La aprobación del crédito de 2.000 millones de dólares para Chihuido sigue demorada y quedó atada a los complejos vaivenes de la economía rusa que por estas horas hacen tambalear el proyecto.
Según pudo reconstruir "Río Negro" de dos fuentes cercanas a las negociaciones, las exigencias del Banco de Desarrollo Ruso para destrabar el crédito son cada vez mayores y eso tornará muy difícil poder cerrar el acuerdo antes de las elecciones de octubre. Mucho menos, claro está, que la obra comience en septiembre como había anunciado el ministro de Planificación Federal Julio de Vido.
La últimas novedades son financieras. Primero, desde Moscú, pidieron al Ministerio de Economía que los pagos de los certificados se hagan en Rusia, para evitar sacar el dinero del país. Sería una especie de fuga de capitales blanqueada que en la Casa Rosada nadie está dispuesto a aceptar.
Ahora, según publicó La Política On-line, apuntan a que el préstamo sea en rublos y no en dólares. Es que con la fuerte devaluación que sufrió la moneda rusa se abarataron los insumos atados al crédito como las turbinas que provee Inter Rao.
En el medio, en tanto, hay una serie de idas y vueltas con los papeles que ya se asemeja a un laberinto kafkiano. Hay permisos y documentos que se presentaron hasta tres veces con mínimos retoques que retrasan el trámite.
Mientras la burocracia le pone paños fríos a la represa, corre con fuerza un rumor sobre el cambio de financista. El mismo indica que hay un sector de la Casa Rosada que promueve a los chinos si se cae el préstamo ruso.
Claro que esto implicaría una maniobra al menos dudosa, porque se caería la adjudicación a Helport, firma del grupo Eurnekian, y debería readjudicarse a quien quedó segundo en la licitación: Cristóbal López con la firma CGC. Pero por ahora, son solo rumores.