Sonríe Daniel Scioli. Está tranquilo. Pese a que durmió sólo un par de horas, no hay en su cara signos de cansancio. "Llamé a todos a las ocho de la mañana y no encontré a nadie", chicanea a sus colaboradores, y vuelve a sonreír. Con el escrutinio definitivo y una diferencia de poco más de ocho puntos sobre la suma de los precandidatos de Cambiemos, el candidato del Frente para la Victoria ahora mira hacia octubre fortalecido.
Su objetivo es sumar voluntades, de "integrar a todos". Convencer a los que aún no lo votaron. En ese listado incluye a peronistas, radicales y socialistas. En una entrevista con LA NACION y Clarín, en el piso 19 de la sede porteña del Banco Provincia, asegura que no le preocupa que Aníbal Fernández se haya impuesto en la interna bonaerense y calificó la elección de anteayer como "un paso importante, que exige humildad y responsabilidad".
También hay bromas para los periodistas por los títulos de las portadas de ayer, que dieron cuenta de un triunfo, aunque más ajustado. "Entonces, con el resultado definido, ¿cómo titularía la victoria?", preguntó LA NACION. Scioli hace un prolongado silencio y dispara: "Objetivamente? amplio triunfo de Scioli acercándose a la Presidencia".
¿Qué reflexión hace del resultado?
-Quedé 15 puntos arriba de Macri y más de 25 arriba de Massa. Una diferencia de 3.200.000 votos con Macri y unos cinco millones con Massa, lo que me da un amplio sentido de la responsabilidad y compromiso. Quiero agradecer a los que nos acompañaron, a los que coinciden con mi visión de país. Y les digo que vamos a sostener lo que haya que sostener, cambiar lo que haya que cambiar y corregir lo que haya que corregir.
¿Por qué cree que logró una diferencia de poco más de ocho puntos?
-La gente le ha dado la confianza a una persona que ha hecho un culto de la previsibilidad y la coherencia. Son valores que yo interpreté. Hicimos un trabajo muy intenso.
-El triunfo...
-Es una victoria, la palabra es victoria (en referencia al eslogan de campaña, risas).
¿La victoria lo dejó tranquilo?
-Por mi temperamento nunca estoy tranquilo, soy inquieto. Siempre me exijo cada vez más. Ahora seguiremos adelante con una agenda más amplia nacional e internacional y sectorial.
En una entrevista con LA NACION antes de los comicios marcó un piso de 30%. ¿A qué atribuye esa diferencia?
-A la voluntad de la gente que respaldó lo confiable. También al mensaje de la última semana convocando a los indecisos y a los independientes. Y ahora más que nunca lo voy a hacer. Porque hay radicales que no se sienten identificados con la opción de la alianza conservadora, hay socialistas que ya han dicho públicamente que no acompañarían esa opción. Y también hay peronistas?
¿Cómo piensa convencerlos?
-No se trata de ir por ellos, sino de buscar y hablar con cada sector y cada espacio político los puntos de coincidencia. Ésa es mi misión, integrar y unir voluntades.
En su discurso en el Luna Park y ahora hace referencia a los candidatos opositores como unidades. ¿Usted cree que los votos de Carrió y Sanz no irán a Macri?
-Te lo pongo por la positiva: nosotros también vamos a sumar aliados. Si vamos a hablar de alianza, hay que integrar a todos.
¿Habla de un posible ballottage?
-No, hablo de ahora, en octubre. No tengo ninguna duda.
¿Se refiere a los votantes que se inclinaron por De la Sota?
-Yo tengo una buena relación con Schiaretti, que anoche me mandó un mensaje muy afectuoso.
¿No le preocupa no haber llegado al 40% o superar por 10 puntos a su rival inmediato?
-Yo estaba preocupado por sacar más del 30% y ahora tengo que responder por qué no saqué 40 porque instalaron una ventaja de cinco puntos. Yo no tengo que dar explicaciones, son ustedes (risas).
Le preocupa que Aníbal Fernández, que tiene una imagen negativa elevada, haya ganado la interna bonaerense.
-No, no tengo ninguna preocupación porque Aníbal es una persona sólida, de gran experiencia.
