”.
Agregando que “estoy convencida que hicimos lo correcto al interponer la objeción preliminar”.
Por otra parte, la Mandataria agradeció “la vocación compartida de enfrentar la situación con unidad nacional”, reiterando que el pronunciamiento de la Corte de La Haya “no afecta la integridad territorial de Chile”
EMOL
La Presidenta Michelle Bachelet se refirió este jueves al fallo adverso del Tribunal de La Haya, que hoy declaró su competencia para conocer los antecedentes de la demanda boliviana que La Paz presentó ante ese tribunal en 2013.
Según expresó, la posición actual del país es la misma que la que tenía antes de conocer la resolución que abrió la puerta para escuchar los argumentos de Bolivia.
"Nuestro país aportó antecedentes sólidos en derecho que deberían haber llevado a la conclusión contraria", dijo categórica, detallando que "estoy convencida de que hicimos lo correcto al interponer la objeción preliminar".
A ello, aclaró que "en todo caso, estamos en la misma posición en que estaríamos si, en cambio, hubiésemos decidido entrar de lleno a contestar la demanda boliviana y no hubiésemos objetado la competencia de la Corte".
"Mantenemos la convicción que la demanda boliviana carece de toda base pues confunde derechos con aspiraciones, y tergiversa completamente lo que ha sido la historia entre Chile y Bolivia", continuó, recalcando que nuestro país "no tiene ningún tema limítrofe pendiente" con La Paz.
De esta manera, reiteró que el fallo "no afecta en nada nuestra integridad territorial, y en ese sentido, Bolivia no ha ganado nada", aseverando que lo único que se ha decidido hasta ahora es que dichos jueces son aptos para conocer el reclamo boliviano.
"Entramos ahora a la fase de fondo del juicio donde podremos aportar todos los argumentos que no correspondía esgrimir hasta ahora. Estamos seguros que dejaremos en evidencia tanto las ambigüedades y contradicciones, como la falta de fundamentos de la demanda boliviana", dijo.
Asimismo, agregó que "confiamos en nuestros argumentos, en el derecho internacional y en que la razón está de nuestro lado".
"Les aseguro que mi gobierno adoptará todas las medidas que correspondan para salvaguardar la integridad de nuestro territorio, de manera que bajo ninguna circunstancia, ésta se verá afectada", finalizó la Presidenta de la República.
LA TERCERA
Por 14 votos a favor y 2 en contra, la Corte Internacional de Justicia de La Haya se declaró competente para revisar la demanda boliviana por una salida soberana al Océano Pacífico.
En menos de una hora el presidente de la instancia, Ronny Abraham, leyó el fallo en el cual los jueces desestimaron la objeción preliminar presentada por Chile sobre la competencia de la CIJ.
Con este dictamen se reanudará el juicio entre ambos países con el análisis de los argumentos deFONDO de la demanda y Chile deberá presentar su contra memoria.
Según la Corte, el Tratado de 1904 "no aborda la supuesta obligación de negociar el acceso soberano al Océano Pacífico, por ello, a entender de la Corte, los asuntos en litigo no han sido ni son asuntos ni resueltos por arreglos de las partes, ni por sentencia de un tribunal internacional, ni regidos por acuerdos o tratados en vigor"
Asimismo, afirmó que "la Corte considera que aEFECTOS de determinar su competencia, no es ni necesario ni pertinente examinar dichos argumentos".
"La Corte considera que dispone de todos los hechos necesarios para pronunciarse sobre la objeción de Chile (...) la Corte entiende que en la fase actual nada impide que falle sobre la objeción presentada por Chile".
"Los asuntos en litigio no son asuntos ya resueltos por arreglo entre las partes, ni por decisión de un tribunal internacional, ni regidos por acuerdos o tratados en vigor a la fecha de la formalización del Pacto de Bogotá", reiteró el presidente de la Corte.
