Por Fabián Andrés Cambero
La gigante estatal chilena Codelco ha apostado sus fichas a un multimillonario plan para compensar el declive de su producción de cobre. Pero el camino de la modernización se está volviendo cada vez más sinuoso para la mayor productora mundial del metal.
La empresa enfrenta un retraso en la sofisticada conversión de la mina Chuquicamata, postergó la ampliación de la mina Andina y aún desconoce el futuro de la pequeña pero costosa Salvador ante el desplome en los precios del cobre, problemas ambientales y operacionales, y la estrechez de financiamiento.
"La coyuntura que hay en este instante es pésima", admitió a Reuters Carlos Caballero, jefe de la nueva mina Ministro Hales.
Con la caída en el precio del cobre a mínimos de seis años, Codelco dejó de recibir unos 750 millones de dólares en el primer semestre. Esta presión en la caja la está forzando a priorizar sus planes y buscar alternativas de financiamiento para evitar que la producción se desplome en los próximos años.
Codelco, que entrega todos sus beneficios a las arcas del Estado, no ha precisado hasta qué nivel podría caer su producción en los próximos años. Tampoco cuándo podría cristalizar su anhelado objetivo de llegar a dos millones de toneladas anuales desde los 1,6 millones actuales.
Uno de los proyectos más ambiciosos de modernización es la conversión de Chuquicamata, una gigantesca y centenaria mina a cielo abierto en el desértico norte de Chile, en un complejo de 7,5 kilómetros de túneles subterráneos, para poder mantener su actual nivel de producción.
Pero un cóctel de problemas, que incluye demoras en la ingeniería y obras, ha retrasado dos años la construcción del emblemático plan.
"Actualmente nosotros estimamos que Chuqui Subterránea no va a estar sino hasta más o menos el 2021", dijo Jaime Graz, portavoz del sindicato 1 de Chuquicamata en la polvorienta ciudad minera de Calama, en el norte chileno. "No hay manera en que se cumplan los plazos para la construcción".
Y algo similar ocurre en la mina subterránea más grande del mundo y principal yacimiento hoy de Codelco, El Teniente, según ha reconocido la empresa.
Codelco tenía previsto invertir unos 25.000 millones de dólares en el actual quinquenio para impulsar proyectos estructurales, pero el jefe de la firma admitió recientemente que el plan será recortado por atrasos y reformulaciones.
"Los gastos pensados se van a ir estirando en el tiempo", afirmó recientemente el veterano minero Nelson Pizarro, quien asumió las riendas de la firma hace un año con el mandato perfeccionar las iniciativas de inversión.
Las desventuras de Codelco, una de las principales fuentes de ingresos de Chile, son un dolor de cabeza para la presidenta Michelle Bachelet. En medio de una desaceleración económica, la mandataria ha prometido darle los recursos necesarios a Codelco, pero también necesita dinero para financiar sus ambiciosas reformas sociales.
Los proyectos estructurales de Codelco buscan mantener el nivel de producción en medio del declive de las leyes minerales de sus depósitos.
Sólo la ampliación de su mina Andina, enclavado en la Cordillera de Los Andes cerca de la capital chilena, le brindaría producción adicional. Pero ahora Codelco prevé que le tomará unos dos años hallar una alternativa para reemplazar el costoso y polémico proyecto Andina 244 al que grupos sociales y ambientalistas se oponían de entrada por su eventual impacto en glaciares y fuentes de agua.
Para ello, además, necesitará iniciar una nueva tramitación ambiental, lo que frustraría el plan inicial de operar el proyecto antes de finalizar esta década.
El hilo más delgado del complejo escenario que enfrenta Codelco radica en la pequeña división Salvador. Aunque ha tenido números negativos en años recientes, se ha decidido mantenerla operativa a la espera el próximo año de un estudio de prefactibilidad sobre un proyecto para darle continuidad.
"Lo más sensato y rentable sería cerrar Salvador ahora y abrirlo de nuevo si Rajo Inca (en estudio) es viable", comentó a Reuters un alto directivo de Codelco.
Ex altos ejecutivos de la estatal consultados coincidieron en que en este nuevo contexto Salvador debería perder prioridad.
"Los anuncios sobre Salvador sirven para mantener la esperanza de la gente", dijo un ex presidente ejecutivo de la minera, que ahora se desempeña en el sector privado.
"Técnicamente, Codelco tiene que jerarquizar lo que es más rentable, con lo que una mina como Salvador quedaría en el último puesto", coincidió otro alto ex ejecutivo de la firma.
Pero un cierre de la pequeña mina, que produjo menos de 50.000 toneladas el año pasado, es una decisión política que sería difícil tomar para un Gobierno con bajos niveles de apoyo y que ha calificado el proyecto de "fundamental".
"Tenemos que esperar las decisiones que Codelco vaya a tomar para ver cuál será el camino que va a seguir el Gobierno", comentó la ministra de Minería, Aurora Williams.
Otro ajuste con costo político sería reducir las diferencias en gastos laborales. Por ejemplo, un trabajador actual de Chuquicamata cuesta unos 235.000 dólares anuales, frente a los 65.000 dólares de la joven mina Ministro Hales, debido a los beneficios que lograron acumular los sindicatos más antiguos.
Recientemente, Freeport-McMoRan decidió reducir a la mitad las operaciones de mina en El Abra -en la que está asociada con Codelco-, lo que llevó al despido de 650 trabajadores, encendiendo las alarmas en el mundo sindical.
Dirigentes sindicales de la firma estatal han dicho que en vista de la compleja situación, están buscando tender puentes con la administración para hallar soluciones.