Pero usted hace cuatro años alcanzó el 55% y la suma de Fernández y Espinoza apenas llega al 40%.
-Nuestro frente tiene una ventaja de 10 puntos sobre Vidal.
¿No cree que la imagen de Aníbal puede ser un problema para seducir a los independientes?
-Cuando fue candidato a senador nacional Aníbal fue el más votado, sacó más del 50%. Es una persona de experiencia, conocedor de la provincia, y estoy seguro de que como un gesto de buenos compañeros Julián [Domínguez] lo acompañará para hacer un gran triunfo.
En el Luna Park habló de los que quieren sembrar odio. ¿A qué se refirió?
-Hoy [por ayer] es lunes, miremos para adelante. Pero no puedo dejar de decir lo que pienso. Es evidente que se intentó correr el eje de la campaña y poner la discusión en otros temas. Pero la respuesta de la gente fue conmovedora, fue a votar con esperanza.
Algunos de sus colaboradores destacaban la elección ante un escenario difícil por la denuncia contra Fernández y las inundaciones. ¿Fue así?
-Yo soy goleador de Villa La Ñata y para meter goles hay que entrar en el área chica y alguna patada me tuve que comer. Nunca me quejé? Para correr en lancha tenía que pasar olas de dos metros y un día me la puse de sombrero y perdí un brazo. ¿Qué te quiero decir con esto? Yo no soy quejoso. Entiendo que cuando uno aspira a la Presidencia algunos ponen el foco en otros temas. Acá venció la voluntad de la gente con los temas centrales que le planteé, como mejorar la activad del empleo, mejorar la calidad educativa y la segunda etapa de la reindustrialización.
Entonces ¿no lo desvela ganar en primera vuelta?
-Vamos a trabajar con la mayor dedicación y el mayor empeño para persuadir y conquistar todas esas voluntades que yo interpreto y no nos han acompañado en esta instancia.
¿Va a tender un puente con Massa?
-Me parece bien que haya sostenido con esfuerzo su candidatura, pero él tomó un camino con una visión, Macri otro y yo otro.
-¿Con estos resultados cree que se profundizará la polarización con Macri?
No me focalicé en eso.
¿Cómo calificaría el triunfo?
-Fue un paso importante, que exige humildad y responsabilidad..
Cuando Mauricio Macri apoyó la cabeza en la almohada, ayer a la madrugada, el Frente para la Victoria superaba a Cambiemos por cuatro puntos. La cifra coincidía con los datos que se habían procesado de las mesas testigos del PRO. Nada podía fallar. Pero la decepción llegó un par de horas después, cuando los productores radiales lo contactaban para la primera entrevista: ya eran más de ocho puntos de distancia los que acumulaba Daniel Scioli.
- ¿Cree que pueden revertir el resultado en octubre?
- Estoy seguro. Hicimos una buena elección, diría una gran elección. Es exactamente lo que habíamos previsto: una diferencia de siete u ocho puntos, con ellos por debajo de los 40 para demostrar que más de 6 de cada 10 argentinos están a favor de un cambio. Como oficialismo, ellos ya no representan una mayoría.
- ¿Por qué los votos de ese 60 por ciento deberían ir necesariamente a la oposición?
- Porque todos los que compiten se han expresado por alternativas que proponen algo muy distinto al Gobierno. Han hablado de la necesidad de recuperar el diálogo, la buena convivencia, un Gobierno que resuelva los problemas y que no abuse del poder y que ponga el Estado al servicio de la gente y no de los intereses de la política. La gente sintió que si los votaba a ellos en camino de un cambio, pero ahora, claramente, la mayor parte visualizó a Cambiemos como el espacio desde el cual construir la alternativa para gobernar a partir de diciembre.
- ¿Va a hablar con Massa para avanzar en un acuerdo?
- Me llamó ayer para felicitarme y yo lo felicité a él, aunque lo que más me sorprendió fue el resultado de De la Sota. Pero siento que es una discusión superada. Eso era una posibilidad antes de definir espacios rumbo a las primarias que eran el primer paso de una elección que se cristaliza en octubre. Volver a hablar de lo que podría haber sido una alternativa de diseño con Massa no tiene sentido. Hoy estamos en un competencia que tiene al Frente para la Victoria a Cambiemos y a UNA ... y la gente, claramente, ha determinado que nosotros tenemos más potencia y más fortaleza para tener una discusión final con el kirchnerismo.