Radio UChile
Este jueves, alrededor de las 10 de la mañana hora de Chile, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya emitirá el fallo con la declaración de su competencia para conocer el fondo de la demanda marítima de Bolivia a Chile, en la cual nuestro país presentó sus excepciones preliminares objetando la jurisdicción de la Corte.
Mientras que Bolivia alega que ellos no quieren poner en entredicho el Tratado de 1904, sino que Chile reconozca que ha habido negociaciones y “compromisos” de nuestro país para entregar una salida soberana al mar al país altiplánico, citando, entre otras, las negociaciones en 1950 durante la presidencia de Gabriel González Videla, en la cual se le ofreció un corredor al norte de Arica, con algunas compensaciones territoriales de parte de Bolivia.
Similar ofrecimiento realizó el dictador Augusto Pinochet a su homólogo boliviano Hugo Bánzer, en el llamado “Abrazo de Charaña” de 1975.
Chile funda su postura de pedir que la CIJ declare su incompetencia en que el fondo de la demanda boliviana ya estaría zanjado en el Tratado de 1904, y la competencia de la Corte se le entregó sólo para conocer de los casos posteriores a la firma del Pacto de Bogotá de 1948, citando su Artículo VI: “Tampoco podrán aplicarse dichos procedimientos a los asuntos ya resueltos por arreglo de las partes, o por laudo arbitral, o por sentencia de un tribunal internacional, o que se hallen regidos por acuerdos o tratados en vigencia en la fecha de la celebración del presente Pacto”.
Cabe recordar que cuando fue el cierre de los alegatos sobre esta situación, el juez japonés Hidashi Owada les solicitó a ambos países que respondieran qué entienden por “acceso soberano al mar, por no ser un término reconocido en el derecho consuetudinario internacional, señaló el jurista nipón.
Bolivia respondió que este no es un asunto que se tenga que exponer en la fase preliminar del litigio, sino que en el fondo de la demanda, Chile sostiene que lo que realmente busca la contraparte es obligar a nuestro país a entregar territorio, y no solamente a que se inicien negociaciones.
Son tres los posibles escenarios que se abrirían a partir de la decisión que comunique este jueves la CIJ, incluso algunos juristas hablan hasta de cuatro posibilidades:
Que la Corte se declare incompetente, acogiendo la objeción chilena, poniendo fin a esta controversia, ya que Bolivia no podría presentar una nueva demanda que se funde en estos hechos.
En caso que la Corte rechace la presentación chilena, la demanda sigue su curso, y la Corte conocería el fondo de la materia, similar a lo ocurrido en el litigio con Perú, en donde Bolivia presentaría su memoria, luego Chile la contramemoria, para finalizar con la réplica boliviana y la dúplica chilena. El plazo para finalizar este procedimiento no sería inferior a los tres años.
Una tercera posibilidad es que la Corte aplace la entrega de su veredicto, para darlo a conocer solamente luego de conocer del fondo de la demanda, momento en el cual el tribunal determinaría su competencia
El cuarto escenario dice relación con que la CIJ declare una competencia parcial, sólo para conocer de los sucesos posteriores a la firma del Pacto de Bogotá, con lo que sólo se daría pie a que se analicen las negociaciones y eventuales compromisos entre Chile y Bolivia desde 1948 en adelante.
Desde Bolivia, esperan con optimismo y serenidad el fallo de la Corte, tal como lo planteó el ex senador y actual viceministro de Justicia Indígena, René Martínez, sin embargo adelantó que tienen “respuesta a las tres posibles alternativas que el procedimiento permite en la Corte de La Haya”.
Por su parte, el profesor de derecho internacional de la Universidad de Chile, Sergio Cortés, manifestó que es posible que la Corte se declare competente para ver este juicio, y hace énfasis en el aspecto comunicacional de la controversia, plano en el cual, para el jurista, Bolivia ha logrado imponer sus posturas por sobre las de Chile.