Analistas y ejecutivos de la industria creen que la revisión de planes serviría a Codelco para dilatar sus proyectos a la espera de una recuperación en los precios del metal prevista hacia el 2017, aunque tendría que asumir una temporada de pobres resultados.
"Es muy complicado llevar millonarias inversiones de forma simultánea en un contexto tan complicado", dijo un ex alto ejecutivo de la firma.
Medios han especulado que para financiar los proyectos, el Gobierno podría echar mano a un fondo de recursos del cobre creado originalmente para financiar a las fuerzas armadas, pero esa jugada tendría que lograr la aprobación del Congreso.
Aunque Codelco aún tiene margen de endeudamiento externo para financiarse, no sería suficiente para cubrir sus planes sin poner en riesgo su grado de inversión. Incluso la calificadora Standard & Poor's recortó a negativa la perspectiva para la empresa debido al impacto en la baja del cobre.
Otros especialistas advierten que invertir mucho capital en los yacimientos actuales sin que eso represente nueva producción real no es el mejor camino para Codelco.
"Los planes de Codelco al día de hoy cuestan alrededor de 30.000 millones de dólares", cuestionó un operador del mercado de cobre, opinando que el costo es mayor de lo que la empresa admite. "Y cuando los completen habrán sido 40.000 millones y ¿cuánto aumentará la producción? ¿Cuánto podría producir en otro lado con esa misma plata?".
El precio del cobre anota una caída del 26 por ciento en los últimos 12 meses, influenciada principalmente por las menores expectativas de crecimiento en China, por lo que una serie de empresas anuncian despidos y postergación de proyectos y 2016 no asoma como un año muy positivo.
Hace un año el precio del cobre se cotizaba en 3,11 dólares la libra, sin embargo, hoy el metal rojo se transa en su menor nivel en los últimos seis años, a 2,32 dólares la libra.
Minera El Abra ya anunció el despido de 650 trabajadores, mientras que Pascua Lama decidió paralizar sus faenas. Por su parte,Codelco reevalúa el proyecto Andina 244 yanaliza el futuro de la división El Salvador.
Además, las mineras Can-Can, Kinross, SCM y F.F. Minerals comunicaron al Sernageomin su intención de paralizar sus obras.
Para el ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes, "la caída en el precio del cobre,lo que refleja es la necesidad que tenemos como país de cambiar nuestra formación productiva, una transformación productiva que haga que nuestro país dependa menos de aquellos productos de recursos naturales y que dependa más de nuestro conocimiento, de nuestro capital humano, de diversificar nuestra matriz productiva".
En tanto, el ex ministro de Minería Hernán de Solminihac aseguró que "todos los analistas hacen ver que más o menos se va a mantener este precio por unos dos años y, por lo tanto, las empresas que tienen costos altos va a ser más complicado para ellas y van a tener que tomar medidas más importantes para poder pasar este período hasta que otra vez, probablemente, tengamos unos precios más competitivos".
A su vez, Juan Carlos Guajardo, director ejecutivo de Plusmining, advirtió que "hay, de manera bastante rápida, un ajuste de los planes mineros de la mayoría de las compañías, en algunos casos extremos sí minas de alto costo se ven obligadas a cerrar su operación, pero generalmente son casos bastante extremos, lo que más hay son ajustes en la producción para lograr disminuir los costos".
Durante julio la producción del cobre cayó en Chile un 2,5 por ciento.
Más barato y en menor plazo. Esos son los pilares sobre los que trabaja Codelco para reformular su proyecto Andina 244 que ayer, luego de que la estatal retirara el estudio de impacto ambiental (EIA) de tramitación ambiental, quedó formalmente desechado por la corporación.
Ayer, el presidente ejecutivo de la minera estatal, Nelson Pizarro, y el presidente del directorio de la empresa, Oscar Landerretche, comparecieron ante la comisión de Minería y Energía del Senado, para dar a conocer el estado de avance de su cartera de proyectos estructurales y el impacto sobre el plan de la baja del precio del cobre.
Aunque la cita fue declarada bajo reserva a solicitud de Codelco, una vez terminado el encuentro Pizarro se dio tiempo para responder consultas puntuales y aclarar un tema que genera preocupación: qué pasará con el otrora proyecto estrella de la corporación, Andina 244.
“Creemos que el proyecto Andina 244, dada la estadística mundial y los montos puntuales de inversión de capital y los plazos que originalmente se pensaron, debiera tener una variación en tiempo de construcción y en presupuesto de inversión, porque las cifras actuales lo hacen no rentable”, comentó a la salida de la reunión con los senadores.
Añadió que un tema clave en la reformulación del proyecto es el abastecimiento de agua. En ese contexto, aclaró que una de las propuestas es recircular el agua del tranque de relaves Ovejería y así dotar de agua a una futura expansión. “De esa manera la inversión se va a reducir a menos de la mitad de lo que originalmente planteado y el tiempo de puesta en marcha, si las distintas etapas de la ingeniería ameritan ir adelante, debería ser en torno a los seis años”, subrayó.
Esto permitiría que la expansión de Andina entre en operaciones aproximadamente en 2021, lo que implica un avance respecto a la última proyección de puesta en marcha del fallido proyecto 244 que era en 2024.
Respecto a los precios, Pizarro fue duro: “Tenemos un escenario pesimista. Nosotros estamos proyectando un precio 2015 en torno a los US$2.55 por libra. Para el próximo año, personalmente, creo que el precio del cobre será inferior a US$2.5 y más bien acercándose al piso de los US$2.4”, complementó.
Ayer, el gerente general de Andina, Ricardo Palma, envió una carta al Servicio de Evaluación Ambiental en que solicita formalmente el desestimiento de la tramitación de proyecto tras más de dos años en evaluación.