Como una señal de los tiempos que corren en Vaca Muerta, el ministerio de Trabajo de Nación interviene al menos en seis situaciones de conflicto laboral, donde el epicentro, aún con matices, parece ser el mismo: la necesidad de las petroleras de ajustar sus costos ante la caída del precio del petróleo y la consecuente retracción en las inversiones.
Amenazas de cientos de despidos latentes, baja de equipos en empresas como Sinopec o Estrella, planes de retiros voluntarios en Chevron o reclamos por la presencia de trabajadores extranjeros son algunos de los puntos de tensión que la cartera nacional intenta resolver por estas horas.
Sin embargo, la postal más elocuente la ofrece desde algunos días el bloqueo que varios trabajadores realizaron en la base de OPS en Añelo. Protestan por un cambio de diagrama que les significó una rebaja de salario. Desde la empresa, que recientemente ganó varios contratos en Loma Campana, alegan que el cambio de esquema es un requerimiento de YPF, sin embargo desde la petrolera nacional señalan que no hubo cambio de planes y que el diagrama es el que aceptó la contratista.
La situación de esta firma de servicios sería apenas la punta del iceberg. Según el titular del sindicato de petroleros, Guillermo Pereyra, "esto va a explotar en cualquier momento". Para el gremialista, son varias las empresas como OPS que tienen algún tipo de complicación para pagar salarios. Mencionó también a Oil, de Cristóbal López y a TSB.
"Si no llegamos a algún arreglo esto se va a complicar. Estamos pensando en tomar medidas, pero por ahora apostamos al diálogo", explicó el sindicalista. Puso en el centro del reclamo a las operadoras –sobre todo a YPF– que, según él, rebajan los contratos y demoran los pagos, lo que repercute en las empresas de servicios que deben pagar los sueldos.
Pero no este el único frente abierto. Por un carril paralelo transita el caso de Chevron, que busca ajustar personal en El Trapial, un viejo yacimiento que alguna vez rebalsaba de petróleo y hoy está en franco declive. Según denunció el sindicato de Jerárquicos, la empresa estadounidense quiso imponer un plan de retiro voluntario pero "obligatorio". Marcelo Zúñiga, delegado local de Trabajo, explicó que se le solicitó una nómina de empleados y que presente las razones económicas que fundamenten tal medida, resistida por los trabajadores.
Mientras tanto, como una espada de Damocles, pesan sobre el sector 350 despidos que quedaron paralizados en medio de negociaciones. Son los de Halliburton, Schlumberger y Weatherford, que buscan por estas horas esquemas de trabajo más laxos para bajar costos.
Hay otros despidos que directamente se concretaron. Estrella y Sinopec despidieron en conjunto a casi 100 operarios que aún no terminaron de ser reubicados en otras empresas.
El corolario del conflicto lo pone H&P, empresa de perforación a la cual le critican la alta presencia de trabajadores extranjeros en su nómina. La firma asegura que se debe a la falta de capacitación de los obreros locales.
Representantes de Chevron Argentina se reunieron ayer con funcionarios del Ministerio de Trabajo de Nación en Neuquén y aseguraron que están en un “plan de reestructuración” de su planta de empleados, aunque negaron presiones sobre los trabajadores para que se acojan a los retiros voluntarios, tal como lo denunció el Sindicato de Petroleros Jerárquicos. La compañía reconoció el ajuste que aplica desde el año pasado.
Marcelo Zúñiga, delegado de Trabajo, explicó que la petrolera no puede concretar despidos, ya que en ningún momento presentó un preventivo de crisis, pero advirtió que podrían hacerlo de forma “encubierta”.
“Ante la denuncia, la empresa negó despidos y aprietes al personal, pero reconoció que están en un plan para reestructurar la planta de trabajo, desde noviembre de 2014”, explicó.
El ajuste está relacionado con la caída de la producción de El Trapial, uno de los yacimientos petroleros más grandes del país, que disminuyó un 77% en la última década. La situación contrasta con las fuertes inversiones que desembolsa la caza matriz de la petrolera norteamericana en Vaca Muerta, en sociedad con YPF.
“Se trata de una empresa hidrocarburífera multinacional que hizo acuerdos con el gobierno nacional y con las provincias, que ha expresado la necesidad de explotar los hidrocarburos en un marco de paz social y de cuidado del medioambiente”, expresó el delegado de Trabajo.
Zúñiga afirmó que se intimó a la empresa a presentar la nómina de empleados desde noviembre de 2014 y a dar respuesta a otros reclamos de los trabajadores como el pago de viandas y errores en la liquidación del impuesto a las ganancias. Las partes se volverán a reunir.