Fuerte impacto del plan de reducción de emisiones que anunció Estados Unidos. El Shale Gas, hasta ayer valuarte de la estrategia energética demócrata, y el Carbón, los grandes afectados por la decisión de Barack Obama de apostar a las Energías Renovables.
Barack Obama sacudió el tablero energético de la mayor potencia del mundo al lanzar su audaz Clean Power Plan, cuyas normas normas tendrán el mayor impacto en las plantas eléctricas de carbón, responsables del 40 por ciento de las emisiones de Estados Unidos. El plan persigue reducir el CO2 estadounidense a la atmósfera en un 32% hacia 2030
Las mineras del Carbón y sus aliados anunciaron que emprenderán acciones legales contra las regulaciones que limitan las emisiones de CO2. En términos similares se están expresando por estas horas las empresas del shale gas.
La National Mining Association (NMA), que representa a las empresas mineras estadounidenses del carbón, reclamó ser escuchada e irá a los tribunales por la legalidad de la U.S. Environmental Protection Agency (EPA) para transformar la generación eléctrica de USA.
"Irreparablemente dañará la industria de la minería del carbón, sus trabajadores y comunidades mineras”, advirtió Hal Quinn, el presidente y director ejecutivo de NMA, en una carta a Gina McCarthy . Los mineros del carbón sostienen que debe ser el Congreso quien reestructure la generación y distribución de electricidad.
Murray Energy Corporation, la mayor compañía de minería subterránea en los Estados Unidos, también señaló su intención de presentar cinco querellas
legales separadas a las reglas de centrales eléctricas, que la minera describió como "flagrantemente ilegal".
El plan verde de Obama es una crónica anunciada. Grupos de la industria ya trataron de desafiar el borrador de la norma, de junio de 2014, pero el Tribunal de Apelaciones de Columbia dijo a principios de año que su defensa era prematura.
La otro gran dato es que, según da cuenta la prensa hoy.el shale gas es el perdedor inesperado del nuevo plan ambiental. Hace sólo un año, Obama lo definía como "combustible puente" entre el carbón y la energía renovable y libre de emisiones.
Obama eliminó ahora su proyección anterior de que el gas natural contribuiría con mucha más electricidad, y en cambio aumentó el papel que desempeñarán las fuentes de energía renovables.
"Estoy confundido y decepcionado", dijo Marty Durbin, director de America’s Natural Gas Alliance. La Casa Blanca está ignorando el mercado. En la actualidad, el gas natural ya está preparado para jugar un papel importante en la generación de energía".
El cambio también ocasionó revuelo entre las empresas de servicios públicos que han liderado la mayor transformación de energía de la era del shale, y han gastado cientos de millones de dólares para cambiar las plantas generadoras de energía del carbón al gas de shale.
El shale gas genera la mitad del dióxido de carbono que produce la quema del carbón, y es más barato que el mineral. En abril, la electricidad generada del gas natural superó a la del carbón por primera vez desde 1970.
Estados Unidos ha superado a Rusia como mayor productor de gas natural del mundo — y una versión preliminar del plan climático de Obama en junio pasado indicaba que sus objetivos dependían de un cambio hacia más electricidad generada por gas.
"En la versión final, esa inclinación inicial hacia el gas se ha eliminado. De hecho, la proporción de gas natural es esencialmente plana en comparación con los procedimientos usuales", dijo el gobierno
La Casa Blanca espera que la energía eólica y la energía solar, así como las mejoras en la eficiencia, desempeñen un papel mucho mayor para lograr su objetivo, el cual es reducir las emisiones de carbono del sector energético en un 32 por ciento de los niveles de 2005 para el año 2030. Las fuentes de energía renovables — incluyendo la hidroeléctrica, la eólica y la solar — representaron sólo el 13 por ciento de la electricidad de Estados Unidos el año pasado.
Pero con los costos de generación en descenso, Gina McCarthy, la directora de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la agencia reguladora detrás del plan, declaró que el cambio hacia las energías renovables se había acelerado durante el año pasado y estaba "ocurriendo más rápido de lo que nadie había anticipado".
Los objetivos climáticos son fundamentales para la meta del presidente de dejar un legado de acción en relación con el cambio climático, y representan la pieza clave de los compromisos que Estados Unidos ha hecho antes de una reunión sobre el clima mundial que se llevará a cabo en París en diciembre.
El American Petroleum Institute (API) — el grupo de presión de gas y petróleo de mayor envergadura — declaró: "Las nuevas tecnologías impulsadas por la libre empresa, no las regulaciones del gobierno, han convertido a Estados Unidos en el líder mundial en la reducción de los gases que causan el efecto invernadero".