- ¿O sea que para ustedes ya está asegurada la polarización?
- Y, sí. Es lo que se definía ahora. Cuando arrancó este proceso había tercios parejos. Hoy hay escalones distintos.
- ¿No es determinante que el candidato del Gobierno le haya sacado casi 10 puntos?
- ¡Pero es el oficialismo! Fíjate lo que pasó en la Ciudad con Larreta. Sacamos 45% en la primera vuelta y después nos costó llegar a 50. Ellos ahora sacaron 38. Lo que marca esta elección es que hay un 62% de argentinos que quiere un cambio y eso es muy fuerte. Y aparte ese cambio lo hemos construido en el bastion más importante del Gobierno, la provincia de Buenos Aires. La Provincia va camino a ser el bastión de Cambiemos. Por primera vez en 25 años hay una alternativa concreta a todos los que la han gobernado. Contra todos los pronósticos, pusimos la pata bien ancha en la Provincia. Y vamos a seguir creciendo en todo el país. Te digo más: veo muy posible ganar en primera vuelta. Insisto: la gente quiere un cambio y ahora tiene las propuestas y una estructura con presencia en todo el país.
- ¿Pero de donde sacará los votos?
- De la polarización. Está claro que somos el espacio para enfocar otro sistema de poder. Para contrarrestar un sistema que tiene a todos agobiados.
- ¿Esos quince puntos tienen que salir de quienes votaron a Massa?
- De todos los opositores. También quiero incluir a la izquierda, al socialismo, a Stolbizer. Tenemos que ser generosos. Escucharnos y sumar.
- ¿De verdad cree que Scioli llegó al techo, como dicen sus asesores?
- A mi me parece que el oficialismo tiene un piso muy parecido al techo. Esta es la peor elección que ha hecho. Hay un desgaste, un agotamiento y los argentinos sentimos de verdad que podemos vivir mejor. No queremos ni que nos cambien las reglas del juego todo el tiempo ni que abusen del poder con la cadena nacional.
- Pero usted perdió la elección. ¿No le parece que habla como si la hubiera ganado?
- No, yo gané la elección. Yo competía en las PASO y gané.
- Pero en la sumatoria perdió
- ¿Perdón? Esta es una elección de tres vueltas. Nunca fue nuestra aspiración ganar ahora. Nuestro objetivo es ganar la que viene y gobernar. Lograr que todos aquellos que quieren un cambio se sientan cómodos en este espacio plural y diverso, consolidar el espacio en la provincia de Buenos Aires y creer en nosotros mismos. Y, sí, también mejorar en la fiscalización.
Sergio Massa, candidato a presidente por el Frente Renovador, que obtuvo ayer el tercer puesto en las PASO, confirmó que mantuvo una conversación telefónica conMauricio Macri, candidato de Cambiemos y dijo que ya "hay lugar para los grises, hay que contar qué país empieza".
"Quiero hacer un llamado a la inteligencia. El día de ayer empezó a marcar el fin de una etapa en la Argentina y el nacimiento de otra. Ya no hay lugar para esconderse detrás de la publicidad ni el marketing" reclamó el candidato del Frente Renovador
El candidato presidencial incitó a una conferencia de prensa luego de las elecciones primarias y convocó a todos sus competidores al dialogo para discutir los proyectos:"Quiero invitar a todos los sectores políticos a que les demos certezas a la gente".
Un periodista le preguntó sobre la charla telefónica que tuvo con Macri, pero Massa no hizo más que confirmarlo, sin dar mayores detalles al respecto
Por otra parte, le consultaron por la posibilidad de hacer un acuerdo con Cambiemos, y el ex intendente de Tigre evitó responder, por lo que fue su compañero de fórmula, Gustavo Saenz, quien comentó: "Ayer quedó claro que está el oficialismo y hay dos alternativas: una más vinculada a los 90 y otra más vinculada al modelo de desarrollo y futuro de la Argentina. No tengo dudas de que vamos a estar en el ballotage y vamos a ser el nuevo gobierno de la Argentina", sostuvo Sáenz.