La mirada del flamante ministro de Energía de la Argentina, Javier Iguacel, en una entrevista realizada por La Política Online, en agosto de 2015, que en su momento reprodujo EnerNews
Hace un año, estaba negociando contratos con los directivos de YPF que secundan a Miguel Galuccio para comprar la petrolera Apache. Ahora, toca timbre en calles de tierra para gobernar un pequeño partido del norte de la provincia de Buenos Aires con la camiseta del PRO. Javier Iguacel tiene 40 años, pero recorrió un camino largo antes de meterse en política. Ingeniero en petróleo desde los 24 años, trabajó en la YPF de José Estenssoro, en Petrobras, en Pérez Companc y vivió incluso 4 años en Angola: llegó a ser vicepresidente de Pluspetrol, donde fue responsable de la dirección de No Convencionales con eje en Vaca Muerta.
“Hoy en YPF tenemos la misma conformación accionaria que tenía Menem hasta 1999. Antes se le decía la privatizada y ahora se le dice la estatizada", dice y asegura que ante el derrumbe del barril de petróleo la única alternativa es desarrollar a full los no convencionales y lograr que los sindicatos "cambien de paradigma" para conservar la fuente de trabajo. Como otros miembros del macrismo, dejó el sector privado detrás de una consigna: “involucrarse en política y ganar elecciones”.
¿Cómo afecta la baja del barril a la actividad privada?
Bueno, Argentina está bastante descalzada de los precios internacionales. Lo estuvo los últimos 12 años, con lo cuál en el cortísimo plazo no afecta demasiado a lo que ya estaba programado en la actividad local. Cuando en el mundo el barril estaba 100, acá estaba 40 y ahora que está 40 acá está 77. Por supuesto que impacta mucho en los proyectos a lanzar, que siempre llevan tiempo antes de decidirse. Y en Argentina, nuestro futuro es claramente los no convencionales, principalmente Vaca Muerta. Estamos en una fase de exploración y pilotos, es muy poquito lo que se ha hecho de desarrollo, si bien es suficiente para que seamos el segundo país productor del mundo en producciones comerciales después de Estados Unidos.
¿Por qué habla sólo de no convencionales?
Porque es claramente la única alternativa que tiene la Argentina. Todavía se habla de las cuencas poco exploradas pero cuando uno hace el racconto de hasta dónde ha llegado la exploración argentina, lo que puede quedar por descubrir es ínfimo comparado con el no convencional. Yo era muy escéptico hace 7 u 8 años por los costos que implicaba en Argentina. Pero después de ver la evolución de la productividad que tienen los pozos que se han hecho, tanto en gas como en petróleo y sobre todo en la ventana mixta –petróleo con mucho contenido de gas que fluye mucho mejor-, la cuenca neuquina tiene una gran extensión con niveles de calidad parecidos a los mejores de Estados Unidos. En calidad es comparable a Estados Unidos y en volumen es mayor en relación a consumo y reservas.
Usted afirma que la actividad se multiplicaría por cinco.
En los últimos 20 años, en Argentina se perforaron unos mil pozos por año. Un desarrollo no convencional serio quintuplicaría la cantidad de equipos y de pozos. Las compañías de servicios importantes que han estudiado el mercado estiman que podríamos pasar rápido a 300 o 400 equipos perforando. Lo dice el IAPG y la Universidad del Comahue.
Argentina pasó de ser el verdugo de las empresas con las retenciones a ser el principal promotor de la ganancia privada con los subsidios.
Eso se explica porque el 50 % del mercado lo maneja YPF. YPF ingresó en proyectos que tiene que financiar y el barril a 77 se subsidia con el litro de nafta a 14 pesos en el surtidor. Si YPF no mantiene el precio alto, no tiene forma de cumplir con los proyectos en los que ya se embarcó y con los serios compromisos de pago que tiene.
Ahora beneficia a todo el mercado.
Si, pero cuando uno hace la cuenta de las distorsiones acumuladas y de cuánta renta no fue a la industria –por lo cuál no se invirtió lo suficiente y hoy tenemos déficit- todavía la balanza está muy a favor de los consumidores. Del consumo y no de la inversión. Toda esa plata sí se invirtió en Estados Unidos, que prácticamente revirtió una balanza desfavorable y en cambio desarrolló una industria que a 40 o 50 dólares hoy funciona, sobre todo por el gas. Y Argentina tiene una gran oportunidad en gas que todavía está a 6 o 7 dólares y representa la mitad de nuestra matriz energética. Hay mucho para trabajar, siempre en no convencional. Y en 5 años podríamos recuperar el autoabastecimiento y comenzar a ser exportadores de gas.
