El Banco Popular de China, cuya decisión de devaluar la moneda del gigante asiático ha sacudido los mercados en todo el mundo, quiso este jueves disipar los rumores de una caída de valor del yuan de forma permanente. De hecho, las autoridades consideran que el ajuste está ya prácticamente hecho, después de que en tres jornadas la tasa de referencia de la divisa china se haya debilitado un 4,6% con respecto al dólar estadounidense.
Las Bolsas asiáticas han cerrado su sesión del jueves en verde, al tiempo que los mercados europeos, que despertaban justo cuando Asia se despedía del parqué, iniciaron la jornada con fuertes subidas. El Ibex español avanzaba con fuerza esta mañana en la línea con los selectivos alemanes y franceses, que recuperan parte del terreno perdido tras las fuertes pérdidas registradas el miércoles, según informa hoy el diario español El País.
Las Bolsas, con fuertes subidas
Las Bolsas europeas han celebrado el último ajuste con una fuerte subida nada más despertarse los mercados del Viejo Continente. El Ibex 35 subía pocos minutos después de empezar a cotizar el 1,41% y hacia el mediodía se mantenía con un alza del 1,67% y se colocacaba por encima de los 11.100 puntos.
El francés CAC 40 se ha disparado un 1,73%. El DAX alemán, un 1,67% y el selectivo de Londres, el que menos afectado se vio en las dos pasadas jornadas, sube hoy también menos, un 0,64%. Los mercados europeos afrontan el jueves, además, influidas por la buena marcha anoche de los selectivos de Estados Unidos, que evitaron las bajadas. También Asia ha acabado su sesión en verde, con una subida del 1,76% en la Bolsa de Shanghái, del 2,21% en el selectivo tecnológico de China (el Shenzhen) y el Nikkei japonés, casi con el 1%.
El euro abrió hoy a la baja en el mercado de divisas de Fráncfort y se cambiaba a 1,1147 dólares, mientras que el barril de crudo Brent para entrega en septiembre abrió al alza en el Intercontinental Exchange Futures (ICE) de Londres al cotizar a 49,89 dólares, un 0,46 % más que al cierre de la jornada anterior.
"El valor del yuan ha vuelto gradualmente a los niveles del mercado", ha asegurado el gobernador adjunto del banco central chino, Zhang Xiaohui, en declaraciones a la agencia oficial Xinhua. Según sus cálculos, antes de la reforma del método para determinar el tipo de cambio de referencia entre el yuan y el dólar, había una diferencia del 3% entre su valor y las expectativas del mercado. Con el convencimiento de que se ha alcanzado el punto de equilibrio deseado, Zhang descartó una depreciación sustancial y persistente y prometió que el yuan se mantendrá "fuerte" a largo plazo.
Hasta hace pocos meses el banco emisor siempre había negado estar preparando una devaluación de su moneda para hacer frente a las dificultades con las que se encuentra China para mantener su ritmo de crecimiento. El martes, sin embargo, el organismo sorprendió con un nuevo sistema para determinar el tipo de cambio del yuan que vino acompañado de una devaluación de la divisa del 1,86%, la mayor en dos décadas. Otro recorte adicional del 1,6% el miércoles tiñó de rojo las Bolsas internacionales ante los temores a la debilidad de la economía china y a una posible guerra de divisas en la región. Hoy la devaluación continuó -del 1,1%-, pero las Bolsas de la región registraron ganancias: Sídney subió un 0,54%, Tokio un 0,99% y Hong Kong sumaba un 0,6% a una hora de cerrar la sesión.
Pekín justificó su movimiento para dar más protagonismo al mercado a la hora de establecer la tasa de cambio de su moneda. Sin embargo, otros lo interpretan como un intento de mejorar sus ventas al exterior, afectadas severamente por la fortaleza del yuan con respecto a otras divisas. Los analistas consideran que ambas tesis son probables: "Desde la última gran reforma de los tipos de cambio han pasado casi diez años y la comunidad internacional pide constantemente más decisión en este ámbito. Además, el yuan se ha apreciado de forma significativa y, en un momento en que la economía china está en apuros, se ha apostado por devaluar la moneda", asegura el catedrático de Economía del Instituto de Tecnología de Pekín, Hu Xingdou. Con esta jugada, las autoridades habrían matado dos pájaros de un tiro: mostrarse predispuestas a una mayor liberalización de su moneda -algo clave para que el Fondo Monetario Internacional incluya el yuan en su cesta de divisas, imprescindible para favorecer su uso en todo el mundo- y a su vez lograr cierta competitividad en el exterior.
