Una de las preguntas claves sobre la primera visita del Papa Francisco a Estados Unidos es si les responderá a quienes lo critican por sus declaraciones contra el capitalismo desenfrenado, y aseveran que tiene una debilidad por los autócratas de izquierda.
Francisco no sólo esta siendo criticado por la extrema derecha, algo que era de esperarse, sino también por algunos conocidos economistas internacionales. Muchos de ellos cuestionan su discurso del 9 de julio en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en donde dijo que el sistema capitalista “ha impuesto la lógica de las ganancias a cualquier costo”, y que “este sistema no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no lo aguantan los trabajadores... no lo aguantan los pueblos”.
El Papa, que nunca había visitado Estados Unidos, también está siendo blanco de críticas por su supuesta cercanía con presidentes izquierdistas autoritarios de América Latina. “Francisco tiene mucho que decir sobre los excesos del capitalismo. ¿Pero qué pasa con Cuba y Venezuela?”, preguntaba en un twit la influyente revista The Economist la semana pasada.
Ricardo Hausmann, el conocido economista que dirige el Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, escribió un articulo titulado “¿El capitalismo causa la pobreza?”, en el que criticó detalladamente el discurso del Papa en Bolivia.
En su artículo, Hausmann sostiene que, contrariamente a lo que dice Francisco, los países más pobres del mundo no se caracterizan por tener una confianza ingenua en el capitalismo, sino por tener una desconfianza absoluta en el capitalismo. Las empresas más rentables del mundo no están explotando a Bolivia, sino que simplemente no van allí porque encuentran un ambiente de negocios hostil, señaló.
“El problema principal no es la explotación, sino la exclusión”, me dijo Hausmann en una entrevista. En América Latina, el problema no son los que trabajan en empresas formales, capitalistas, que reciben un salario mensual, una pensión, y están protegidos por las leyes laborales, sino los millones que trabajan en la economía informal y no reciben ninguno de estos beneficios, me dijo.
“El problema en Bolivia no son los trabajadores en el sector formal, moderno, capitalista de la economía. Esos son los sectores que ya están o están entrando en la clase media. El problema en Bolivia son losTRABAJADORES POR CUENTA PROPIA, los informales, los que no están siendo ‘explotados’ por el sistema capitalista”, dijo.
Refiriéndose a las críticas del Papa al lucro excesivo, Hausmann dijo que “el problema en América Latina no es que las empresas formales, modernas, capitalistas son muy rentables. Si lo son, es por falta de competencia, por proteccionismo o por otras barreras. El problema es que no hay suficientes de estas empresas”.
Hausmann dijo que el Papa está influido por su formación jesuita en Argentina en los años sesenta. “Creo que tiene un buen corazón y buenas intenciones, pero su interpretación del problema de desarrollo está equivocada”, señaló.
Los defensores del discurso de Francisco en Estados Unidos interpretan las palabras del Papa de otra manera. Dicen que el Papa no está atacando el capitalismo, sino los excesos del capitalismo.
“El Papa critica el capitalismo en el sentido de que es un sistema que a veces pone las ganancias por delante del bien común”, dice José Casanova, profesor de sociología de las religiones de la Universidad de Georgetown en Washington D.C. “Pero él no es anticapitalista”.
Mi opinión: El Papa hace bien en hablar sobre los pobres del mundo, y también tiene razón en criticar el capitalismo llevado a su extremo. Sin embargo, en su reciente viaje a Bolivia, habló de este último sin mencionar los excesos de los países anticapitalistas, que han creado más pobreza y más opresión que ningunos otros.