Repsol, presidida por el nacionalista catalán Antonio Brufau, pero dirigida por el nacionalista vasco Josu Jon Imaz, ex presidente del PNV que llegó a criticar la ilegalización de Batasuna por sus vinculaciones terroristas con ETA, ya ha puesto en venta su primer activo para conseguir los 1.000 millones de euros necesario que evitarían una rebaja de nota por parte de las agencias de calificación de riesgo después de los 13.000 millones de euros desmbolsados por la canadiense Talisman.
Y es que Brufau, Imaz y el otro nacionalista vasco que más manda en la petrolera, el expresidente de la caja vasca BBK, Mario Fernández, que preside la comisión de auditoría y control de Repsol, no tuvieron mejor idea que endeudar por encima de lo admitido por el mercado a la petrolera para comprar otra petrólera en un momento en el que el precio del crudo ha caído a la mitad en un año y se espera que siga con esa misma tónica en los próximos meses.
Así Repsol, necesita urgentemente 1.000 millones de euros y ya estaría buscando comprador para el 10% que le queda en CLH, que tiene un valor de mercado de unos 270 millones de euros.
Para los analistas de Bankinter "esta venta estaría dentro del plan de la compañía de realizar desinversiones por importe de 1.000 millones de euros en activos no estratégicos y así reducir el apalancamiento tras la compra de Talisman. A su vez, se alinearía con el deseo de la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que sostiene que la presencia de las petroleras en el capital de CLH afecta a la competencia en el sector petrolero español y, por este motivo, propone limitar la participación máxima de las petroleras al 4,99%". De hecho, Repsol es la petrolera más multada de España por manipulación de precios y atentar contra la competencia.
Repsol, poco a poco, y debido a sus necesidades de liquidez va perdiendo sus participaciones históricas. La participación de Repsol YPF en CLH (la antigua Campsa) era del 25% hasta diciembre de 2007, cuando la compañía vendió, otra vez obligada como parte de su estrategia de desinversión gradual en activos no estratégicos, un 5% de sus acciones a Deutsche Bank y otro 5% a Global Ramayana. Repsol, a que le acompañaba entonces el apellido YPF, consideró óptima su participación del 15% en CLH tras esa venta, y reafirmó su pleno apoyo a la gestión y estrategia de la compañía y su intención de permanecer como primer accionista industrial español y primer cliente de la compañía logística. Pero tres años más tarde, en marzo de 2010, vendió precisamente a la BBK presidida en aquellas fechas precisamente por Mario Fernández, uno de sus consejeros ahora más poderosos en Repsol, otro 5% de CLH, por lo que redujo su participación al 10% actual.