Juan Carlos Guajardo*
Codelco emitió recientemente un bono por US$ 2 mil millones. Dadas las condiciones de inestabilidad en la economía internacional, los parámetros de esta emisión fueron más bien favorables, al amparo de la garantía del Estado chileno.
Más allá de las condiciones particulares de este bono, importa contextualizar esta acción en el plan de financiamiento de los proyectos estructurales que requiere acometer Codelco para mantener la viabilidad de sus operaciones.
Si bien el Estado asumió un compromiso de financiamiento de hasta US$ 4 mil millones a la empresa durante el periodo 2014-2018, aún buena parte de los recursos para financiar las inversiones dependen del acceso al mercado de deuda. Por esta razón es crucial que los indicadores financieros de la empresa, así como su rating de riesgo, se mantengan en niveles adecuados.
El deterioro del panorama económico mundial para los países emergentes, y muy directamente también para las industrias de materias primas, ha hecho más exigente el desafío de acceso a deuda.
El Ministerio de Hacienda ha pedido una revisión exhaustiva de los proyectos con el fin de tomar sus decisiones de aporte de capital sobre la base de una evaluación a firme. Es así como el próximo 29 de septiembre se realizará una junta de accionistas de Codelco que podría marcar un hito en el presente de esta empresa.
A través de la prensa se han venido conociendo algunos anticipos de la evaluación de estos proyectos de Codelco, los que indican que al menos un par de ellos tendrán modificaciones significativas respecto de la actualización anterior del plan de inversión conocida a comienzos de año,lo que afectará las proyecciones de producción futura, y con ello los flujos esperados de aporte al fisco.
Por lo anterior, el Ministerio de Hacienda se encuentra en un dilema relevante. Mientras el compromiso de la Ley de Capitalización seguramente se traducirá en grandes presiones políticas para que el aporte sea lo más cercano al tope de US$ 4 mil millones, la reformulación del plan de inversiones y la falta de recursos fiscales debido al deterioro del crecimiento del país y del mundo, y la necesidad de financiar las reformas en el país, harán que el ministerio desee minimizar el aporte de capital a Codelco.
¿Cómo enfrentar este dilema? Se abren varios escenarios complejos. Por un lado, el Ministerio de Hacienda podría transferir deuda del Estado a Codelco si es que éste no puede obtenerla en condiciones iguales a las que puede acceder su dueño. Otra opción es acudir a los fondos soberanos, aunque ello comprometería el espíritu de esta institución.
O tal vez sería hora de ver este momento como una oportunidad para enfrentar la situación de Codelco desde otras perspectivas radicalmente distintas, como la de comparar el valor actual de los activos mineros con los grandes montos que significa invertir en los proyectos de Codelco, o definitivamente asumir un esquema más pragmático que permita explorar alianzas con privados para el crecimiento de la empresa.
Sea como fuere, está claro que los ríos de tinta anunciando el momento decisivo que enfrentaría Codelco de poco sirvieron, ya que la hora crucial ha llegado y el margen de maniobra ha sido, es y será escaso.
*Director ejecutivo Plusmining