En medio de la turbulencia que desató la devaluación china parece que el único activo que logra sortear la embestida es el oro. Ayer subió el 1,18%, a 1.130 dólares la onza. En lo que va del año aún acumula una pérdida del 6,6% y del 13% respecto del máximo alcanzado a fines de enero pasado. En la actualidad cotiza a niveles de febrero de 2010 y bien lejos del récord de agosto de 2011 de casi 1.900 dólares. Antes del último capítulo de la crisis griega y de la devaluación del yuan arreciaban los informes de los expertos que, quizás, anestesiados por la expectativa de la suba de tasas de la Fed, pronosticaban en su mayoría derrumbes del precio del metal precioso (de hasta los 250 dólares) y unos pocos vislumbraban un nuevo ciclo alcista (a récords de 3.000 dólares). Lo cierto es que el oro se mostró inmune a la última crisis griega, así los inversores lo soslayaron como refugio ante la probable ruptura de la eurozona. Pero en las últimas semanas se percibió una tenue ola de apuestas sobre el metal precioso, de parte de grandes e influyentes inversores.
La primera movida que sacudió a los analistas fue la de Stanley Drucknermiller, que gestiona Duquesne Capital,al elevar su apuesta sobre el oro en el segundo trimestre. Ya entre abril y junio pasado el exgestor del fondo Quantum, de George Soros, había aumentado su exposición en el oro a 300,3 millones de dólares. Pero el mes pasado redobló la apuesta a través de la compra de 2,88 millones de acciones del fondo ETF, SPDR Gold Trust, de State Street, el más conocido para invertir en este activo. Los títulos del fondo de State Street cerraron el segundo trimestre en un precio de 104,27 dólares (ayer finalizaron en 108,55). Están casi un 5% abajo respecto de comienzos de 2015.
Cabe señalar que los administradores de fondos de cobertura (hedge funds) sólo están obligados a informar sus mayores posiciones, de ahí emergió su apuesta sobre el oro.
Pero el famoso gestor de Pittsburgh no está solo en esta movida, ya que como el canal CNN develó días atrás también su exjefe, George Soros, está entre los grandes inversores que se han posicionado en el oro. Otros nombres que también circularon en el mercado fueron los de otros dos hedge fund, el multimillonario John Paulson y el de David Einhorn, jefe de Greenlight Capital. Según la CNN, Soros invirtió 33,6 millones de dólares en posiciones vinculadas con el oro. De esta cantidad, 20,1 millones tuvieron como destino a la Barrick Gold y 13,5 millones al ETF Gold Miners, de mineras dedicadas a este metal. En el caso del fondo Duquesne Family Office de la posición de 353,5 millones de dólares, 323,6 millones están en acciones del SPDR Gold y 29,9 millones en Newmont Mining.
Por su parte, John Paulson, a través de Paulson & Co., tiene 1.500 millones de dólares en este tipo de activos: 1.000 en acciones de SPDR Gold, 239,9 millones en Anglogold Ashanti; 121,8 millones en Novagold; 45,5 millones en Randgold; 37,4 millones en Agnico Eagle Mines y 7,7 millones en Iamgold. Mientras que Einhorn, las inversiones suman 151,3 millones de dólares en la industria del oro, todo en Gold Miners ETF.