China volvió a devaluar hoy y produjo otro revuelo en los mercados mundiales. Las claves de la movida china para lograr competitividad depreciando el yuan.
La moneda china bajó 1,62% respecto al dólar a 6,3306, desde un nivel de 6,2298, informó el Banco Central de ese país. Las bolsas se derrumban en Asia y Europa.
China devaluó el yuan respecto al dólar por segundo día consecutivo hoy (miércoles 12), generando preocupación en los mercados financieros de todo el mundo ante la expectativa de que el precio de la divisa pueda seguir cayendo.
La tasa establecida para la cotización del yuan frente al dólar bajó 1,62% a 6,3306, desde un nivel de 6,2298 en la jornada anterior, informó en un comunicado publicado en su página web el Banco Central de China, según resume hoy gacetamercantil.com
Este es el segundo recorte consecutivo del precio del yuan frente al dólar, con lo que la moneda china suma en la semana una devaluación de 3,5%.
Sin embargo, el emisor chino desestimó la posibilidad de que haya una devaluación continua de la divisa.
Esta es la mayor devaluación desde que China estableció en 1994 el sistema moderno de flotación de la moneda.
La caída de la moneda es percibida como una forma de ayudar a las exportaciones, haciéndolas más competitivas, en un momento en que la economía sufre una desaceleración.
El Banco Central defiende no obstante que es parte de una reforma del sistema cambiario, para acercarlo más al mercado.
La economía china creció en 2014 un 7,4%, su peor resultado en casi un cuarto de siglo, y este año la desaceleración ha sido aún más marcada, con una expansión de 7% en el primer semestre, aunque estas cifras están en línea con los objetivos del gobierno.
Los recortes sacudieron a los mercados bursátiles y de materias primas y generaron preocupación entre los operadores este miércoles, ante el temor de que haya un impacto para las economías que tienen estrechos vínculos con China.
por Patrick McGee
La inesperada acción del Banco Popular de China (BPC) para debilitar el yuan en su mayor revisión a la baja en las últimas dos décadas intensificó las especulaciones sobre una guerra de monedas. Sin embargo, otros interpretaron la intervención como un bienvenido gesto hacia la reforma de mercado y la liberalización financiera. El yuan ayer cayó a su menor nivel en casi tres años después de que el Banco Central fijara la paridad central de la moneda 1,9% más bajo, el mayor cambio de la historia.
¿Qué es la paridad central?
Todos los días a las 9:15 horas de Beijing, el BPC fija un precio medio para su moneda, sobre la cual el banco central ejerce un férreo control. Cuando el mercado abre 15 minutos más tarde, los inversores pueden hacer operaciones con la moneda dentro de una fluctuación máxima de 2% de ese valor medio.
¿Por qué ahora?
Un evidente catalizador es la desaceleración económica. En el primer y segundo trimestre, la economía china creció a una tasa anual de 7%, el ritmo más bajo en seis años. Datos del fin de semana muestran que las exportaciones retrocedieron 8,3% interanual en julio, cifras muy malas dado que se esperaba una caída de 1,5%. Una moneda más débil debería ayudar a que las exportaciones chinas sean competitivas.
Entonces China busca impulsar sus exportaciones. ¿No es ésta una guerra de monedas?
No necesariamente. El objetivo fijado es la reforma de mercado. El banco central dijo que esta fue una medida única para mejorar la "orientación del mercado y el estatus de referencia" del yuan. Antes, el BPC fijaba el tipo de cambio donde quería. Ahora le dará voz a los mercados: la paridad tendrá de referencia el tipo de cambio del cierre del mercado interbancario de divisas del día anterior.
¿Hay presión para la reforma?
Antes de fin de año, el Fondo Monetario Internacional decidirá si incluye el yuan en sus derechos especiales de giro (DEG), un activo de reserva global que incluye al dólar, el euro, la libra y el yen. Su incorporación significaría un respaldo al yuan como moneda formal de reserva. El FMI elabora una revisión de los DEG sólo una vez cada cinco años, por lo que el BPC podría estar acelerando sus esfuerzos para liberalizar la moneda como parte de su cruzada para internacionalizar el uso del yuan.
¿Es un triunfo de la reforma?
Quizás. Es difícil decirlo. Hace meses que hay presión para que el yuan se debilite debido a la salida de capitales, pero el BPC evitó cualquier depreciación fijando la cotización más elevada y vendiendo reservas extranjeras. La depreciación de hoy suaviza algo esa presión.
Muchos economistas se mostraron optimistas. En Barclays llamaron al mecanismo "una medida revolucionaria". Pero nosotros no sabremos si China está verdaderamente dejando hablar al mercado en lo que respecta al valor de su moneda hasta tanto la veamos moverse en una dirección no favorable para sus propios objetivos.
¿Eso importa fuera de China?
Sí. China es un gran consumidor de materias primas y si la medida es interpretada como una señal de debilidad económica, habrá una reacción en cadena. Ayer todas las monedas de la región se depreciaron contra el dólar estadounidense. La solidez del dólar podría hacer que la Reserva Federal se vuelva reacia a elevar las tasas, porque eso provocaría una mayor presión al alza sobre la moneda norteamericana.
¿Cuáles son los riesgos?