“Mi impresión es que la Corte va a declarar su competencia completa, creo que van a ver todo, porque este caso nunca me ha parecido tan claro a favor de Chile. Creo que Bolivia planteó un muy buen caso, y hay dos temas aquí que son críticas para nosotros mismos, que es el tema del excesivo juridicismo que tiene Chile, en general. Perú nos planteó un caso jurídico y nos ganó. Bolivia hoy está planteando un caso jurídico, con un factor a favor muy importante para Bolivia, que es una causa muy popular. Nadie sabe afuera los argumentos de Chile. Nos piden que les demos mar, porque tenemos mucho, ese tipo de cosas. Y los jueces no son ciegos ni sordos”.
En tanto, el historiador chileno Pedro Godoy, integrante del Comité de Reencuentro Chileno-Boliviano, sostuvo que la postura del Ministerio de Relaciones Exteriores ha sido dogmática respecto de Bolivia, planteando la intangibilidad del tratado de 1904, en circunstancias que todo instrumento jurídico es perfectible, según su opinión, y agregó que desde el centro de estudios que dirige se invita a negociar con La Paz.
“Es un dogmatismo que no tiene relación con la diplomacia que es justamente lo contrario: es flexibilidad, es negociación. Tenemos el caso de Estados Unidos y Cuba, cómo después de 50 años han logrado encontrar puntos de acuerdo y el bloqueo está terminando. Entonces, por qué razón una guerra que fue hace ciento y tantos años, y que, por lo demás debe ser reestudiada en cuanto a sus orígenes, va a poner fin a las relaciones sobre esta materia tan importante, entre Palacio Quemado y La Moneda”.
Otro de los temas que se han planteado a partir de este proceso es el de la posibilidad de que Chile se retire del Pacto de Bogotá, y así no tener que verse obligado a acudir a la Corte Internacional de Justicia cuando se susciten este tipo de controversias.
El académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, José Rodríguez Elizondo, restó importancia a un hipotético retiro de Chile del Pacto de Bogotá, considerando la existencia de una serie de mecanismos de solución pacífica de controversias que se podrían utilizar, además de la Corte de La Haya.
“Los tratados son igual que las leyes son válidos en sí, per se, y cuando hay conflictos con un tratado existen muchos métodos de solución, por ejemplo la negociación, el arbitraje, la mediación, la investigación están todos enumerados en la Carta de Naciones Unidas, por lo tanto cerrarse a la existencia de un tribunal específico, que además no nos ha sido muy grato, no tiene mucho mérito”
Por su parte, el viceministro de Justicia Indígena de Bolivia, sostuvo que el criterio de su país “es que la demanda prosigue al margen de cualquier determinación de ser parte o no, o alejarse del Pacto de Bogotá porque no hay ningún marco legal que pueda detener o archivar esta demanda, y significaría una ruptura con todo lo que como Estado, habría admitido hasta hoy Chile siendo parte del Pacto de Bogotá”.
En tanto, el abogado Sergio Cortés señaló que un eventual retiro de nuestro país del Tratado Americano de Soluciones Pacíficas sería un contrasentido, ya que se pasaría a llevar el principio de la intangibilidad de los tratados que se erige como uno de los pilares de la política exterior nacional: “Para Chile, retirarse del Pacto de Bogotá, es como pegarse un balazo en el pie, en el sentido de decir una cosa y hacer otra. En el fondo, le niega el carácter de intangibilidad de los tratados, porque retirándose de un tratado, ya significa que no es intangible”.
Este jueves se conocerá la decisión de la CIJ sobre su competencia para conocer este caso, y desde ya el agente chileno Felipe Bulnes, señaló que es “desaconsejable” que nuestro país se retire del proceso en caso de un fallo adverso.
Una jornada clave se espera para mañana jueves. A las 3 de la tarde hora holandesa, es decir a las 10 horas en Chile y las 9 en Bolivia, el presidente de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, Ronny Abraham, comenzará la lectura del fallo sobre las objeciones preliminares interpuestas por Chile.
