En medio de la polémica por el acuerdo con YPF por el pago de una menor alícuota de Ingresos Brutos, se conoció otro hito en la relación de Mendoza con la petrolera de mayoría accionaria estatal: por el decreto 972 firmado el 17 de junio de 2015, la Provincia bajó 23% al 18% el porcentaje de regalías que se deben pagar por el hidrocarburo extraído en el área Chachahuén.
En el Ministerio de Energía admiten la baja, pero contraargumentan que los concesionarios del área (YPF y las petroleras de los grupos Vila-Manzano y Álvarez) deben hacer una inversión de 244 millones de dólares hasta el 31 de diciembre de 2016.
Además, si bien prevén que pueda haber reclamos de otros concesionarios para bajar las regalías a ese yacimiento, desde la cartera afirman que toda negociación estará atada al cumplimiento de las inversiones.
De acuerdo a las estimaciones oficiales, la inversión (que incluye la perforación de 123 pozos nuevos) se traduciría en un crecimiento de la actividad y, por lo tanto, de la recaudación provincial en regalías de 91 millones de dólares a 153 millones de dólares acumulativos en la vida de la concesión, que según el ministerio llega hasta 2028.
Antes de estas modificaciones, el proyecto original eran 23 pozos nuevos, con una inversión de 72,5 millones de dólares y el pago al Estado del 23% de lo que se extraiga. El esquema propuesto ahora es que se bajan las obligaciones mensuales sobre la producción y, a cambio, se piden más inversiones para subir la producción y, de esa forma, incrementar el monto de lo que se percibe por regalías.
Sin embargo, a priori parece poco lo que se ganaría en las estimaciones oficiales, sobre todo cuando Chachahuén ha declarado en los primeros seis meses de 2015 regalías por 114 millones de pesos, que a cotización oficial representan cerca de 12 millones de dólares.
Este dato, publicado en la web oficial de la Administración Tributaria Mendoza, indicaría que al menos se cobrarían este año, con el porcentaje de regalías anterior, más de 20 millones de dólares; proyectando ese número hasta 2028, se podría rondar los 200 millones de dólares en regalías, sin considerar el impacto de la inversión comprometida ahora.
El secretario de Energía e Hidrocarburos, Pedro Sánchez, explica que nunca se llegaría a ese monto porque la curva de producción siempre cae sobre los últimos años de la concesión, por eso es que estiman U$S 153 millones acumulativos en la vida de la concesión, siempre calculado con la rebaja del porcentaje a 18%.
La corta historia de Chachahuén tiene varios capítulos tormentosos (ver aparte). El último empezó a escribirse en octubre 2013, cuando por la resolución 861/13 del entonces Ministerio de Infraestructura y Energía se ratificó que las regalías a pagar serían del 23% y el plazo de concesión de 25 años, es decir hasta 2038.
En este punto también surgen interrogantes. El subsecretario Sánchez siempre habla del año 2028 y no de 2038. Explica que “el proyecto es económico hasta 2028. Lo más probable es que siga y que puedan hacer en el futuro más inversiones y prolongar la vida del yacimiento”.
En la mencionada resolución, figura que los concesionarios de Chachahuén eran YPF (70 por ciento), Ketsal SA (10 por ciento), Kilwer SA (10 por ciento) y Energía Mendocina SA (10 por ciento). Ketsal y Kilwer son del grupo Vila-Manzano y Energía Mendocina del empresario sureño Omar Alvarez. En el mismo documento se pide el plan de inversiones a los concesionarios.
Casi un año después empezó a pergeñarse la modificación de las condiciones. De hecho, en el convenio firmado el 27 de agosto de 2014 por el gobernador, Francisco Pérez, y el vicepresidente ejecutivo de YPF, Jesús Grande, ese mismo que ayer fue remitido a ratificación legislativa, ya se habla de Chachahuén. Concretamente, la cláusula dos indica que las partes deberían definir a futuro el monto de la inversión y las regalías “para hacer viable una mayor inversión en desarrollo”.