Los inversores vienen presionando para que el yuan se debilite, y si se les permite determinar cuál es el valor, es posible que la divisa se deprecie rápidamente. Stuart Allsopp, director de riesgo país en BMI Research, una unidad de Fitch, advierte que los inversores podrían ver al yuan como una apuesta de un único sentido "y empezar a posicionarse en contra de la moneda, elevando las posibilidades de mayor debilitamiento".
¿Y ahora qué?
La pregunta clave es si Beijing realmente permite que la moneda se negocie más libremente. El año pasado, el BPC intervino para aniquilar las apuestas seguras cuando el yuan se apreciaba continuamente. Si los inversores empiezan a empujar al yuan a la baja, Beijing podría sentir la necesidad de actuar de nuevo. Si no lo hace, los países vecinos que compiten por las exportaciones podrían quejarse. EE.UU. podría estar en una posición difícil: hace años que pide la reforma de mercado pero si China lo permite y la moneda se deprecia, perjudicando a los fabricantes norteamericanos, no es tan evidente cómo debería responder Washington.
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La devaluación del yuan sacudió hoy a los mercados globales, golpeando acciones y materias primas y aumentando la deuda pública. La moneda china retrocedió hasta su nivel más bajo frente al dólar en casi tres años, después de la intervención del Banco Popular de China descripto como una "depreciación excepcional". Es la mayor caída de la moneda desde que Pekín abandonó en 2005 el tipo de cambio fijo entre ambas divisas.
En los inversores pesa más la decisión de China de devaluar y se mantienen prudentes sobre el anuncio de un acuerdo entre Grecia y sus acreedores para un tercer rescate.
Los precios del petróleo y de los metales cayeron fuertemente, mientras que la demanda por activos de refugio empujaba hacia abajo rendimientos de los bonos en los EE.UU. y Europa, por el temor de los inversores de que decisión de Beijing afecte la segunda economía más grande del mundo.
El cobre alcanzó su nivel más bajo desde julio de 2009 a $ 5.109 la tonelada. El aluminio también se hundió a un mínimo de seis años en $ 1,573.50 la tonelada.
El crudo Brent bajó un 3,2% hasta US$ 48,82 el barril. El petróleo borró casi todas sus ganancias del lunes tras la devaluación en el principal consumidor mundial de energía. el crudo en Estados Unidos perdía un 3%.
La caída del 1,8% de Exxon Mobil fue la más destacada en el índice energético, mientras el derrape del 12,5% de Freeport-McMoRan lideró los retrocesos en el índice de materiales.Las acciones de BHP Billiton PLC bajaron un 4,6% y Rio Tinto PLC perdió 2,9%.
La preocupación acerca de la salud de la segunda mayor economía del mundo afectó también a las acciones de las automotrices y las industrias estadounidenses. General Motors bajaba cerca de un 3%, mientras Caterpillar perdía un 2,4%.
El S & P 500 cayó un 1,0%, mientras que el Dow Jones Industrial Average perdió 1,2%. El índice paneuropeo Stoxx Europe 600 cayó un 1,5% por la tarde en Europa.
Un yuan más débil podría complicar la competitividad de las empresas afuera de China al hacer sus productos y servicios relativamente más caros, mientras que las empresas que generan las ventas en China podrían encontrar ingresos y beneficios generados en yuanes valen menos en su moneda local.
"Las preocupaciones sobre lo que esto podría significar para la competitividad de Occidente frente a Oriente" están impulsando la ola de ventas del mercado de valores, dijo Chris Jeffery, de Legal & General Investment Management.
Las acciones de las empresas que exportan a China, incluyendo las empresas de bienes de lujo, los fabricantes de automóviles y las empresas mineras, cayeron bajo la presión más intensa.
Los rendimientos de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense cayeron 0,08 puntos porcentuales, hasta el 2,15%. El rendimiento equivalente alemán cayó una cantidad similar al 0,59%. Los rendimientos caen cuando los precios suben.
La mayoría de las bolsas de Asia cayeron y las monedas se hundieron. El Nikkei 225 de Japón cayó 0,4%. El índice Shanghai Composite terminó plano. "El mercado todavía está tratando de averiguar si se trata de un movimiento de una sola vez o en el comienzo de algo más significativo", dijo Talib Sheikh, un gestor de fondos multiasset de JP Morgan Asset Management, que supervisa US $ 1,8 billones en activos.
Por otra parte, Grecia y sus acreedores internacionales llegaron a un principio de acuerdo para un tercer rescate tanto como € 86.000.000.000 (US$ 94.400 M), pero algunos detalles siguen sin resolverse.
En los mercados de divisas, el euro subía un 0,2% frente al dólar en US$1,1082 . El yen japonés cayó 0,3% frente al dólar. Las acciones estadounidenses subieron el lunes impulsadas por las ganancias en los títulos ligados a las materias primas y el optimismo generado tras el acuerdo de Warren Buffett para comprar Precision Castparts.
Las acciones de Apple bajaban un 2,6%, a 116,64 dólares, después de que Jefferies elevó sus dudas sobre la demanda del iPhone, sobre todo en China.
Sus títulos lideraban los descensos en el S&P y el Nasdaq. Google subía un 5,5%, a 699,11 dólares, tras anunciar cambios en su estructura operativa.
Por su parte, las bolsas europeas retroceden hasta 2,7% (en el caso de Paris), con los valores de automotrices y firmas de artículos de lujo que exhiben los peores desempeños después de que China devaluó su moneda, el yuan. La excepción es Atenas que avanza ante el principio de acuerdo de Grecia con sus acreedores para alcanzar un tercer rescate.