Para el INDEC la industria dejó de retroceder y empezó a mostrar algunas actividades con mayor producción doméstica.

Según el Estimador Mensual Industrial (EMI), en julio, la producción fabril subió 0,7% con relación a igual mes de 2014 y sumó el segundo mes consecutivo con crecimiento. Con relación a junio el alza es del 2,7%. Hasta ese mes, el EMI había registrado 22 períodos de retroceso.

Aún así, desde enero la julio la actividad manufacturera acumula un retroceso del 0,9 por ciento respecto a los primeros 7 meses de 2014, según los datos oficiales. 

Las cifras del INDEC no coinciden con las de los privados. Por ejemplo, según Fiel, una fundación que monitorea la marcha de la economía, la actividad fabril repuntó 0,6% comparado con un año atrás y cayó 1,4% respecto a junio.

De acuerdo al INDEC, la expansión de julio estuvo liderada por alzas en la producción de alimentos (8,3%), cemento (7,3%), plásticos (9 %), neumáticos (5,6%) y petróleo (4,9%).

En tanto, continuó en caída la producción automotriz (7,7%) y se profundizó el retroceso del sector textil (11,6%) y siderúrgico (10,5%). 
En los primeros siete meses, por la obra pública y los planes oficiales de vivienda, sobresale la actividad de la construcción, con la producción de cemento (9,9%) y otros materiales (7%), petróleo procesado (4,6%), plásticos (4,2%) y en menor medida, alimentos con el 1,5%.

En cambio, la industria textil, siderúrgica y automotriz registraron caídas significativas de entre el 8,4% y el 11,5%. 
Uno de los factores del retroceso automotor está vinculado al comercio exterior y a la contracción de la economía brasileña.

Según el INDEC, “las exportaciones de vehículos automotores registran en el acumulado de los primeros siete meses de 2015 una baja de 21,1% “, mientras “las ventas totales a concesionarios registran un incremento de 3,7% en julio y una baja de 8,2% con respecto a junio pasado. En los primeros 7 meses de 2015 las ventas totales a concesionarios presentan una disminución del 3,5% en comparación con igual período del año anterior”.

Hacia delante, las expectativas empresarias siguen siendo cautelosas:
El 81,2% anticipa un ritmo estable en la demanda interna; el 11,9% de las empresas prevé una baja y el 6,9% vislumbra un aumento. 
El 78,8% estima un ritmo estable de las exportaciones. Del resto, el 14,1% anticipa una suba en sus ventas al exterior y el 7,1% prevé una caída.
El 96,3% de las firmas no advierte cambios en la dotación de personal respecto a julio; el 3,2% anticipa una baja y el 0,5% vislumbra un aumento.
El 89,1% de las empresas anticipa un ritmo estable en la cantidad de horas trabajadas; el 6,9% prevé una baja y el 4% vislumbra un aumento.

Con relación al Mercosur, son más las empresas que esperan una caída de las exportaciones que las que prevén vender más. También son más las firmas que esperan disminuir las importaciones que las que calculan aumentar las compras desde los países del bloque regional.