Durante mucho tiempo ha sido obvio que el carbón sería el más afectado por el plan del presidente Obama — y el lunes Alpha Natural Resources, la segunda mayor empresa de carbón , se declaró en quiebra. Es la víctima más reciente del gas barato y de las regulaciones ambientales.
Los productores de gas shale aplaudieron las propuestas preliminares del año pasado, pero no cantaron victoria porque sabían que la marea podía eventualmente volverse contra ellos.
"Parece un enfoque innecesario decir que vamos a ayudar a las fuentes de energía renovables invalidando al gas natural. Ellos están perpetuando la falsa opción de que puedes tener ya sea gas natural o energías renovables. Pero eso simplemente no es cierto". ", dijo Durbin. .
El distanciamiento de la Casa Blanca del gas natural fue ovacionado por los grupos conservacionistas que han estado preocupados por el entusiasmo relacionado con el auge del shale, el cual ha generado una serie de preocupaciones ambientales a nivel local y global.
Michael Brune, director ejecutivo del Sierra Club, dijo que aunque el gas natural genera menos dióxido de carbono que el carbón, es posible que el metano — un gas más potente que ocasiona el efecto invernadero — pueda escapar a la atmósfera procedente de la producción de gas de shale.
"Cuando se agrega la fuga de metano, existe una brecha muy estrecha entre el carbón y el gas", aseguró.
McCarthy, líder de la EPA declaró que el cambio de política está diseñado para fomentar una mayor inversión en las fuentes de energía renovables más rápidamente, algo que la administración de Obama está promoviendo con nuevos incentivos de financiamiento federales.
Nicholas Akins, director ejecutivo de American Electric Power — una importante compañía generadora de electricidad — dijo que la Casa Blanca no podía darse el lujo de deshacerse del gas natural, el cual seguiría siendo fundamental para las necesidades energéticas de Estados Unidos.
"El gas natural será el combustible preferido", aseguró. La única forma de proporcionar electricidad para los grandes procesos industriales es a través de la generación de electricidad a gran escala, las 24 horas del día y cerca de los consumidores. "La energía solar no proporciona esto, ni la eólica tampoco".
Con un ambicioso plan para reducir las emisiones de carbono de las centrales eléctricas de todo el país, el presidente Barack Obama quiere que Estados Unidos haga su parte para aminorar su contribución al cambio climático.
"Solamente tenemos un hogar, un planeta. No hay un plan B", dijo Obama en un discurso en la Casa Blanca, en el que se insistió en que el cambio climático no es un problema de las generaciones venideras sino que llama ya está aquí.
El "Plan de Energía Limpia" busca reducir para 2030 en un 32% las emisiones de las centrales termoeléctricas respecto a los niveles de 2005.
"Somos la primera generación en sentir los impactos del cambio climático", aseguró el presidente, criticado por la oposición republicana que calificó el plan de Obama como una "guerra contra el carbón".
El plan, al que Obama se refirió como el "mayor, más importante paso dado hasta ahora", es la versión definitiva del que adelantó hace un año la Agencia de Protección Medioambiental (EPA, por su sigla en inglés), que fue sometida a comentarios públicos.
Obama considera este plan como la piedra angular de su intento de asegurar un tratado global en la Cumbre de París, que haría muy difícil echarlo para atrás.
La economía de algunos estados está fuertemente vinculada a las centrales eléctricas de carbón, como Wyoming, Virginia Occidental y Kentucky, y sus líderes temen el impacto que estas medidas pueden tener, sobre todo en el empleo.
Cada estado tendrá un objetivo de reducción de emisiones asignado y deberá enviar una propuesta a la EPA de qué acciones tomará para cumplirlo.
Obama rechazó la idea de que el plan es una "guerra al carbón" que eliminará empleos y, al contrario, subrayó que habrá inversiones en estas áreas.
El gobierno federal aseguró además que dará a los a los estados tiempo para cumplir con la nueva normativa.
La aspirante a la candidatura demócrata para las presidenciales de 2016, Hillary Clinton, aseguró que defendería el plan si fuera elegida en las elecciones.
"Necesitará ser defendido. los candidatos republicanos a la presidencia - no ofrecen ninguna solución creíble", dijo.
En el lado republicano, el aspirante Marco Rubio aseguró que el plan sería "catastrófico", mientras que el exgobernador de Florida, Jeb Bush, dijo que es un proyecto "irresponsable" y sería "un desastre".
Las medidas podrían dar a Obama la autoridad moral que necesita para argumentar sobre las reducciones de gases de efecto invernadero en la Conferencia de París.