La construcción de la represa Chihuido I sigue siendo la gran novela de los últimos años en materia de política energética y promete algún capítulo más. La fecha del 1 de septiembre que el ministro de Planificación de la Nación, Julio de Vido, había fijado para su inicio no se cumplirá porque no darán los tiempos, pero el proyecto ya tomó visos de realidad.
Todo está atado a la firma del contrato del crédito que otorgará el Banco para el Desarrollo y Asuntos Económicos Exteriores de Rusia, que financiará el 85 por ciento de los 2000 millones de dólares que demandará el proyecto. Una alta fuente de la negociación indicó a este diario que la fecha que Nación y los rusos acordaron para cerrar la operación es el 30 de septiembre. “Allí se estipuló que debe quedar todo el acuerdo terminado”, se aseguró. De lo contrario, se le abriría la puerta a China, país que había realizado la segunda oferta por la represa.
Otra fuente, vinculada al consorcio de empresas que se adjudicó la obra (las argentinas Helport -Grupo Eurnekian- Chediack, Panedile, Eleprint, Hidroeléctrica Ameghino y la española Isolux Ingeniería), aseguró que se entregaron al banco todos los papeles que se exigían. Esto es, la certificación del plan de negocios realizado por la firma rusa KPMG, el mismo trámite para el proyecto ejecutivo y la verificación sobre el impacto ambiental a cargo de consultores independientes. “Se completó todo lo que pedían los rusos. Ahora, los estudios de abogados del banco y del Ministerio de Economía están trabajando en la redacción del contrato de financiamiento”, se precisó.
Nadie de los que forma parte de la negociación cree que el acuerdo con Rusia se puede caer, pero, por todas las idas y vueltas que tuvo el proyecto de la represa, ninguno se anima a ratificarlo.
La represa
El Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I consiste en la construcción de una central hidroeléctrica en el tramo medio del río Neuquén y tiene como principales propósitos la generación de energía eléctrica y la regulación de este río para el control de crecidas, la provisión de agua para consumo humano, el riego y el uso industrial.
La presa contará con cuatro turbinas, con una potencia instalada de 637 megavatios, lo que permitirá una energía media anual de 1750 GWh. El aporte de energía eléctrica que realizará al Sistema Argentino de Interconexión (Sadi) permitirá al país un importante ahorro debido al cambio en la matriz energética, que disminuirá la generación de energía térmica, para incrementar la participación hidroeléctrica. Para llevar adelante este proyecto, en diciembre del año pasado se adjudicó la obra al mencionado consorcio de empresas argentino-español, el cual formuló una propuesta licitatoria que, junto con la firma Inter RAO, propuso el financiamiento del banco ruso.
Chihuido es una de las obras más esperadas por la provincia de Neuquén, que vio cómo en más de una oportunidad el proyecto terminó en la nada. Siempre el escollo fue el financiamiento; la última experiencia fallida se había dado con el Banco de Desarrollo de Brasil. Ahora la situación es distinta, ya que están dadas todas las condiciones para que se concrete.