Hace dos meses, el 17 de junio (cuatro días antes de las elecciones provinciales que perdió el peronismo), el gobernador Pérez firma el decreto 972 en el que se terminan de definir las variables de las que se hablaba en el convenio de la polémica. Allí se menciona que la inversión sería de U$S 244 millones y que las regalías se reducirían del 23% al 18%.
Esa inversión incluye la perforación de 123 pozos desde junio hasta diciembre de 2016 (a razón de 2 millones de dólares cada uno, aproximadamente). El subsecretario Sánchez indica que, además, las empresas acordaron bajar la tasa de retorno (la ganancia) del 15% al 10%, con el objeto de incrementar la actividad en el área. Este acuerdo no figura en el decreto 972.
La gran pregunta es qué pasará con otros concesionarios de otras áreas petroleras que pagan más del 18% en regalías. Sánchez recuerda que la nueva ley de hidrocarburos, la número 27.007, indica que el piso es 12% y que cualquier renegociación permite subir esa alícuota.
Sin embargo, lo que ya fue firmado en 2008 y 2011 está plenamente vigente y podría renegociarse con aquellos concesionarios que hayan cumplido con el cronograma de inversiones acordado con la Provincia oportunamente.
El gobernador Francisco Pérez salió al cruce de los cuestionamientos realizados desde el radicalismo respecto a un supuesto perjuicio que sufriría Mendoza por lo que tributa YPF en concepto de Ingresos Brutos, al asegurar que "esto de ninguna manera perjudica a la Provincia, todo lo contrario".
“El acuerdo con YPF incentivó inversiones y aumentó la actividad petrolífera en Mendoza”, dijo el mandatario provincial, quien destacó que en los últimos años, y como consecuencia de la recuperación de la empresa en manos del Estado, hay una mayor actividad petrolera, lo que produce beneficios tanto en los ingresos por regalías, como de manera indirecta, con las compañías subsidiarias del sector que al tener movimiento económico, también pagan Ingresos Brutos.
“Esto de ninguna manera perjudica a la provincia, todo lo contrario, y lo que se está planteando es una discusión dialéctica, ya que hay elementos técnicos y fácticos que echan por tierra esta teoría", subrayó Pérez.
"Lo importante, más allá del planteo del porcentaje, es cuál es el nivel de producción. Si se cobra un 4 o 5 por ciento pero el nivel de actividad es muy bajo, es decir, pocos pozos trabajando como consecuencia de que las inversiones van a ir a otra provincia, lo que ingresa es menor que si se incentivan las inversiones reduciendo la carga tributaria y teniendo un criterio común entre todas las provincias petroleras”, indicó el gobernador.
En ese sentido, el mandatario provincial puso como ejemplo la explotación del área de Chachahuén: “Hay 110 perforaciones trabajando, con la posibilidad de ampliarlas a 140; esto antes no existía, ahora tenemos trabajando a 80 personas por perforación en turnos de 8 horas. Claramente esto genera mayor cantidad de empleo directo e indirecto”.
El gobernador indicó además que actualmente el control sobre la extracción se hace con un sistema de telemedición, no como antes que era sólo con una declaración jurada.
“Se produce más petróleo, lo que genera más regalías, junto a las demás actividades económicas que se van generando, las que también pagan Ingresos Brutos”, remarcó.
Pérez recordó que este es un tema que se viene discutiendo desde hace muchos años con YPF. Desde 1994 había un acuerdo con las provincias petroleras y en todas ellas, YPF pagaba 2 por ciento en concepto de Ingresos Brutos. Luego vino una etapa en la que cada provincia fue regulando este porcentaje.
“En nuestro caso pasó al 4 por ciento y luego, al 5 por ciento. Pero YPF sólo pagaba un 2 por ciento, y había un litigio judicial al respecto. Ahora tenemos una nueva ley de hidrocarburos que rige en todo el país, en la que se contempla que lo que paga YPF por Ingresos Brutos es un 3 por ciento", explicó.
"Cuando se hace el acuerdo por esta ley, se estableció reclamar el retroactivo por la diferencia. La rebaja responde a que como consecuencia de la caída profunda en el precio internacional del barril del petróleo, se hace inviable sostener un caudal de inversiones si se cobra un porcentaje más alto en Ingresos Brutos”, afirmó.