Usted, que trabajó en recuperación secundaria, dice que ese ciclo ya se agotó.
Ya está. Olvidémonos.
Lo último fue Cerro Dragón.
Si, que está terminando su apogeo. A mí me tocó trabajar en el segundo apogeo de la recuperación secundaria de Puesto Hernández hasta el 2007 con algunas técnicas terciarias. Llegamos a producir 7 mil metros cúbicos y hoy está en 2 mil. Y a Cerro Dragón le va a pasar lo mismo.
¿Qué puede hacer una economía atada al precio de los commodities ante la caída del barril de petróleo?
Se puede limitar el impacto trabajando con los ciclos y sabiendo que existen. Aprovechar los ciclos de auge para invertir –también en energías alternativas- y estar preparados para ciclos como éste. Hoy tratar de que el mercado no esté tan concentrado y genere oportunidades para empresas más pequeñas. Si seguimos apuntalando el gas –que además es menos dañino que el petróleo para el medio ambiente- tenemos una vía enorme de desarrollo de industria e infraestructura asociado esta actividad.
Justamente los no convencionales reciben muchos cuestionamientos por su impacto en el medio ambiente.
No tienen ningún sustento técnico. Mi primer trabajo hace 20 años fue ir y fracturar un pozo. Se fracturan prácticamente todos los pozos con distintos volúmenes de arena y de agua. En Neuquén, vas por la ruta 22 y ver un camión bombeador de fractura es algo habitual. Las fracturas se hacen a 3 mil metros de profundidad y el 95 por ciento de lo que se inyecta es agua, que después va al mar. Y en cuanto al fracking no hay ningún riesgo sísmico. Argentina tiene la gran ventaja de que todo lo que tiene para hacer es en el desierto. Son zonas que ya están impactadas desde el punto de vista petrolero, ya hay asentamientos, hay oleoductos, hay cuevas, líneas sísmicas, no hay que mover suelo ni deforestar. Desde una misma plataforma se hacen 15 pozos hacia distintos puntos. Tienen menos impacto que hacer centrales hidroeléctricas o centrales nucleares. NEl fracking tiene menos impacto que hacer centrales hidroeléctricas o centrales nucleares
Pero en Europa e incluso en estados de Estados Unidos está prohibido.
En Estados Unidos hoy está permitido, regulado como en Neuquén en cuanto al uso del agua. Hoy Estados Unidos está produciendo 3 millones de barriles y producen de gas por día -sólo en una de las cuencas- más o menos cinco o seis veces el gas que hoy produce Argentina. Puede estar prohibido en algún estado no productivo, como acá en Entre Ríos. Por supuesto, hay que desarrollar en paralelo las energías alternativas, sobre todo la eólica en la Patagonia.
¿Cómo juzga la llegada de Miguel Galuccio a YPF?
Fue un paso para adelante, que se vuelva a invertir y que se demuestre que los no convencionales funcionan. Miguel es un técnico, estudió en la facultad que estudié yo, tiene un equipo de profesionales bueno y ha comandado YPF de acuerdo a los estándares de una empresa competitiva a nivel mundial. El problema fue la expropiación poca ortodoxa que generó mucha reticencia a la inversión. No nos olvidemos que acá se extendieron las concesiones petroleras por 10 años, cuando vencían todas en 2017 y en realidad YPF no hubiera tenido ningún valor si no se hubieran extendido las concesiones. Desde el punto de vista económico fue una aberración, muy mala para la Argentina que tuvo que pagar mucha plata por una compañía que había perdido todos los activos que tenía en el exterior cuando fue vendida. Teníamos áreas en Indonesia, en Venezuela y en Brasil.
¿Cree que Galuccio debería seguir si gana Macri?
Es potestad del próximo residente pero YPF tiene una conducción muy profesional. Tiene cierta injerencia de personas designadas políticamente, pero tiene muy buenos equipos, con los cuáles yo he tenido diálogo, como (el vicepresidente de Negocios) Fernando Giliberti y (el director de Operaciones) Jesús Grande, que son profesionales, saben lo que hacen, trabajaron toda la vida en la industria y tienen el amor por la camiseta de YPF. El año pasado hicimos juntos la adquisición de Apache y hoy YPF y Pluspetrol son socios en 7 áreas. Pero es muy distinto a lo de Aerolíneas Argentinas, donde claramente no va a continuar Recalde.
¿Cuánto menos valen las empresas del sector con esta baja del petróleo?
