"Es necesario bajar la inflación gradualmente hasta llegar al 5% anual en cuatro años. Se debe sostener una demanda pujante, por medio de una política fiscal y monetaria expansiva, con crecimiento del empleo y los ingresos, que serán claves para impulsar la inversión. Hay que conjugar crecimiento económico con una fuerte política industrial de sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones. La estrechez en la balanza de pagos se debe suavizar a corto plazo con endeudamiento, mientras se desarrollan los sectores productivos que generen mayor cantidad de divisas. Se creará un banco de desarrollo para dar créditos a largo plazo y baja tasa de interés para financiar inversiones". Las definiciones forman parte del plan económico que la Fundación DAR está elaborando para un probable Gobierno de Daniel Scioli a partir de diciembre. Ámbito Financiero accedió en exclusiva a un resumen de las principales políticas.
Por orden del actual gobernador provincial, la fundación que dirige Pepe Scioli centraliza las ideas de sus propios técnicos y de Miguel Bein, Marina dal Poggetto, Mario Blejer, Gustavo Marangoni, Miguel Peirano y economistas de la Gran Macro. El coordinador es Sergio Woyecheszen.
La palabra común de todos los planes es gradualismo. No habrá ajuste, ni devaluaciones ni ningún tipo de medidas de shock. La otra idea central es inversión, como solución para el problema inflacionario y la escasez de divisas. Una de las principales medidas para impulsarla será la creación de un banco de desarrollo con una oferta de crédito para la inversión a largo plazo y baja tasa.
Aunque la idea es ir desarmando el cepo gradualmente tras implementar un set de medidas macroeconómicas, el equipo de Scioli sugiere sostener algún tipo de control de capitales que suavice los ciclos y mantenga alejado al país de las crisis externas.
El primer párrafo del plan económico 2015/2019 define las características centrales del ideario sciolista: "La Argentina tiene por delante el doble desafío que por un lado logre sostener un régimen macroeconómico con una demanda pujante, liderada por empleo y salario, y por otro acelere el cambio estructural y la transformación productiva, de cara a reducir la heterogeneidad estructural y al menos atenuar la presión de la restricción externa. Estabilidad macro y desarrollo en la Argentina: dos caras de una misma moneda".
Y sigue: "En este marco, la clave hacia adelante sigue siendo lograr un sendero estable entre el ritmo de crecimiento de la producción en bienes transables, la generación de las corrientes de inversión y ahorro necesarias para sostener la acumulación de capital reproductivo, la generación de empleo y las trayectorias asociadas a la demanda agregada, ingresos nominales y formación de precios, reduciendo el impacto de la puja distributiva".
El equipo de Scioli ve en la industrialización la solución a los problemas crónicos de la economía: "Es central la atención al papel de la balanza de pagos como determinante de los ciclos económicos en la Argentina, así como el de la estructura productiva para la determinación del propio contexto macroeconómico, con la industrialización como uno de sus ejes de mayor relevancia".
Lo que sigue es un punteo de los principales ítems de la agenda de industrialización:
•Mayor innovación en las distintas cadenas productivas (clave para generar mayor valor).
•Favorecer los eslabonamientos de estas cadenas para difundir la innovación y lograr diversificar exportaciones.
•Identificar sector por sector la sustitución potencial de importaciones según escala y tecnología, lo que permitirá además recuperar tramas intermedias de producción y acelerar empleo.
Esto requiere, entre otras cosas:
•Dirigir beneficios fiscales y crediticios según características de los sectores, atendiendo la estructura de costos de cada uno (tipos de cambios múltiples sin afectar salario real).
•Fortalecer instituciones intermedias de apoyo a pymes.
•La creación de un banco nacional de desarrollo.
El plan señala que la falta de divisas fue la limitante histórica cada vez que se intentó un proceso de crecimiento con inclusión social y afirma que esa carencia es la que ahora impone decisiones de política que apunten no sólo a abrir el crédito para financiar el consumo que parte de niveles muy altos, sino, fundamentalmente, para financiar la inversión destinada a aumentar la productividad de la economía, condición necesaria para fomentar un aumento del Producto por habitante sostenido.
"Eso es fundamental para evitar que la deuda vuelva a convertirse en un karma si se pretende sostener los actuales niveles de consumo apelando al crédito internacional para limitar el financiamiento inflacionario", indica el documento.
Pero remarca la "necesidad de reorientar el crecimiento hacia la inversión que permita generar las divisas suficientes para financiar el crecimiento sostenible de la economía y repagar los créditos que se tomen para pagar las inversiones en infraestructura, investigación y desarrollo y maquinarias y equipos que este proceso requiere".
El economista y uno de los principales asesores de Scioli Miguel Bein escribió sobre control de capitales, empleo y baja de la inflación.
En el plan de Scioli se explicita que "el desarme de los controles de capitales que exceden las normativas del GAFI y la consecuente reducción de la brecha cambiaria son condiciones necesarias para financiar el desarrollo de la economía. Para esto primero es imprescindible avanzar en la construcción de una moneda nacional que no sólo sirva como unidad de cuenta o medio de pago, sino que también sirva como reserva de valor a fin de canalizar el ahorro popular hacia la inversión".
El documento señala que el desafío actual es mejorar la rentabilidad de los sectores que generan divisas sin afectar lo logrado en términos de distribución del ingreso. E indica: "La inclusión social requiere empleo y para que la economía siga generando empleo de calidad se requiere industria, que a su vez va a motorizar a los sectores de servicios asociados a éstas y a la mejora en la capacidad de compra de la población, generando un círculo virtuoso".
Y agrega: "Pero la industria requiere divisas para financiar su expansión, y para conseguir divisas genuinas y no producto del endeudamiento se requiere sostener la competitividad en la producción primaria y promocionar fuertemente la industrialización de estas producciones".
En cuanto al plan para bajar la inflación, se destaca:
•"La baja debe ser gradual para evitar costos sociales. Si se arranca de un 20% anual, se debe ir bajando de a cinco puntos porcentuales anuales hasta llegar al 5% en tres años".
•"Participación del Estado en el arbitraje de la puja distributiva para evitar que algunos sectores puedan sacar ventaja a costa de los más débiles, tanto entre empresas como entre particulares y sindicatos".
•"El inicio del camino de fortalecimiento de una moneda nacional requiere que la tasa de interés que remunera el ahorro en pesos sea mayor que la inflación".
•"El compromiso con una regla fiscal para evitar un ajuste recesivo del gasto público y sobre todo de la inversión pública. Se establece una regla fiscal según la cual la tasa a la que crece el gasto siempre será menor que la tasa a la que crece la recaudación de impuestos, propendiendo de esta manera al equilibrio fiscal".
•"La utilización de una regla cambiaria. Se deben evitar tanto el adelanto cambiario que destruye los salarios como el atraso cambiario que destruye a las actividades de exportación. La regla de largo plazo tiende a que el tipo de cambio evolucione en función de la inflación proyectada, deduciendo la inflación norteamericana y el cambio en la productividad de nuestros principales socios comerciales".