Ha sido la división más golpeada con el paro contratistas, no sólo porque todavía se mantiene con sus actividades paralizadas, sino que porque fue el escenario de la muerte de uno de los trabajadores manifestantes, Nelson Quichillao, quien falleció durante la madrugada del viernes.

Esto se suma a los efectos sufridos por los eventos climáticos de marzo, que obligaron a paralizar, dar vacaciones a los trabajadores e incluso, hasta el día de hoy, a utilizar infraestructura de emergencia pues incluso algunos caminos, como la vía férrea que une la faena minera con el puerto de Barquito, permanece sin poder ser operado.

En materia minera, Salvador es hoy la mina que más de cerca ve el agotamiento de mineral, pues inicialmente tenía programado su cierre para 2010-2011, lo que se postergó algunos años gracias principalmente al alza que ha tenido el precio del cobre en los mercados internacionales.

Pero eso puede comenzar a cambiar. A fines de año, la corporación debiera concluir el estudio de prefacibilidad del proyecto Rajo Inca, iniciativa que costará cerca de US$3.000 millones y que alargará en al menos 25 años la vida útil de la operación minera, a la vez que multiplicará por tres la actual tasa de producción.

Se trata de un viejo anhelo de la corporación, pues evitar el cierre definitivo de Salvador es una meta que han tenido varios presidentes ejecutivos, hasta ahora sin éxito. Salvador es hoy la única división minera que no tiene un proyecto de continuidad operacional, lo que obedece a su vez a múltiples factores como la falta de energía a precios competitivos en dónde se emplaza (a 2.600 metros de altura a 1.100 kilómetros al norte de Santiago) y la baja ley de mineral de la división, entre otros.

La ingeniería de detalle, última etapa completada del desarrollo de Rajo Inca, consideró un proyecto de una inversión de US$3.000 millones, para alcanzar un nivel de producción de 160 mil toneladas de cobre anual, cifra que se compara al alza con las 50 mil toneladas que producirá este año de acuerdo al plan minero, aunque esa cifra será corregida a la baja por lo ocurrido en marzo y por el paro contratista.

Por ahora la principal traba que ha enfrentado este proyecto es que se trata de una inversión de menor retorno, dado que la ley de mineral de la división es más baja. A esto se suma la falta de reservas de agua en la zona en que se emplaza, lo que obliga a usar agua de mar. Pese a ello, el cronograma apunta a iniciar la producción hacia 2018, para llegar a la máxima capacidad en 2021.

A  pesar de esto, Codelco está decidido a avanzar a la siguiente etapa (factibilidad) para posteriormente enviar el estudio de impacto ambiental (EIA) a tramitación ambiental a comienzos del año que viene.

En la Federación de Trabajadores del Cobre hay fe en que este proyecto finalmente verá la luz. “Esperemos poder desarrollar el proyecto de Rajo Inca, pues consideróque es el desafío más grande que tenemos nosotros como dirigentes sindicales y también como ejecutivos de la empresa. El mensaje fue bastante claro, no sólo hacia la dirigencia sindical sino hacia todos los trabajadores”, dijo en mayo el presidente de la FTC, Raimundo Espinoza.

Las pérdidas

El vicepresidente de Producción y Costos de Codelco, José Robles, reiteró ayer el mensaje de bajar la movilización de los contratistas de la división El Salvador contra la estatal y retomar el diálogo, enfatizando que actualmente está en riesgo el futuro de la operación.

El ejecutivo resaltó que el yacimiento lleva varios meses con pérdidas, “que se ha visto agravado por lo que ocurrió hace unos meses atrás con el aluvión y que conllevó a una suspensión de la división por un mes”.

“Adicionalmente está bajo precio del cobre y la situación económica del país, que hacen que esta manifestación ponga en riesgo a la División Salvador y, por lo tanto, nuestro primer llamado es salvar El Salvador”, dijo Robles en entrevista con T13 Radio.

“Lo nuestro ha sido y seguirá siendo promover  un diálogo, pero un diálogo responsable y realista”, insistió la autoridad. Respecto al petitorio de los trabajadores, Robles enfatizó que el “actual Acuerdo Marco vigente está 100% cumplido” y criticó la actitud violenta de los manifestantes.