Se trata de la empresa Exor International, que en 2012 intervino en un acuerdo entre Pdvsa y Ancap para la cancelación de deudas de la petrolera uruguaya con la venezolana. Por decisión de Pdvsa la operación se concreta a través del banco venezolano Bandes, lo que llevó a Exor a iniciar un juicio a Pdvsa y Ancap en Uruguay por haber sido excluida. Este asunto quedó saldado cuando Ancap llegó a un acuerdo extrajudicial con Exor.
Ayer en el Senado la oposición anunció que sumará a la comisión investigadora sobre Ancap —que recibirá hoy al presidente del ente, José Coya—, la participación de empresas privadas en los negocios con Venezuela.
El proyecto de ley sancionado por unanimidad autoriza al Poder Ejecutivo a prestarle a Ancap US$ 267 millones para que cancele anticipadamente la deuda que contrajo con Pdvsa por la compra de crudo. De la deuda con Pdvsa por US$ 434 millones, se logró una quita de US$ 167 millones gracias a un acuerdo firmado en julio por los presidentes Tabaré Vázquez y Nicolás Maduro. Los US$ 267 se abonarán en Unidades Indexadas.
El Partido Nacional no consiguió que la ley dijera a texto expreso que los US$ 70 millones del fideicomiso a crear por esta ley fueran para saldar la deuda de Venezuela con los exportadores uruguayos.
Cardoso pidió al oficialismo que confirmara que hubo "una intermediación en los negocios" con Venezuela, con participación de "un grupo paraguayo que después Pdvsa sacó para poner al Bandes", el banco nacional venezolano de desarrollo. "¿Necesita Ancap un intermediario para arreglar con Venezuela? ¿Cuánto ganó ese intermediario?", preguntó.
Su compañero de bancada Jorge Saravia pidió también que "se aclare" si existe en este nuevo contrato "una intermediación privada cuando se puede hacer de empresa a empresa y de Estado a Estado
El frenteamplista Leonardo De León defendió el acuerdo en cuanto permitió a Ancap hacer inversiones. "Esto no aumentó endeudamiento, sino que sustituyó endeudamiento", señaló.
Este "es un muy buen negocio financiero para Ancap pero es malo para el país porque pagando de modo normal el crudo le corresponderían tasas más bajas", reaccionó el colorado Pedro Bordaberry.
"Este negocio le sirve a Venezuela. Si no ¿cómo se explica que una deuda de 430 millones se arregle pagando 267 millones? Es una papa", afirmó el senador nacionalista Jorge Larrañaga. Recordó que se compró el crudo con pago diferido y el combustible el usuario "lo siguió pagando a precio normal. Caja para Ancap. Y ahora el que pone el dinero es el Ministerio de Economía. Más caja para Ancap", agregó Larrañaga.
Luego, el frenteamplista Marcos Otheguy habló sobre el rol de las empresas públicas. "Las cuentas que tienen que cerrar son las del país, no las de Ancap. ¿Por qué siempre tiene que dar ganancia Ancap?", preguntó. "Hay empresas públicas que hacen obras que no son rentables, pero contribuyen a la política general del país", dijo.
Estas afirmaciones elevaron aún más el tono del debate. El nacionalista Luis Lacalle Pou reprochó a Otheguy que planteara "una discusión panfletaria" sobre las empresas públicas. Las empresas públicas "deben ser funcionales al interés de la nación. Ahora dicen que vale fundir una empresa pública y que pague Juan Pueblo. Ahora entiendo por qué no se nombran buenos administradores y no importa si cierran los balances", remarcó.
Dijo que el Frente Amplio ha inclinado la política exterior por "amiguismo e ideologías" que ha llevado a "negocios artificiales". Esto es "pan para hoy".
Otheguy contestó que los blancos deben "hacerse cargo" de la conducción de las empresas públicas en el pasado, y dijo que en 2004, antes de asumir el Frente Amplio, "Ancap era puro fierros viejos".
Bordaberry apuntó que la discusión debe ser "si las empresas públicas deben ser eficientes o estar al servicio de proyectos políticos personales".
Por su parte, el nacionalista Carlos Camy agregó que las empresas públicas "no tienen que dar pérdidas, (y) mucho más cuando tienen el monopolio de su rubro principal", en el caso de Ancap, los combustibles.
El nacionalista Luis Alberto Heber dijo que Uruguay está haciendo negocios con "un gobierno corrupto, el de Venezuela, corrupto del primero al último gobernante". "No puedo llamar democrático a ese gobierno", afirmó Heber.