Sin embargo, los analistas consideran que para tener efectos reales en las exportaciones una devaluación debe ser, como mínimo, del 10%. Hu considera que esta cifra se alcanzará a corto plazo. Sin embargo, otro alto cargo del banco central chino, Yi Gang, tachó este jueves de "infundados" los rumores sobre la existencia una campaña orquestada desde ciertos sectores del Gobierno para lograr que la devaluación llegue hasta este punto. "No se hará de forma inmediata para evitar la fuga de capitales. No olvidemos que el objetivo a largo plazo sigue siendo internacionalizar la moneda y esto requiere estabilidad", sostiene Hu.
Los gigantes suelen hacer ruido cuando caen. Pero, ¿qué pasa cuando empiezan a moverse después de un largo sueño? Esta semana China sorprendió a propios y extraños con una devaluación que lleva 3,5%.
El dato es que se trata del mayor movimiento generado por el gobierno chino en la última década. Los objetivos son, a priori, dos: por un lado China busca reactivar sus altas tasas de crecimiento, visiblemente afectadas desde hace un año, reseña hoy el diario El Cronista, de Buenos Aires.
Por otro, Beijing sigue buscando convertir a su moneda en referente internacional (lo que, a priori, no arrojaría demasiados beneficios). Por eso hay quienes señalan que la movilidad de la divisa obedece a ese objetivo.
El dato de los últimos días es la guerra de monedas, que de haber quedado en el olvido cuando el dólar comenzó lentamente a recuperar terreno, ahora regresa con fuerza pero de la mano de China. Y ¿qué puede pasarle a las monedas asiáticas cuando un gigante y vecino devalúa? Respuesta: lo mismo. En lo que va de la semana, los mercados emergentes de Asia devaluaron prácticamente todos. Detrás del yuan chino, se ubicó el Ringitt malayo que perdió 2,5% mientras que el dólar taiwanés descendió 2,14%.
Por otro lado, tanto el Won surcoreano como la Rupia de Indonesia perdieron prácticamente 2%. El peso filipino, el Bath de Tailandia y el dólar de Singapur también cayeron contra el dólar. Incluso un mercado relevante a nivel monetario como el de la Rupia de la India también descendió 1% en el año. La razón para esta reacción hay que buscarla más en la competencia que en la cooperación. China también llevó a cabo la devaluación para no perder participación de mercado frente a vecinos como Japón, Indonesia, Malasia y Corea del Sur y por ese motivó los bancos centrales de esos países han decidido encarar una campaña de debilidad de sus monedas a fin de no sufrir las consecuencias generadas por Beijing.
Por otro lado, el yuan había registrado pocos movimientos mientras que otras monedas como la rupia indonesia, el won surcoreano, el yen japonés o el ringgit malayo habían perdido valor frente al dólar. La oleada devaluatoria de esta semana en la región indica que estas economías que habían obtenido alguna ventaja con respecto al yuan no quieren ver disminuida su competitividad ahora.
La moneda china alcanzó ayer un mínimo en cuatro años al caer por segundo día consecutivo después que las autoridades lo devaluaron en una decisión que provocó el temor a una guerra global de divisas y acusaciones de que Pekín está dando una ventaja ¿injusta? a sus exportadores.
El yuan al contado en China cayó a 6,44 unidades contra el dólar, su menor nivel desde agosto del 2011, una vez el banco central fijó su punto medio diario de referencia en 6,3306, por debajo de la depreciación del martes. La devaluación llegó tras una serie de datos económicos débiles y generó sospechas de que China se está embarcando en un declive a más largo plazo del tipo de cambio, algo que sostiene buena parte de los analistas.
"Tomando en cuenta la situación económica nacional e internacional, en la actualidad no hay ninguna base para una tendencia de depreciación sostenida del yuan", señaló el Banco Popular de China, pero hay quienes no le creen...