La aparición de Vaca Muerta en el mercado energético argentino alentó pronósticos de todo tipo, que van desde el excesivo optimismo que vaticina que Neuquén se convertirá en la Dubai patagónica, hasta el pesimismo más absoluto que considera que el shale es una burbuja especulativa.
Para evitar ambos extremos y aportar una visión más realista y técnica, el Centro de Estudios de la actividad Regulatoria Energética (CEARE- UBA), el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) y Fundación Avina, buscan INSTALAR en la agenda pública el debate sobre la necesidad de desarrollar una visión energética de largo plazo.
Con el aporte de instituciones del sector académico, de la sociedad civil y del sector elaboraron la Plataforma Escenarios Energéticos 2030, que concluyó que para los próximos 20 años el país necesita u$s 96.000 millones de inversiones para acompañar el crecimiento de la demanda de energía.
El estudio técnico asegura que la producción de Vaca Muerta y otras formaciones no convencionales no alcanzará volúmenes significativos hasta el 2020 y en algunos casos hasta el 2025.
“La marcada apuesta de la actual gestión al desarrollo de los hidrocarburos no convencionales pareciera no responder a las necesidades de generación de corto plazo, para la cual será necesario acudir a otras formas de abastecimiento, ya sea reforzando la importación de combustibles o incentivando la incorporación de fuentes renovables de energía”, indica el documento.
Además, señala que, si bien la Secretaría de Energía de la Nación formuló varias fases de un Plan Energético de largo plazo integrado, a la fecha no se presentó ese documento como instrumento para la definición de una política energética. La necesidad de una estrategia para el sector tampoco forma parte del debate electoral por la presidencia.
El escenario de tendencias elaborado por la Plataforma muestra que se refuerza la dependencia de combustibles fósiles en la matriz, con una sostenida disminución de producción de hidrocarburos convencionales y un aumento gradual de los no convencionales.
A pesar de este aumento, se mantendrían los altos niveles de importación de combustibles, y caerá la participación de la energía hidroeléctrica en la matriz, y las energías renovables se mantendrán como una fuente marginal.
En los últimos años, a partir de la nacionalización de YPF y de cambios en las políticas de precios y subsidios a los productores, la declinación de la producción convencional de gas y petróleo viene desacelerándose. El informe prevé que se continuará por esa senda y que para 2035, en declino de los yacimientos tradicionales, será de 0,5%.
En cuanto a la producción no convencional se tuvo en cuenta el escenario conservador realizado por Fundación Bariloche. De esa forma, se estimó que habrá una tasa de crecimiento anual promedio del 0,9% en crudo y del 2,7% en gas natural.
Se prevé, por lo tanto, una producción hacia 2035, de 676,9 kbbl/día de petróleo y 206.6 MMm3 diarios de gas natural. El 48% de los hidrocarburos provendrá de yacimientos tradicionales y el 52% de formaciones no convencionales.
Del informe se desprende que Vaca Muerta no solucionará el déficit energético del país en el mediano plazo. Si bien permitirá sostener la producción local, e incluso aumentarla, aún será necesario importar gas.
Se considera en este escenario que las importaciones requeridas al año 2035 de gas natural serán de 82,8 MMm3 diarios, provenientes en un 33,4% de Bolivia, en un 54,3% de GNL y en el 12,3% restante de Chile y Uruguay.
En cuanto al segmento de refino, se cree que hacia 2035, para abastecer a una demanda de 29,4 MMm3 de gasoil, habrá que importar 15,1 MMm3; y para inyectar en el mercado 14,3 MMm3 de naftas se deberá comprar en el exterior 5,1 MMm.
Se espera que la demanda de energía eléctrica llegue a los 251.040 GWh en el año 2035, lo que implica una tasa de crecimiento anual compuesta del 3,9%. La potencia totalINSTALADA requerida para abastecer a dicha demanda se estima en 73.1 GW, es decir que deberá crecer un 130% con respecto a la actualidad.
La hidroelectricidad perderá participación frente a una mayor generación térmica, nuclear y renovable. En el caso de la generación térmica, se utiliza principalmente gasoil a partir de laINSTALACIÓN DE gran cantidad de ciclos combinados, mientras que el fuel oil pierde participación.
En este escenario tendencial se prevé una mayorINSTALACIÓN DE energía eólica y solar en desmedro principalmente de la potencia hidroeléctrica.
Las organizaciones que plantearon sus pronósticos que forman parte de la Plataforma Escenarios Energéticos 2030 son Los Verdes, Fundación Vida Silvestre Argentina, la Asociación de Generadores de Energía Eléctrica de la Argentina (AGEERA), Cámara Argentina de Energías Renovables, el World Energy Council y la Facultad de Ingeniería de la UBS.