“Los tranques de relaves en Chile están poco estudiados como activos potenciales de extracción de riqueza. Están muy analizados como un problema, pero no como una oportunidad”.
Aunque durante la última semana de agosto el directorio de Enami deberá ratificar su nuevo plan estratégico 2015-2018, el vicepresidente ejecutivo de la estatal, Jaime Pérez de Arce, adelantó los principales ejes del documento, entre los que destaca un énfasis en la asociación con privados y la modernización de sus fundiciones.
"Este instrumento fue elaborado recogiendo opiniones de los actores y socios principales. En enero llevamos al directorio una propuesta general, la que luego sometimos a talleres de reflexión y debate con todos los sindicatos, con Sonami y el Instituto de Ingenieros de Minas", explica.
El plan consta de seis objetivos estratégicos: eficiencia, productividad y gestión de costos; potenciar el ámbito y alcance de la empresa; modernización; fomento productivo de la pequeña y mediana minería; una Enami sustentable; y desarrollo de recursos humanos y productividad laboral.
"Se trata de que tengamos una gestión operacional y de costos eficiente, productiva y competitiva. Eso implica ampliar el rango de acción de la empresa, en lo geográfico y en la diversificación de productos", dice.
Alianzas con privados
Bajo esta última idea, cuenta que están estudiando los recursos minerales presentes en relaves y concentrados y la forma de recuperar más que el cobre, la plata o el oro.
"Los tranques de relaves en Chile están poco estudiados como activos potenciales de extracción de riqueza. Están muy analizados como un problema, pero no como una oportunidad", señala.
Para eso han iniciado conversaciones con distintos actores privados para eventuales asociaciones, entre ellos CAP. "En el norte tenemos dos o tres tranques que cuentan con importantes cantidades de magnetita que son posibles de recuperar. Hoy día parece como mal negocio, pero la minería es cíclica", opina.
Consultado sobre si esto podría implicar que se creen joint ventures con privados, Pérez de Arce dice que Enami tiene flexibilidad en materia de negocios. "Hacemos cobre porque es lo que sabemos hacer, pero perfectamente podríamos desarrollar alianzas y asociarnos para concentrar, fundir, refinar o comercializar todo tipo de especies mineralógicas".
Por eso explica que están estudiado algunos tranques, y buscan construir alianzas público-privadas "que permitan, en algunos casos, con fundaciones que desarrollan investigación o empresas, el poder atraer recursos para mejorar el análisis de los tranques y, en otros casos, en que los estudios estén más acabados, desarrollar modelos de negocios concretos".
El desafío de las fundiciones
En la modernización de Enami un rol clave la jugarán las inversiones en fundiciones, lo que es "condición de vida" para la empresa.
En ese sentido, el plan busca tener fundiciones de clase mundial que, además de captar emisiones, generen riqueza.
"En el mundo estas instalaciones no venden sólo cobre, oro y plata, sino que también telurio, platino o paladio, que son recursos que están en los concentrados y se quedan en los tranques o en la escoria", dice.
Respecto a Paipote, esperan llevar dentro de este mes los estudios de ingeniería que han estado realizando, inversión que podría llegar hasta unos US$ 500 millones, según se ha mencionado anteriormente.
"Estamos en etapas de ingeniería que tienen esa incertidumbre, por tanto, números precisos los tendremos cuando el estudio esté más avanzado", aclara.
Respecto a lo que ha demorado el proceso, explica que entre 2011 y 2013 hubo varios intentos fallidos de iniciativas que fueron rechazados por Cochilco.
"Cualquier cifra que finalmente se necesite para Paipote es una cantidad muy grande para Enami, lo que requiere mucha confianza y certeza de que todo se ejecuta, desde sus primeras etapas, de forma clara", dijo.