La novedad de esta campaña electoral es que los principales aspirantes a la Rosada tratan de mostrar su mostrar su costado verde, una cuestión que había estado totalmente ausente hasta ahora en las grandes ligas de la política. Al menos en lo discursivo, todos coinciden –por ejemplo– en la necesidad de darles un gran impulso a las energías renovables, un rubro en el que Argentina podría haber descollado, y que el actual gobierno consideró poco más como un tipo de generación excéntrica.
Ayer, en un seminario organizado a todo trapo, en el que se respiraba peronismo, Daniel Scioli presentó su visión ambiental. Ante un público efusivo, que colmaba un salón del hotel Intercontinental, el gobernador confesó que el Al Gore, el ex vicepresidente estadounidense, le “abrió la cabeza” cuando vino de visita a la Argentina. “Las cosas que parecían que iban a tratar décadas en llegar, se fueron precipitando. El cambio climático y sus efectos devastadores son una realidad”, sostuvo.
“Quiero poner a la Argentina a la vanguardia de las energías alternativas”, señaló el gobernador, que también habló de la modernización de la planta de la Ceamse, la necesidad de separar residuos y de realizar obras hídricas para adaptarse al cambio climático.
Scioli le pidió al Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible, que conduce Hugo Bilbao, que armara la realización de este evento tras la aparición de la encíclica de medio ambiente del papa Francisco, llamada Laudato Si. No en vano, uno de los primeros hombres en hablar fue Aldo Carreras, un peronista histórico muy allegado a Bergoglio. Pero el gobernador ha venido aprendiendo del tema de la mano del ex Soda Stereo, Charly Alberti, que tiene su propia ONG ambiental, R-21. Durante años, le ha soplado su música verde en los asados de La Ñata.
Por su lado, Mauricio Macri, que ha hecho de Ciudad Verde todo un eslogan de su gestión, tiene en sus filas a Cali Villalonga, un ex Greenpeace que también encabeza el Partido Verde, que también es quien preside la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad.
Sin embargo, el PRO viene trabajando desde hace tiempo en su plataforma ambiental desde la fundación Pensar. Allí, se han discutido muchas cosas, como la necesidad de duplicar las áreas protegidas. Y lo que no es menos: elevar la actual Secretaría de Medio Ambiente a la categoría de ministerio.
“Hay un compromiso de llegar al 10 por ciento de las renovables en la matriz energética en 2019”, indicó a este diario Villalonga. “Eso va a significar el despegue de la industria.”
Actualmente, la generación de energías limpias es de alrededor de 1,5 por ciento, a pesar de una ley que establece que debe ser del 8 por ciento de la matriz para 2016.
Sergio Massa, por su lado, también tiene sus soldados verdes. Hace unos meses presentó una ambiciosa agenda en Mendoza, junto a su asesor, Sergio Federovisky. También propone elevar a categoría ministerial el área ambiental. “No queremos políticas testimoniales sino que modifiquen la matriz energética de la Argentina”, señaló Federovisky, quien agregó que su plan es subsidiar y mejorar la tarifa de las renovables e impulsarla con créditos. También quiere aplicar a rajatabla la Ley de Glaciares, que está muy en veremos, así como la Ley de Bosques, que hasta ahora detuvo los desmontes pero no los terminó de frenar.