El Ministerio de Planificación deJulio De Vido, el ex directorio de Enarsa que encabezabaExequiel Espinoza y el sindicalista Omar “Caballo” Suárez, que lidera el gremio del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y es aliado incondicional del Gobierno, están en la mira por el supuesto desvío de fondos a través de la Fundación Azul, que el gremialista creó para la supuesta capacitación de sus afiliados. Por primera vez, dos miembros del sindicato marítimo, los dirigentes Alejandro Giorgi y Antonio Cennamo, cuentan detalles del mecanismo de supuesta defraudación al Estado.
El Caballo Suárez está procesado por bloquear buques a cambio de aportes para su fundación, como reveló PERFIL en 2014. El juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal Gerardo Pollicita aún tienen que investigar esta supuesta defraudación. El dirigente Giorgi pidió declarar.
—¿Cuándo comienza la Fundación del gremio a recibir pagos millonarios de Enarsa para “capacitación”?
CENNAMO: En 2009. La Secretaría de Vías Navegables le otorga un waiver –autorización transitoria– al buque que trae el gas desde el exterior. El permiso es por treinta días. Después viene la negociación de quién tripula el buque: los marinos nuestros o la tripulación que trae la empresa de afuera.
—¿Cómo funcionaba el sistema?
GIORGI: Cuando llegan los buques regasificadores (de gas licuado), se decía que nuestra tripulación no estaba capacitada para tripularlos. Algunos no estábamos de acuerdo. Entonces, se acordaba un pago para capacitar a los afiliados, aunque las empresas ya aportan el 2% por trabajador para capacitación. Pero la Fundación Azul nunca dio cursos de capacitación. No existe en ningún registro o balance que hayamos visto en las reuniones de Consejo Directivo o en el directorio de la Fundación, donde esté contabilizado el dinero que ingresa desde Enarsa. Nunca tuvimos en claro qué plata entraba a la Fundación por capacitación. Cuando entró en 2012, empezamos a presionar para que se blanqueara esto.
—¿No hay cursos de capacitación para trabajar en buques regasificadores petroleros?
C: No, en la Fundación no se hizo ninguno.
G: Cuando el buque llega a la Argentina, el SOMU en lugar de imponer que trabajen sus afiliados, prefiere aceptar que el personal argentino no está capacitado para operar y recibir dinero para “capacitarlo”. Cada dos meses, la Fundación Azul recibía $ 1.750.000 por cada buque regasificador, en 2009 y 2010. En 2008, reconstruimos un barco para que funcionara como buque escuela para capacitar. Hasta la actualidad, sólo hizo viajes para los actos del Gobierno: tiene un viaje a Rosario, por un acto oficial del Día de la Bandera; dos a San Pedro, por el aniversario de la Vuelta de Obligado; uno a Ushuaia, por los treinta años de la Guerra de Malvinas; otro a Puerto Madryn, y otro a Santa Fe, por el anuncio oficial de la hidrovía. Sólo en el de Ushuaia viajaron diez alumnos. En el resto, el buque se usó para los actos políticos. Según Suárez, costó US$ 8 millones.
—¿Quién pagaba la supuesta capacitación?
G: Enarsa. La empresa estatal primero les paga a las agencias marítimas, que son privadas y representan a los buques. En Bahía Blanca, por ejemplo, operaba la agencia Meridional, y le pagaba a la Fundación Azul para capacitar a los afiliados del SOMU.
—¿Esto sigue funcionando?
G: En 2012, cuando corren a De Vido del tema energético, de un día para el otro dejan de pagar a la Fundación y suben a la tripulación argentina del SOMU a los buques. Hoy los regasificadores están tripulados por nuestros afiliados. La capacitación la paga y la brinda la empresa dueña de los buques. ¿Qué pasó con todo el dinero que recibió la Fundación? No sabemos. Pero este año pasó algo similar en otra área, con la plataforma petrolera de perforación Houston Colbert. Parte de nuestros afiliados sube y otra no. La Fundación recibe $ 650 mil por mes en concepto de capacitación.
