El barril de crudo ligero de Texas retrocedió 4,4% en Nueva York y cerró a u$s40,80, el menor precio desde el 2 de marzo de 2009, en plena crisis financiera internacional. El impacto en la economía argentina
El petróleo no encuentra pausa para su tendencia declinante y este miércoles un informe sobre un inesperado aumento de los stocks de hidrocarburos en los EEUU reforzó este impulso, hasta llevar las cotizaciones a niveles no vistos desde las jornadas más aciagas de la crisis financiera internacional, a fines de 2008 y comienzos de 2009.
El precio del crudo ligero de Texas (light sweet crude o WTI) para entrega en septiembre perdió 1,80 dólares y cerró a u$s40,80 el barril, con un retroceso de 4,3% en el día. Se trata de la cotización más baja desde los u$s40,15 del 2 de marzo de 2009, hace casi seis años y medio. El barril de Brent para entrega en octubre cerró en el mercado de futuros de Londres en u$s47,16, un 3,1% menos que el cierre anterior.
El petróleo cotiza en neta baja este año, en una continuidad del desplome de 45% registrado en 2014. El crudo recortó un tercio de su valor desde junio y en el recorrido de 2015 pierde un 32 por ciento.
Prácticamente la mitad del panel líder Merval está determinado por los títulos de Petrobras Brasil, YPF y Tenaris, tres compañías ligadas al mercado global de la energía, por lo que se define al indicador líder como un "Merval petrolero". Por eso mismo, un declive profundo en las cotizaciones del crudo impacta a pleno en el referente de la Bolsa local.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, indicó que "el petróleo obviamente que nos afecta, porque tiene un brazo directo en el panel líder, que es Petrobras Brasil, e YPF y Tenaris también sufren. Esos tres van a incidir". Desde el 30 de junio último, el petróleo perdió 31,4%, mientras que Petrobras Brasil cayó 37,7% e YPF, un 14,6 por ciento.
El aumento de las reservas de crudo en los Estados Unidos por encima de las previsionesdesarmó cualquier expectativa de rebote de precios, aun cuando se acerca la temporada de mantenimiento de las refinerías norteamericanas al finalizar el verano boreal.
La caída de precios de la energía es la respuesta a datos positivos para la economía global, pues se asocian a niveles de extracción y almacenamiento récord, menores costos para la producción y reducción de la inflación, pero es un mal indicador para países emergentes cuya estabilidad depende de sus exportaciones petroleras.
¿Cómo incide en la Argentina?
Como la Argentina tiene déficit comercial en materia energética, el efecto del desplome del crudo en la economía real es neutro. Por una parte, las importaciones de energía se redujeron 40,5% o u$s2.954 millones en el primer semestre, según datos del Banco Central. Las distintas empresas vinculadas al sector energético registraron pagos de importaciones por u$s4.333 millones entre enero y junio, el monto más bajo desde 2011. En el mismo período del año pasado las importaciones de energía habían alcanzado un récord de 7.287 millones de dólares.
Desde las exportaciones, también hubo una baja. El sector petróleo registró cobros por u$s1.502 millones en el primer semestre de 2015, con una pérdida de 49,1% o u$s1.450 millones, desde los u$s2.953 millones exportados en el período enero-junio de 2014.
De esta manera, el déficit energético argentino se redujo u$s1.503 millones o 34,7% en la primera mitad del año, desde los u$s4.334 millones del primer semestre de 2014 a los u$s2.831 millones de 2015.
No obstante, para los consumidores locales no existe un "beneficio deflacionario"; todo lo contrario, pues la Argentina es el único país del mundo donde los combustibles aumentan de precio si se los mide en dólares. El Gobierno fijó un valor de referencia del barril de petróleo en el mercado interno de 77 dólares, el doble de lo que vale en el mundo, para incentivar la producción. La diferencia es financiada a través de los precios internos de las naftas, que suben un 10% desde comienzos de año.