De esta forma, conoceremos si la Corte es o no competente para pronunciarse sobre la demanda de Bolivia, o bien si es que posterga la decisión.
Acá diez preguntas -y sus respuestas- para entender lo que está en juego este jueves.
El 24 de abril de 2013 Bolivia presentó un requerimiento para iniciar un proceso contra Chile, solicitando que se declarara tres cosas.
Que Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia en orden a alcanzar un acuerdo que les otorgue un acceso totalmente soberano al océano pacífico.
Que Chile ha violado esa obligación.
Chile debe llevar a cabo esa obligación de buena fe, formal y prontamente, dentro de un tiempo razonable y en forma efectiva.
En julio de 2014 Bolivia presentó su memoria, donde plantea sus argumentos de hecho y derecho para sustentar su postura.
Frente a la demanda de Bolivia, Chile tenía dos caminos: objetar la competencia de la Corte o bien presentar una contramemoria a más tardar el 18 de febrero de 2015.
Chile se inclinó por la primera alternativa, luego que todos los sectores políticos dieran su respaldo a la idea de objetar la competencia de la Corte. El anuncio fue realizado por la Presidenta Bachelet el 8 de julio de 2014 y fue oficializado ante la Corte una semana después.
La objeción preliminar es una garantía procesal que tienen los países demandados para pedir que se suspenda la demanda para antes discutir si es que el tribunal tiene o no competencia para ver el caso. Chile ha enfatizado que esto no implica desconocer al Tribunal, pues este mismo es quien decide su jurisdicción.
Luego que Chile formalizara la objeción, la demanda boliviana quedó suspendida, a la espera de los alegatos orales, que se realizaron entre el 4 y 8 de mayo de este año.
El equipo chileno manifestó que la Corte no tendría competencia para pronunciarse sobre el fondo de la demanda boliviana, por cuanto lo que se buscaría sería poner en cuestión los límites fijados entre ambos países en el tratado de 1904, que es previo a la suscripción del Pacto de Bogotá, que entrega jurisdicción de La Haya para resolver controversias entre los países.
En este contexto, enfatizan que el artículo VI del mencionado pacto excluye aquellos temas que fueron resueltos antes de 1948.
Bolivia, en cambio, sostuvo en reiteradas oportunidades que lo que busca la demanda no es modificar el mencionado tratado, sino que dar cumplimiento a "compromisos" expuestos por autoridades de distintos gobiernos chilenos en relación a dar cumplimiento a una salida al mar "con soberanía". Incluso acusaron "amnesia" por parte de Chile.
Pese a que el tema ha sido planteado en forma reiterada por Bolivia, para los jueces de La Haya no es algo que esté del todo claro.
De hecho, al cierre de los alegatos orales el juez japonés Hidashi Owada solicitó a ambos países responder qué entienden por "acceso soberano al mar", argumentando que "este no es un término reconocido en el derecho consuetudinario internacional".
Bolivia sostuvo que esto "no es claramente una cuestión para la determinación en la etapa preliminar de las actuaciones, y en su lugar se debe determinar en la etapa de fondo de los procedimientos".
En tanto, Chile hizo ver que lo que Bolivia en realidad busca es que La Haya obligue a Santiago a una cesión territorial, y no sólo a iniciar una negociación.
Si bien en un primer momento se hablaba de tres escenarios, en las últimas semanas se ha incluido una cuarta posibilidad.
La primera es que La Haya acoja la objeción de Chile y determine que carece de competencia para resolver el fondo de la demanda. De ser así, Bolivia no podrá presentar una demanda fundada en los mismos hechos ante la Corte.
La segunda opción es que se rechace el recurso, aceptando los argumentos de La Paz, lo que implicaría reanudar el litigio iniciado en 2013.
