El hundimiento del crudo (con el Brent en 43 dólares y el West Texas en 39) hizo que uno de los sectores peor parados de la catástrofe bursátil de ayer fueran las petroleras: Total perdió el 7,9%, Eni el 7,98%, Galp en 7,96%, Royal Dutch/Shell el 7,72%, BP el 7,32%... y Repsol se llevó la palma con el 8,81% hasta 12,26 euros, un batacazo que no veía la petrolera española desde octubre de 2008, cuando se desataron las especulaciones de nacionalización de su filial argentina YPF, que al final se hicieron realidad en abril de 2012 (y ni siquiera Repsol bajó entonces tanto como ayer).
Los analistas señalan que el problema no es tanto la nueva caída del barril -que se encuentra en su nivel más bajo desde 2009- sino las perspectivas de que no va a recuperar hasta finales de 2016 como mínimo, según la Agencia Internacional de la Energía. Algo que se explica, por el lado de la demanda, por el aparente parón de la economía china (el principal consumidor de crudo del mundo), que se puede trasladar a Occidente; y por el de la oferta, por la incapacidad de la OPEP de imponer a sus miembros recortes de producción, sumada al aumento de la extracción en EEUU y la llegada del petróleo iraní al mercado.
Pero si miramos al comportamiento de las petrolera en el año, encontramos un claro hecho diferencial de Repsol: Total acumula una caída del 11%, Eni del 9,44%, BP del 19,45% e incluso la portuguesa Galp todavía está en positivo en 2015, mientras que laespañola se hunde un 21,1%, una pérdida sólo superada por Royal Dutch. La compañía que preside Antoni Brufau acumula cinco caídas consecutivas y 11 en las últimas 13 sesiones.
Si nos vamos a la valoración, ocurre lo mismo: el mercado considera queRepsol merece cotizar con unos múltiplos muy inferiores a los de sus competidoras. Si tomamos el PER (precio dividido por el beneficio de la empresa) estimado para 2015, Repsol cotiza a 10,29 veces, superado por Total (10,78), Royal Dutch (11,64), BP (13,9) Galp (14,72) y Eni, que es la petrolera más cara con un PER de 22,85 veces. La lectura es idéntica si tomamos el precio dividido por el valor en libros de cada petrolera, que en el caso de Repsol arroja un 0,55 (es decir, el valor en bolsa de la española es el 55% de lo que valdría si se liquidara). Sólo Eni tiene un múltiplo que se aproxima (0,76), mientras que Total y Galp superan una vez valor en libros.
¿Por qué ese agravio comparativo para Repsol? La respuesta unánime en el mercado tiene un nombre canadiense: Talisman, la petrolera que adquirió la española en diciembre por 10.400 millones (la mayor operación de una empresa española en cinco años) para sustituir el petróleo expropiado de YPF. El problema es que los cálculos de rentabilidad de la operación, estimada en el 10% anual, se basan en un petróleo... a 85 dólares el barril, cuando se encuentra aproximadamente a la mitad. Eso este año; para el próximo estima un precio de 93 dólares y, para 2017, de 99. Brufau trabaja con un escenario negativo, pero también muy alejado de la realidad: 70 dólares en 2015, 75 en 2016 y 79 en 2017.
Con unos precios como los actuales, resulta muy difícil para el mercado asumir la prima del 86% que Repsol pagó sobre la cotización de Talisman
Con unos precios como los actuales, resulta muy difícil para el mercado asumir la prima del 86% que Repsol pagó sobre la cotización de Talisman o el incremento del endeudamiento que ha supuesto la operación para la española, al pasar de 2.500 a 15.400 millones de dólares. O su capacidad para cumplir el objetivo de vender activos por 1.000 millones -empezando por CLH- con los que rebajar la factura de la compra. Y eso que Repsol consiguió rebajar el precio pagado de los 13 dólares canadienses ofrecidos inicialmente a 8 ante la evolución del barril, que podía haber sido todavía peor.
La consecuencia es que se acumulan los informes negativos sobre el valor y la rebaja de precios objetivo. Ayer mismo, Jefferies reducía su previsión para el precio de Repsol de 13 a 11,5 euros, y Barclays rebajaba su recomendación de "sobreponderar" hasta "mantener".