Una sola petrolera sigue en carrera para quedarse con los activos de Petrobras Argentina: YPF. La compañía reestatizada fue la única que presentó una oferta por el 62,7% del paquete accionario de la subsidiaria local de Petroleos Brasileiros, según confirmaron a PERFIL allegados directivos a la operación.
Pan American Energy (PAE), la segunda productora del mercado, que es propiedad de BP, la china CNOOC y la familia Bulgheroni, y Tecpetrol, brazo petrolero de Techint, solicitaron más tiempo para terminar de definir una propuesta, pero chocaron con la negativa del banco norteamericano Evercore Partners, a cargo del proceso de venta. El plazo para formalizar una oferta venció el 28 de agosto. También quedó en el camino Oil, petrolera de Cristóbal López, quien fracasó en su intento de sumarse a la compulsa a último momento.
La compañía que preside Miguel Galuccio está dispuesta a pagar cerca de US$ 900 millones por ese negocio contra los US$ 1.200 millones que pretendía en un primer momento Aldemir Bendine, presidente de Petrobras Brasil. Un porcentaje minoritario de ese dinero podría recuperarlo de una posterior asociación con Pluspetrol, la tercera productora local de hidrocarburos. Las conversiones entre las empresas –que desplegaron una estrategia similar cuando YPF compró Apache a principios de 2014– están muy avanzadas.
La delicada situación financiera y política del gigante brasileño a raíz del petrolão que se llevó puestos a varios de sus máximos directivos; la crisis de la industria energética mundial por el derrumbe del barril, y el complejo escenario macroeconómico de la Argentina (inflación, cepo cambiario y falta de financiamiento), que atenta contra el interés de inversores externos, podrían jugar a favor del poder de negociación de YPF. Petrobras necesita con urgencia enviar señales positivas a los bancos con los que aspira a reestructurar su deuda, que ronda los US$ 100 mil millones; más después de que esta semana la calificadora S&P le quitara a Brasil el rango de ‘Grado de inversión’. Apunta a cerrar la venta antes de fin de año.
Abierta. Aún así, la operación no está cerrada. Recién en veinte días podría haber novedades. Con qué financiamiento, y más concretamente, con qué dólares pagará YPF sigue siendo una incógnita. La petrolera se endeudó en los últimos 18 meses en casi US$ mil millones para concretar la compra de la norteamericana Apache (costó US$ 800 millones) y para mantener un ambicioso ritmo de inversión de US$ 6 mil millones por año. Tanto que algunos advierten que su capacidad de endeudamiento está al tope. Desde YPF, alegan que el ratio de deuda sigue por debajo de los 1,5 puntos con relación al Ebitda.
El portfolio de Petrobras Argentina (PESA) es muy diverso: consta de 12 áreas petroleras en Neuquén, una refinería en Bahía Blanca, una red de más de cien estaciones de servicios; la participación mayoritaria en Transportadora Gas del Sur (TGS), la central térmica Genelba y la hidroeléctrica Pichi Picún Leifú y plantas petroquímicas en Santa Fe, entre otros activos.
Convocados por Jorge Sapag, los gobernadores de las diez provincias petroleras, nucleados en la Ofephi, se reunieron el martes en Neuquén para respaldar la candidatura presidencial de Daniel Scioli. Cuando a nivel mundial el barril se paga en torno a los 50 dólares, en el mercado doméstico cuesta entre 63 y 77 dólares.
Aunque su presencia no estaba incluida en el programa, Miguel Galuccio, presidente de YPF, se sumó sobre la hora al encuentro. Consultado por PERFIL por la crisis del petróleo a nivel internacional, señaló que “cuando uno mira la película completa se da cuenta que ha habido muchos años en que la Argentina tuvo precios del petróleo por debajo del precio internacional. Hoy estamos por arriba. Se podría interpretar que la Argentina tiene un programa anticíclico de proteger el trabajo y el desarrollo a largo plazo”.
“Yo estoy de acuerdo con ese norte. Y creo que la industria petrolera sufre mucho por los despidos y después por la contratación de un montón de gente que buscás, pero que luego no encontrás. Tenemos que ir viendo”.
El deterioro económico y político en Brasil que derivó en la rebaja de la calificación soberana Standard and Poors (S&P) y como consecuencia, de Petrobras, convirtió a la empresa estatal en el emisor corporativo de grado especulativo más grande del mundo.
Siete meses después de que Moodys tomara la delantera, Standard & Poors coronó a la petrolera como la reina del mercado de bonos basura de u$s 2 billones de dólares, a los que se sumarán ahora unos u$s 56.000 millones de bonos en circulación que tiene la compañía, según consignó la agencia Bloomberg.
De esta manera, Petrobras supera a Sprint, con base en Río de Janeiro, que detenta u$s 31.000 millones en bonos y a PDVSA, que emitió u$s 36.000 millones en activos especulativos, de acuerdo a datos de Bloomberg.
Pasar a grado especulativo tiene sus costos, uno de ellos son las ventas forzadas de parte de inversores que utilizan índices de bonos de grado de inversión como los puntos de referencia de rendimiento y los inversores institucionales que tienen requisitos que les prohiben la posesión de bonos basura.
Es por esto que podrían salir de Brasil unos u$s 3.600 millones en ventas forzadas provenientes de los bonos de Petrobras, como resultado de la rebaja de la nota de la compañía, sostuvo el analista de Citi Eric Ollum. Esto por supuesto hará caer el precio de los bonos y los rendimientos hacia arriba, por lo que será más caro para Petrobras a pedir prestado.
El peso con el que debe lidiar Petrobras con el recorte de su calificación por dos agencias de riesgo es probable que además descalifique a la empresa de muchos índices que requieren al menos dos calificaciones de grado de inversión. De hecho, Barclays ya nombró a Petrobras como uno de los créditos brasileños que probablemente se baje de su Global y el US Aggregate índices.
En tanto, la curva de deuda de la compañía se estuvo ampliando, aunque fue poco afectada el jueves después de la decisión de S&P en parte porque las cuentas high-grade estuvieron saliendo en el último mes. Sin embargo, la calma no duró mucho y el viernes los bonos de la petrolera con vencimiento en 2024 cayeron 3,41%.
Pero los títulos no fueron los únicos golpeados. Las acciones de Petroleo Brasileiro Petrobras que cotizan en Estados Unidos cayeron el viernes un 6% a u$s 4,56 luego de que varios bancos de Wall Street modificaran el precio objetivo de los ADRs de la compañía. Incluso JP Morgan y Bank of America bajaron su recomendación en estos papeles de "comprar" a "neutral".
"La desafortunada combinación" del deterioro macroeconómico brasileño que llevó a una fuerte depreciación del real, la rebaja de la calificación crediticia soberana de Brasil y de Petrobras, junto a una fuerte volatilidad de los precios del crudo fueron las razones por las que JP Morgan decidió a rebajar las acciones de la petrolera.
Así, el banco recortó el precio objetivo de los ADR a u$s 7 por papel desde los u$s 10.5. En tanto, Credit Suisse lo modificó desde u$s 6 a u$s 3 y reiteró su recomendación de venta de las acciones. En tanto, el Citi redujo su precio por ADR de u$s 8 a u$s 6,20. En el caso de Bank of America, los precios objetivos fueron modificados de u$s 7,60 a u$s 5,75.