El precio del cobre se recuperó en la Bolsa de Metales de Londres y cerró con un incremento de 1,41%. Sin ambargo, el metal rojo no logra superar la barrera de los 2,30 dólares la libra.
Así, el metal rojo se cotizó en 2,281 dólares la libra, valor que se compara con los 2,249 dólares del miércoles y con los 2,2824 dólares del martes.
El incremento se produjo tras declaraciones que indican que la Reserva Federal de estados Unidos no modiificaría las tasa de interés en el corto plazo.
La onza troy del oro, otrora refugio de inversión en tiempos de turbulencias financieras, crisis económicas y tensiones geopolíticas, ha sido actualmente ignorada por la comunidad inversora.
El precio del metal dorado no ha logrado beneficiarse de la actual volatilidad de los mercados accionarios –como antaño— y amenaza con regresar a sus menores registros de cinco años.
El contrato más activo del oro, para entrega en diciembre, anotó este jueves su cuarta caída consecutiva, periodo en el que exhibe una merma de 3.2 por ciento, para intercambiarse en mil 122.60 dólares.
¿Cuáles son los factores por los que el precio del oro acumula cuatro trimestres –su peor racha desde 1997— en franca espiral negativa?
Tres factores: La Fed, el dólar y la inflación
Primero, el precio del metal áureo ha sido eclipsado por las expectativas de un aumento de las tasas de interés en Estados Unidos en algún momento de este año, contexto que coloca al oro en desventaja con otros activos que pagan intereses.
Segundo, la sostenida apreciación del dólar, que lo vuelve más caro para los tenedores de otras divisas; y.
Tercero, los bajos niveles de inflación en Estados Unidos, que le restan atractivo como una cobertura de inversión. Las expectativas apuntan a que el precio del oro continuaría su espiral negativa en lo que resta del año, hacía los mil 100 dólares. Varias firmas de inversión, como Goldman Sachs y Société Générale, van más allá y esperan que el precio del metal dorado cierre en mil 050 dólares en 2015.
Incluso, la firma Natixis Commodity Markets Ltd. fue más drástica y estimó --a inicios de agosto-- que el metal podría cerrar el año debajo de mil dólares.