La devaluación del yuan podría ser de ayuda para los productores chinos de algunas materias primas que luchan por sobrevivir con precios que se ubican por debajo de sus costos de producción. La moneda registró su mayor descenso diario en dos décadas después de la sorpresiva devaluación la semana pasada. Siguió la dirección de otras divisas del mercado emergente, que llegaron a su nivel más bajo desde 2010.

Junto con el derrumbe de los precios del petróleo, el patrón está ayudando a las mineras que operan con costos de producción que apenas de les permite generar ganancia. La divisa débil sube el costo de los commodities importados, por lo que ganan atractivo los recursos producidos localmente. Para China, podría significar un impulso a la producción de carbón, mineral de hierro y aluminio.

El efecto difiere según la materia prima. China representa más de la mitad de la producción mundial de aluminio y acero y el 70% del carbón térmico y metalúrgico. Pero sólo produce 10% del mineral de hierro.

Como hay sobreoferta de todo eso, sus precios retrocedieron. El aluminio llegó a su nivel más bajo en seis años esta semana, mientras que los futuros de carbón se ubican en su piso de 12 años. Por lo tanto, la moneda débil podría provocar en forma temporal una disminución aún mayor de los precios porque la oferta sigue creciendo.
"En una situación de sobreoferta de materias primas y donde las minas chinas a menudo son productores marginales, cualquier devaluación del yuan dificulta la eliminación de la oferta marginal", aseguró Paul Gait, analista de Bernstein.

Fuera de China, las mineras grandes sienten el beneficio de la caída de las monedas de mercados emergentes. El dólar australiano llegó a su piso de seis años la semana pasada y el peso chileno hace poco cayó a su nivel más bajo en 12 años contra el dólar. La divisa de Kazakhstan perdió más de 20% de su valor ayer después de que el gobierno anunció que permitirá su libre flotación. Eso impulsó las acciones del productor de cobre Kaz Minerals, que subieron 19%.

La comercializadora de minerales y materias primas Glencore afirmó esta semana que el 42% del impacto de los precios sobre sus resultados en el primer semestre quedó compensado con las reducciones de costos y los movimientos cambiarios.

En carbón, las importaciones chinas tradicionalmente equilibran el mercado transportado por mar. Pero un yuan más débil podría seguir abaratando los precios locales chinos comparado con los globales. Eso podría empeorar la tendencia bajista de las importaciones chinas, que cayeron casi 34% en los primeros siete meses del año.
La producción local de carbón se beneficia de las políticas. Este año Beijing prohibió la quema de carbón con alto contenido de cenizas y azufre, lo que golpeó las importaciones australianas.

En carbón térmico, "un yuan más débil va a ampliar la brecha con los precios del carbón locales, y esperamos que la demanda spot proveniente de los compradores chinos se contraiga significativamente hasta que el diferencial de precios vuelva a achicarse", señaló Goldman Sachs.

Ivan Glasenberg, CEO de Glencore, contó que las importaciones chinas de carbón este año podrían disminuir a 130 millones de toneladas, comparado con las 200 millones de 2014. Sin embargo, probablemente eso se compense con la demanda proveniente de Indonesia.