Y bajaron sin duda. Valen la mitad, lo mismo que bajó el barril. A YPF no le pasó eso, no osciló tanto la acción como el de otras petroleras que están más atadas al precio internacional. Bajó pero no a la mitad. YPF podría valer el triple si se desarrollara a pleno el petróleo no convencional, se recuperará un poquito el valor internacional y hubiera una mejor tónica para los inversores, que se respetarán las leyes que ya existen.
¿Cómo interpreta el regreso de Pérez Companc al mercado petrolero con la compra de Skanska?
Es un mensaje de confianza al no convencional porque Skanska es una empresa de servicios y el no convencional va a necesitar muchísimos servicios. Es un mensaje de confianza de alguien que puede entender antes que los demás lo que está pasando en Argentina. Algo que por ahí en Europa y en Estados Unidos no se ve tan claro.
Comparado con 2012, cuando se decidió la expropiación, hoy pareciera que Vaca Muerta fue un espejismo.
No, no es un espejismo. Los recursos están, la calidad productiva existe, la acumulada que se espera por pozo es tan buena como en los mejores lugares de Estados Unidos. El problema es que los pozos son muy caros y que a 45 dólares no es rentable. En Estados Unidos, los pozos cuestan 6 o 7 millones de dólares y acá cuestan 14, 20 o 25 millones. Hay un paradigma por cambiar.
¿Cuál es ese paradigma?
Con criterio entendible, durante los últimos 10 o 12 años, los sindicatos defendían el trabajo en una industria que se achicaba. Entonces, armaron todo un sistema para que la industria no achique la cantidad de equipos de perforación y transformaron la industria en algo bastante ineficiente. Eso generó una cobertura para el trabajo pero a un costo muy alto por pozo. Ahora el paradigma es el opuesto y, si seguimos con esa política, se van a perder las fuentes de trabajo. En cambio, si fuéramos a los equipos automatizados que en lugar de 100 personas por ahí necesitan 30, no van a quedar 70 en la calle. Porque en lugar de un equipo vamos a necesitar cuatro o cinco y por cada equipo nuevo, automatizado, que reduce el tiempo de perforación y perfora más por año, van a entrar más equipos. En Estados Unidos han logrado perforar 15 o 20 pozos por año con un equipo, acá hoy no hacemos ni 5. Hay que ir hacia esa eficiencia.
Los sindicatos están preocupados porque las empresas comienzan a achicar costos y cesantear personal.
No veo la necesidad de cesantear si logramos cambiar ese paradigma y multiplicamos los equipos de perforación. Pero para eso tiene que venir más capital y hay que dar una clara señal de confianza: que el nuevo gobierno no diga una cosa y después haga otra. Ese es el peso con el que cargan Scioli y el Frente para la Victoria, sería muy malo para la industria. Si gana el FPV, no veo posible que se recupere el autoabastecimiento. Con Macri, es bastante probable porque van a venir inversiones. Por eso, hoy la mejor apuesta de los trabajadores es el proyecto de Cambiemos.
¿No son lógicas contrapuestas la del sector privado y la de la política?
No, en absoluto. Las empresas que han sido exitosas y les ha ido muy bien es porque -antes que ganar plata- han tenido un motivo trascendental, que es un motivo político. Hay empresas del sector privado que nacieron de la nada y con esfuerzo, trabajo y convicción, lograron transformarle la vida a la gente. En la medida que enfrentemos los dos sectores, nos va a ir cómo nos está yendo. En la medida que los tratemos de alinear y busquemos las coincidencias en función del bien común, vamos a crecer a pasos agigantados porque tenemos los recursos humanos.
¿Macri sigue razonando como un empresario o ahora razona como un político?
Mauricio es un político que ha sido dirigente empresarial pero también dirigente en el fútbol. Entiende todos los sectores. No hemos tenido en Argentina una oportunidad como la que tenemos con él. Es una persona que ha vivido desde distintos ángulos y tiene una experiencia difícil de recrear por más libros que leas o contactos que puedas tener con empresarios. Scioli siempre fue político, nunca hizo nada en la empresa.
El PRO habla de equipos y el kirchnerismo de militancia. ¿Se consideran militantes en el macrismo?
El problema de la palabra militante es que trae asociados un montón de aspectos negativos que nosotros no tenemos. El militante está asociado al puntero, el que después te saca una parte del plan, el que agarra un auto para llevar a votar a la gente, que compra votos, eso no tiene nada que ver con Cambiemos. Por eso nosotros lo que tenemos son voluntarios y en toda la Argentina se sumaron 750 mil voluntarios. En Capitán Sarmiento, en las PASO nos sobraron fiscales.
