En el momento en que ayer el dólar liqui saltó a $ 14, el blue tocó su récord histórico de $ 15,95 (del 24 de septiembre del año pasado, pocos días antes de la renuncia de Fábrega al BCRA). Enseguida apareció la Anses vendiendo alrededor de $ 300 millones de los Bonares (en mayor medida el AY24, pero también el AA17), lo que hizo descender unos centavos al CCL y al blue, que bajó hasta $ 15,75, para cerrar en $ 15,85 (suba de 30 centavos con respecto al viernes) y quedar en $ 15,95 en el postcierre, con una brecha cambiaria que ya supera el 70%. Siempre hablando del mercado puro, de mayoristas, porque el dólar green de los arbolitos de Florida ya pasó los $ 16, porque desapareció la oferta: los ahorristas con capacidad de ahorro se sientan arriba de los billetes y no venden, o esperan al último día que les vence la tarjeta de crédito para cambiar lo estrictamente necesario para pagarla.
El alza del conti liqui empujó al billete, que arrancó con salto por el desplome de la Bolsa China. Señalan que hay pocos peces pesados (grandes compañías) en el CCL pero, en contrapartida, se ve una demanda más atomisada de pymes industriales. O sea, pese a la intervención de Anses, trepó el precio sin peces pesados: todo un dato.
El dólar liqui es una suerte de hermano mayor del segmento informal, que calculan mueve u$s 25 millones diarios. El cálculo es en base al promedio otorgado por dólar ahorro, de u$s 35 millones diarios, donde menos del 10% se deposita en el banco y estiman que otro 20% lo ahorra, mientras el resto lo revende. El volumen está disperso en más de 250 mesas en todo el país.
Mientras, la cotización del billete es arrastrada por un dólar teórico (ecuación que se hace entre la base monetaria y las reservas del Banco Central) que ya pasó los $ 16, pero se prevé ascenderá a $ 18 en octubre, por el pago del Boden 15 (aunque se paguen u$s 3.000 millones y otros u$s 3.000 millones queden en reservas, por inversores que se pasen al Bonar 24) y el aumento de la emisión, que crece a casi 40% anual para financiar el déficit fiscal. En tanto, a fin de año este dólar cobertura (que desde el cepo en mayor o en menor medida fue un termómetro para la cotización del paralelo) podría tocar los $ 20.
El runrún que hay en la City es que a principios de enero del año que viene, gane quien gane las elecciones, sea Macri o Scioli, ocurrirá la devaluación. El momento elegido sería enero, porque es cuando la mayoría de los argentinos se toma vacaciones, para que pase lo más desapercibido posible. Otro motivo que está generando la dolarización de las carteras.
El viernes ocurrió el tercer asalto con golpiza en menos de dos semanas a una cueva del Once. Obviamente, ninguno de los casos fue denunciado. La batida fue en una oficina de la calle Castelli, a la altura de Corrientes, cuando un cliente tocó timbre y detrás de él entraron delincuentes armados, que además de darle una paliza al cuevero le robaron más de u$s 100.000, lo que en la jerga se conoce como una gamba.
Los tres robos fueron a mesas de periferia que no tienen seguridad privada. "Es una forma de apriete. Espero que no estemos ante una zona liberada a propósito", revelaron ayer en la City.
Los más alarmistas se referían a bandas operando como zona liberada, y llegaron al extremo de hablar de una suerte de batallon militante contratado para robar y golpear a cambistas.
Esta seguidilla de asaltos puede afectar el precio del blue si por seguridad la periferia comienza a cerrarse: "Si sigue así, las bocas importantes del blue bajarán el ritmo y la oferta se comprimirá aún más".