Un tercer escenario es que La Corte estime que su competencia está íntimamente relacionada con el fondo, por lo que podría postergar su definición. En este caso también se reanuda el proceso y al final La Haya determina si es competente o no.
A esto se agrega un cuarto escenario, donde el tribunal podría declararse competente para abordar sólo una parte de la demanda boliviana. Por ejemplo, que en el juicio sólo se discutan los "compromisos" que habría adquirido Chile desde 1948 en adelante, fecha en que se suscribe el Pacto de Bogotá.
Desde la cancillería chilena enfatizan que en caso que la Corte rechace la objeción preliminar o postergue la decisión no implica un juicio de valor sobre el fondo de la demanda boliviana.
Con todo, reconocen que en cualquiera de esos escenarios el gobierno boliviano lo hará ver como un triunfo.
En caso que la Corte se declare competente, se retomará el proceso de la demanda y se deberá notificar a Chile sobre la fecha en que deberá presentar su contra memoria, que es como se conoce el texto en que los países demandados responden a los demandantes.
Luego de esto Bolivia tendría que presentar una réplica en respuesta a los argumentos de hecho y derecho planteados por Chile, y luego nuestro país entregaría una dúplica.
Posteriormente se fijaría una ronda de alegatos orales, tal como ocurrió en la demanda peruana. Y, finalmente, se conocería el fallo de la Corte sobre la pretensión paceña.
No se sabe. En caso de que la Corte rechace la objeción o decida postergar su fallo sobre la competencia, informará a ambos países sobre los plazos en que continuará el proceso.
Con todo, se habla de que el juicio podría tomar unos tres años.
No, puesto que se trata de un fallo sólo sobre la competencia de la Corte y no de la demanda misma planteada por Bolivia.
En reiteradas ocasiones el canciller Muñoz ha sentenciado que en este fallo "no está en juego la integridad territorial de nuestro país. Y como ya he dicho antes, tarde o temprano Bolivia tendrá que entender que no puede obligar a Chile a concederle territorio".
Este mismo punto fue enfatizado por el presidente del Senado chileno, Patricio Walker, quien dijo que "sea cual sea la decisión no vamos a perder un metro de territorio, un metro de integridad territorial".
En caso que la Corte se declare incompetente, Bolivia no podrá presentar otra demanda fundada en los mismos hechos ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya.
Con todo, Bolivia ha dado diversas señales de que en caso de contar con un fallo adverso podrían insistir ante otras instancias.
"Estamos preparados, si La Haya lo rechaza tenemos otros mecanismos. Nosotros proponemos un diálogo con el Papa Francisco como garante", dijo el domingo en entrevista el Presidente de Bolivia Evo Morales, en entrevista con el diario El País.
En esta misma línea, el ministro de la Presidencia de Bolivia, Juan Ramón Quintana, dijo que "no hemos hipotecado todo nuestro arsenal jurídico en la Corte, tenemos otras opciones y las vamos a trabajar".
Un total de 88 demandas han llegado a La Haya desde 1978, año en que la Corte modificó sus reglas de procedimiento sobre las excepciones preliminares. De ellos, se han resuelto 77 casos.
De los casos resueltos, en 25 se presentaron objeciones a la competencia de la Corte.
El resultado de los fallos de impugnación han sido mixtos: en 12 la corte se ha declarado incompetente y en otros 12 ha rechazado el requerimiento. En uno se retiró la demanda antes de que se viera la competencia.
Un caso similar al de Chile es el de Nicaragua y Colombia, donde este último impugnó la competencia de la Corte para pronunciarse sobre la demanda de soberanía de las Islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.
Tal como en el caso chileno, el argumento de Colombia era que se trataba de asuntos resueltos por un tratado anterior a 1948.
En esa ocasión la Corte acogió parcialmente la petición de Colombia. Se declaró incompetente para abordar la soberanía terrestre, pero sí lo hizo frente a la soberanía marítima.