Para la consultora Macroconsult cada vez se hace más evidente que la economía peruana no volverá a mostrar el vigoroso crecimiento del consumo que presentó entre 2004 y 2013.
“Es más probable que en los próximos dos años veamos tasas más cercanas a 3%, lo que implica que sectores manufactura, comercio y servicios enfrentan un escenario menos prometedor”, señaló en su último reporte semanal.
Refirió que la economía peruana se encuentra muy afectada por las condiciones externas, lo que hace que este año alcancemos apenas un crecimiento de 2.8%. Pero la situación es aún más preocupante si consideramos cómo está compuesto este avance.
“Por ejemplo, en el primer semestre de 2015 la economía peruana creció 2.4%, pero los sectores no primarios, los vinculados a la demanda interna, lo hicieron a una tasa de 1.9%. Así, son los primarios, particularmente minería, los que dinamizarían la economía en el segundo semestre, donde esperamos un crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) de 3.2%”, estimó.
Dos variables muestran un desempeño positivo en lo que respecta al consumo. La primera es la re-caudación del Impuesto General a las Ventas (IGV) interno, es decir, aquel que se grava a las transacciones nacionales que no incluye las importaciones. En julio creció 7.5% y se viene acelerando, dado que durante el año acumula una variación de 2.9%.
Sin embargo, advierte que hay indicadores que hacen pensar que la situación dista mucho de ser favorables para el consumo.
“El primero es el ingreso promedio mensual en Lima Metropolitana (no se dispone de datos nacionales), que entre marzo y julio de este año cayó 5.9%, debido a que se detuvo la generación de empleo formal que venía creciendo a tasas cercanas a 7% hasta hace unos meses y presionaba al alza los salarios”, anotó Macroconsult.
Agregó que un segundo indicador negativo es la venta de autos: ajustadas por factores estacionales, viene cayendo desde octubre de 2013 y no hay visos de que mejore acorto plazo.
La consultora sostuvo que el principal riesgo que enfrenta laeconomía en su conjunto es una mayor desaceleración de la economía china, que tendría un impacto negativo en la cotización de los metales y por la baja de los términos de intercambio, en el ingreso disponible y el consumo privado.
Un segundo riesgo es el agravamiento del fenómeno de El Niño. Refiere que ya ha generado pérdidas a los sectores vinculados a la venta de textiles, pues la temporada de invierno ha sido pequeña. Al contrario, algunos sectores, como el de bebidas, ha tenido un excelente desempeño, ya que las temperaturas más elevadas inducen a beber más agua.
“Pero el agravamiento de El Niño se vería en 2016 e implicaría tener verano todo ese año, tal como ocurrió en 1998. Sin embargo, por el momento no se conoce con certeza ni su magnitud ni su duración. Hay que seguir de cerca la información que brindan las instituciones especializadas”, apuntó.