A dos años de la implementación de la formalización minera, y tras muchas criticas al sistema, un grupo de mineros de Lucanas logró formalizarse. Se trata de la Sociedad de Trabajadores Mineros (SOTRAMI) que explota oro en el centro poblado de Santa Filomena, en la provincia ayacuchana de Lucanas.
Sotrami fue fundada en 1992 por un grupo de trabajadores informales que ya venían explotando la mina desde mediados de los años 80. El largo proceso para la formalización ha sido duro, pero con resultados positivos.
“Éramos artesanales, pero la verdadera palabra que nos denominaba era la de informales. Entonces si queríamos trabajar bien y que nadie nos robe nuestra veta de oro teníamos que formalizarnos. Todo ha cambiado desde entonces, y en positivo porque trabajamos sujetos a toda las formalidades del Ministerio de energía y Minas (MEM)” explica Víctor Hurtado, Socio fundador.
Para Sotrami una de las primeras cosas es la seguridad personal. A diferencia de 1984, en el que trabajaban con short y polo, ahora tienen todos los implementos de seguridad.
“Lo que importa es la seguridad. Los recursos humanos son lo primero”, resalta Tany Barrientos, jefe de la mina.
En el caso ambiental, SOTRAMI ha establecido un sistema muy complejo que le permite evitar arrojar el relave al ambiente. El relave es depositado en una piscina adaptada herméticamente, la misma que impide que haya filtraciones de líquidos. Una vez cristalizado, mediante bombas de succión se vuelven a usar en el proceso de purificación de minerales, cumpliendo con las normas ambientales.
Este sistema le ha permitido a Sotrami contar con el apoyo la Cooperación Zuiza (SECO) y la Asociación de Suiza de Oro Responsable para alcanzar la certificación internacional que califica su producción aurífera como “Oro ambiental”. Gracias a ello Sotrami ingresó a los mercados de Comercio Justo de oro en el mundo.
La pureza del oro de Sotrami se logra la planta de procesamiento producto del apoyo de instituciones privadas como CooperAcción, IPEC de la OIT, el proyecto GAMA de la cooperación y el Programa CASM del Banco Mundial.
Sotrami, de cada prima por exportación, destina 70% será para uso de mantenimiento de mina y planta y 30% para abordar la problemática social y ambiental de Santa Filomena.
“Estamos contentos, aunque ha sido muy difícil, ya están los logros hechos. Nosotros queremos ser una minería grande y decir que también podemos hacer empresa para seguir contribuyendo con nuestro pueblo. Ya se ha mejorado la escuela, la posta médica. Todo ha sido a consecuencia de la formalización. Lo niños ya no trabajan en la mina. Ahora están estudiando”, señala Luis Ramos, otro de los socios fundadores de Sotrami.