El real no para de meter presión al BCRA: en los últimos días, la moneda brasileña se depreció más del 6% frente al dólar y acumula una devaluación superior al 40% en lo que va del año.
La noticia cobra más relevancia si se considera que el la competitividad cambiaria de la Argentina frente a Brasil se ubica en niveles similares a los del promedio 1999-2001, cuando los dos mayores socios del Mercosur sufrieron sus mayores crisis económicas en décadas, según consignó la Consultora Ledesma.
El punto central es que el país vecino, que además atraviesa una preocupante crisis política y económica, es el destino de entre el 35% y 40% de los bienes industriales que exporta la Argentina.
Para agravar el panorama, las proyecciones de bancos y consultoras prevén que el real seguirá debilitándose y que, incluso, podría perforar el valor mínimo histórico de 4 unidades por dólar, nivel alcanzado a principios de octubre de 2002.
Según consignó el influyente diario económico Valor en base a fuentes de mercado, “los problemas por del lado fiscal, la sensación de que la crisis económica será más duradera y profunda y el embate político, dieron un impulso extra al dólar, que ya venía fortalecido por la aversión al riesgo en los mercados”.
Según el periódico brasileño, entidades financieras ya están operando con proyecciones de nuevos ajustes del dólar frente al real en los siguientes trimestres.
De hecho, algunas ya están trabajando con un tipo de cambio hacia fin de año de 4 reales por billete verde, cifra que se eleva a 4,05 hacia fines de marzo de 2016 y a 4,10 hacia el mes de junio.
¿Por qué la moneda brasileña no encuentra su piso?
Desde Ecolatina advirtieron que una de las causas es la falta de confianza, tanto de los ahorristas como de los inversores, lo que retroalimenta los problemas económicos.
“El deterioro fiscal de Brasil y la incapacidad de revertirlo, pese a las medidas de ajuste implementadas, comprometen el Investment Grade, lo que redunda en una menor entrada de capitales que a su vez potencia la devaluación del real brasileño”, explicaron desde la consultora.
El analista Gustavo Segré coincidió: “Hoy, muchos son los que se llevan dólares y pocos son los que los ingresan. Los exportadores piensan que va a seguir subiendo y, como tienen 90 días para volcar las divisas en el sistema, las aguantan. Los importadores adelantan compras de billetes verdes para cancelar compromisos y las multinacionales hacen lo mismo pero para girar dividendos”.
La otra causa de la debilidad del real está en que el Banco Central de ese país, a diferencia del de la Argentina, se mantiene pasivo.
Según el economista Ramiro Castiñeira “la entidad monetaria decidió no sacrificar ni un dólar de las reservas acumuladas para defender la moneda. El problema es que esta devaluación está llevando a una caída del consumo en general y de lo importado en particular”